Privacidad sin limitar desarrollo tecnológico.
El uso del Internet de las Cosas (IoT), la Inteligencia Artificial (AI), el Big Data, así como las comunicaciones móviles han provocado que la sociedad actual tome distancia de la visión que tenía de sÍ misma, hace 20 años, y que hoy se cuestione hasta dónde el ser humano ha cambiado en su actuar, su pensamiento y en el sentido de apropiación de las ideas y el conocimiento.
El Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) anticipándose al debate que genera el “futuro que ya está presente”, puso a discusión el tema de la “Ética en los sistemas y dispositivos inteligentes” y su repercusión en la propiedad del conocimiento, de los datos personales y de la propiedad intelectual.
Para Clara López, investigadora de la UNAM el uso de las nuevas tecnologías generó un cambio tangible en los niños y los jóvenes quienes muestran un elevado apego al uso de la información, en un entorno donde según la ley el individuo es propietario de sus datos personales, pero que en la práctica no sabe siquiera donde están almacenados y que uso le dan.
Ello hace imprescindible una revisión del uso, acceso y manejo de la información, pues los procesos de digitalización en diferentes ámbitos han despertado un ánimo conservador de apropiación, no solo de los datos personales, sino incluso de la información y el conocimiento.
Hoy las personas generan información de sus datos personales, del ámbito financiero, de su consumo e incluso de su entorno (geolocalización), y entre los creadores hay todo un banco de datos de vida, que llegado el momento será necesario saber quien maneje y defina el destino de todo ese conocimiento.
Para la investigadora es “necesario perder el miedo” de migrar hacia un nuevo modelo donde el manejo del banco de datos de vida de cada persona, sea confiado a un gestor que almacene, preserve y valore toda su información, y en caso de querer convertir en activos sus datos, se puedan vender, manteniendo la privacidad de lo personal y sacando provecho del perfil público.
“Es necesario asumir una visión distinta y dejar de ver con miedo el que se apropien de nuestros datos, por el contrario se debe ver el beneficio que tendríamos al poder controlar, exponer, compartir y transaccionar con los datos que nosotros decidamos”.

Para Carmen Rodriguez Armenta, Coordinadora General Administrativa de la Universidad de Guadalajara, iniciar un debate acerca del uso de dispositivos y sistemas inteligentes a partir de la Ética, resulta provechoso pues implica hablar de lo correcto, de la virtud, del deber; valores del ser humano de los cuales no se puede disociar, por más desarrollo tecnológico que se genere.
“No se puede hablar de sistemas o dispositivos éticos, porque estos solo son un medio, son los humanos los que hacemos de estos dispositivos y sistemas una utilización ética o no… somos quienes debemos asumir la responsabilidad de su implementación y desarrollo”.
Sobre la pertenencia de los datos personales recabados a través de sistemas y dispositivos inteligentes, pertenecen sólo a la persona física, porque es información de un individuo identificado o identificable, ahí no hay confusión, pues en el reglamento de la Ley Federal de Protección y Derechos de Datos Personales está plenamente establecido que no son de una empresa o de quien use el metadato, a menos que el usuario de manera consciente lo autorice.
Cuestionó que en el mercado global solo cinco empresas hablen de construir los elementos éticos que se deben observar al aplicar elementos de AI, pues al dejar fuera a las universidades, al gobierno y a la sociedad organizada, se está soslayando al 75 por ciento de la visión más importante del mundo.
Sergio Carrera, director Ejecutivo de Infotec, habló de la necesidad de trabajar más con el usuario sobre la cultura del uso de dispositivos y sistemas inteligentes, pues hoy con la “calentura” de usar aplicaciones, se obvian términos y condiciones y se aceptan cosas que en el futuro afectan la privacidad de los datos personales.
Otro elemento en donde se debe buscar un mejor desarrollo, está en las empresas que conocen la potencia de sus herramientas y a través de acuerdos con asociaciones y cámaras se podría hacer un excelente trabajo al generar códigos de autoregulación.
Destacó que aunque existe un marco legal que regula la relación entre personas, hoy es necesario fijar el desarrollo de las piezas legales que ayudarán a tener un marco más solvente que observe la interacción M2M (entre máquinas), porque la velocidad en la que se dan los acuerdos legislativos, casi nunca corresponde a la rapidez con la que avanza la tecnología.
Luis Muñoz, vicepresidente de la Canieti, destacó cómo la vorágine de información que generan en la actualidad los “ciudadanos científicos de datos” con la tecnología móvil, junto con el uso de la AI han propiciado el rezago de un elemento tan relevante como la Propiedad Intelectual.
La tecnología va más rápido que la ley , lo que ha generado no entender que el software es un elemento que también se puede patentar, lo que ha propiciado que México pierda millones de dólares por no entender adecuadamente este tema.
Concluyó tras destacar lo oportuno de que cualquier regulación que se logre acordar será para alcanzar una sociedad más ética en cuanto al uso de la información y el manejo general de la innovación, algo imprescindible, pues sería lamentable que el “nuevo tren de la tecnología” se pierda como ha sucedido en el pasado.
C$T-EVP