La protección de la vida virtual equivale a la protección en la vida real, pues a través del rastro de información que se va dejando al navegar en internet, conocido como “estela digital”, se puede crear un perfil certero del usuario con el que se expone a riesgos que traspasan la frontera del ciberespacio.
“El mayor problema de las cookies es que en muchos casos recaban, de forma desproporcionada, información de la persona usuaria que puede llegar a invadir su privacidad, porque se pueden crear perfiles muy certeros de cada una de las acciones que vamos dejando en internet”, alertó Josefina Román Vergara, comisionada del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI).
Al exponer el tema “Rastros Digitales: ¿Cuántos datos has dejado en la red? ¿Cómo protegerlos?”, explicó que mediante cookies publicitarias, las páginas web llegan a saber con precisión gustos y hábitos de las personas, opiniones, creencias e incluso datos de carácter sensible.
Las cookies, de acuerdo con Kaspersky, no representan un riesgo por sí solas, pero pueden ser «secuestradas» por ciberatacantes, por su capacidad de hacer un seguimiento de los historiales de navegación de las personas.
Otro riesgo de las cookies se presenta cuando la persona usuaria se conecta a redes no seguras, como las redes WiFi públicas, por lo que la especialista afirmó que una de las formas de protegerse es eliminarlas manualmente del navegador o usando el modo de navegación oculta o incógnito.
Si un perfil generado con la información obtenida mediante cookies cae en manos equivocadas podría derivar en la vulneración de datos personales, particularmente datos personales sensibles, que a su vez pueden usarse para el ingreso a diversas cuentas y usurpación de identidad.
Román Vergara recordó que la legislación mexicana distingue entre dato personal y dato personal sensible, ya que estos últimos pueden significar un riesgo de discriminación, por lo cual se debe tener un mayor nivel de seguridad en su tratamiento.
“Un tratamiento indebido de datos personales debe considerar diversos factores, entre ellos, el uso ilícito, la divulgación no permitida o el almacenamiento excesivo o desproporcionado de los datos personales que lleve a cabo el responsable, sea cual sea el medio, ya sea físico o electrónico”.
Aunque recalcó que internet se ha convertido en una herramienta indispensable en las sociedades modernas, un espacio donde se comparte información personal, hay que cuidarse de los riesgos, porque bien se dice que “internet no olvida” y todo lo que sucede en Internet de manera voluntaria o involuntaria va dejando un rastro digital.
“Cada clic es un dato y en esta era los datos son uno de los insumos principales que mueve a los mercados; es el petróleo de este siglo, todo lo que publicamos puede terminar expuesto y también puede terminar fuera de nuestro control”, enfatizó.
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