Lo social y emocional, también relevante.
Los sistemas educativos tienen importantes desafíos para continuar promoviendo en los estudiantes, desde la etapa inicial, competencias y habilidades que les permitan insertarse en el mundo laboral del futuro, y evitar lo que algunos expertos llaman “escasez o crisis de talento”.
Uno de los retos más importante lo impone la llamada Cuarta Revolución Industrial y, con ella, la Inteligencia Artificial (IA), el social media, la automatización de procesos (robótica), el reconocimiento facial, así como el trabajo y la colaboración en línea, tendencias que han modificado y modificarán la forma de trabajar y de aprender.
A nivel mundial, un promedio del 42 por ciento de las habilidades básicas requeridas para realizar un trabajo cambiará entre 2018 y 2022, señalan investigadores en el documento “Educación, juventud y trabajo: habilidades y competencias necesarias en un contexto cambiante”.
Es importante conocer las tendencias tecnológicas que permitan tomar acciones previas, en vez de reaccionar cuando estas ya sean parte de nuestra vida cotidiana, pues como plantea la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) sobre el futuro del trabajo, las habilidades digitales de hoy no son necesariamente las habilidades del futuro.
Por ello, en el documento de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) proponen mejorar las competencias STEAM y del Siglo XXI, aunque advierte que “una habilidad digital no debe enfocarse solo al uso de las herramientas tecnológicas”.
La combinación de habilidades para favorecer la adaptación a los cambios y tendencias tecnológicas es la clave para la formación del alumnado. “Por lo tanto, la educación debe centrarse en impartir “habilidades de fusión”: combinación de habilidades creativas, empresariales y técnicas que permitan a los trabajadores cambiar a nuevas ocupaciones a medida que emergen.
De acuerdo con un estudio de la OCDE, entre las áreas estratégicas están las habilidades sociales y emocionales que pueden ser igual y en algunos casos incluso más importantes que las habilidades cognitivas para determinar el empleo futuro.
Basándose en cuatro estudios se elaboró una lista con 10 habilidades clave a desarrollar: Tecnología y pensamiento computacional es una de ellas. “Es importante enseñar las estrategias para manejar cualquier tipo de tecnología y no solo la actual o disponible en su contexto. De aquí la importancia de trabajar áreas como programación, STEAM y robótica”.
Asimismo, el manejo de información y de datos, considerando que el acceso a un mundo con información constante demanda saber analizar, contrastar, evaluar e inferir; la capacidad de aprendizaje (aprender a aprender), sobre cómo utilizar los conocimientos aprendidos para adquirir nuevas habilidades.
La adaptabilidad y manejo de la frustración; colaboración; comunicación verbal y escrita; creatividad e innovación; solución de problemas y toma de decisiones; pensamiento crítico y liderazgo también son habilidades importantes.
“El dominio de las nuevas tecnologías no representa la habilidad clave a desarrollar de acuerdo con los resultados de los cuatro estudios, sino el pensamiento computacional vinculado con la solución de problemas que impliquen el desarrollo o adaptación a las nuevas tecnologías”.
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