Baja 30% tiempo dedicado al estudio.
A casi un año del cierre de escuelas para evitar los contagios de COVID-19, el abandono escolar entre la población de 15 a 18 años de edad es un fenómeno que cobra fuerza en México tanto en zonas urbanas como rurales, lo cual se suma a otras afectaciones causadas por la pandemia, como la reducción de horas de estudio, menor aprendizaje efectivo y daños en la salud emocional.
Aunque la situación de pandemia sea un choque temporal, tiene consecuencias de largo plazo, incluso para la población que sigue estudiando y que ha reducido hasta en 30 por ciento el número de horas dedicadas a las actividades escolares, advirtió la doctora Susan W. Parker, investigadora de la Universidad de Maryland y profesora afiliada al CIDE.
Antes de la pandemia, los estudiantes dedicaban alrededor de 40 horas en promedio a la semana, pero durante el confinamiento la cifra cayó a 25 horas. Sin embargo, la experta descartó que esa situación se deba a un aumento en el número de menores que estén trabajando fuera del hogar, porque incluso hay una reducción en ese indicador.
Si bien no existen estudios formales sobre los impactos en el aprendizaje, manifestó que ya se empiezan a ver reportes de afectaciones en la salud mental de los jóvenes, como aumento en casos de suicidios en diferentes países, y en lo académico hay evidencias sobre las pérdidas de aprendizajes.
Un estudio realizado en Holanda, mostró que en la primera etapa de la pandemia las escuelas cerraron durante dos meses, en ese periodo se detectaron que “los alumnos aprendieron relativamente poco cuando no estuvieron en clases presenciales.
Es decir, las pérdidas del aprendizaje son casi tan grandes como el tiempo que estuvieron cerradas las escuelas, y la situación aun es más grave para niños en hogares de bajos recursos”, precisó la especialista en el panel virtual “Perspectivas económicas y sociales de México en 2021 bajo un entorno de pandemia”.
Susan W. Parker consideró esencial contar con evidencia en México para conocer lo que se ha perdido en materia de aprendizaje, y lo que podría proporcionar un buen punto de comparación sería la evaluación PLANEA, que se agendó para el 31 de marzo y 1 de abril del 2020 pero que fue cancelada por la cuarentena impuesta.
Propuso que se implementen programas para mejorar la conectividad en zonas marginadas, distribuir tecnología como laptops, teléfonos móviles y otras herramientas que faciliten la comunicación entre alumnos y maestros, así como estrategias de escuelas de verano, prolongar el año escolar o incluso con un programa nacional de tutorías virtuales.
Como ejemplo se refirió a un caso en Botswana, donde se tuvieron aumentos significativos en el aprendizaje a través de una estrategia basada en el envío de mensajes de texto SMS a los padres de familia con actividades de matemáticas para que fueran resueltos junto con sus hijos, lo que se acompañaba de una llamada grupal de 15 minutos para saber si entendieron los problemas y pudieron resolverlos.
C$T-GM