La pandemia y la ausencia de contacto físico entre la población permitió iniciar diferentes procesos como la telemedicina, la salud digital, la teleconsulta y el uso de la receta electrónica, ahora bajo un nuevo entorno, se busca que prevalezcan algunas buenas prácticas, pero sobre todo resolver diversos flancos vulnerables que tiene el sector salud en México.
“Al hablar de Salud Digital, el reto es cómo resolver temas de conectividad, así como la estandarización de algunos procesos tan relevantes, como la entrega de medicamentos a los pacientes en tiempo y forma, tema donde hay desafíos importantes por resolver”, indicó Osiris López, Gerente de Vinculación en GS1 México.
Un estudio elaborado por GS1 y la firma MacKenzie, mostró que la estandarización es muy relevante, es como si “todos hablaramos el mismo idioma” a nivel mundial, con lo cual se lograría generar ahorros de entre 40 mil y 100 mil millones de dólares, por atención sanitaria, un objetivo que exige la colaboración de todos los actores de la cadena de suministro.
En entrevista con ConsumoTIC, la especialista destacó que actualmente hay una tendencia de hablar de salud digital, aunque por ahora sea más en términos conceptuales sobre las necesidades que hay en materia de Tecnologías de la Información (TI), de ampliar la conectividad en zonas remotas del país, así como de la obligada interoperabilidad que debe tenerse entre los diferentes sistemas de la cadena de suministro.
Experta en el ámbito farmacéutico, indicó que entre los diversos retos que tiene México en el ámbito de la salud, está el abasto de medicamentos, ya sea por inventario insuficiente, porque el medicamento existe pero por alguna razón en alguna parte de la cadena deja de ser visible, o porque el cuadro básico de medicamentos en el sector público no está debidamente actualizado y muchas otras aristas.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2018, solo 75 por ciento de las personas que acudieron a servicios ambulatorios obtuvieron todos los medicamentos que exigía su tratamiento, en la institución donde fueron tratados.
Respecto de los pacientes que acudieron al Instituto Mexicano del Seguro Social, se destaca que 97 por ciento consiguió tener todos sus medicamentos en esa misma institución, mientras que quienes se atendieron en centros de salud u hospitales de la Secretaría de Salud, sólo el 70 por ciento logró surtir su receta completa.
La falta de acceso a medicamentos es un riesgo latente que puede tener un impacto trascendental en un país donde la población está envejeciendo y cuyo perfil epidemiológico está cada vez más cargado hacia enfermedades crónicas no transmisibles que requieren procedimientos costosos y de largo plazo, señaló el estudio “El mercado de medicamentos en México; Retos y Oportunidades”, elaborado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
En el documento se resalta que en México, un 10 por ciento de la población adulta padece diabetes mellitus y 18 por ciento, hipertensión arterial. La alta prevalencia y el costo de los tratamientos no solo presionan las finanzas públicas, sino también ponen en riesgo la economía y el bienestar de los hogares.
Bajo este contexto Osiris López, habla sobre la oportunidad que sería estandarizar el abasto de medicamentos. «Es necesario que cuando un médico consulte el catálogo de fármacos, (vademécum farmacológico o cuadro básico en el sector salud público), esté se encuentre debidamente actualizado, tanto en su presentación como en el gramaje, para que el paciente pueda surtir su receta en tiempo y forma.
Si el médico tiene una base de datos, estandarizada, actualizada, con los productos que los laboratorios y las marcas están comercializando en México, y se facilita el manejo de la receta electrónica, su trabajo será mucho más eficiente, más oportuno, pues podrá ofrecer una prescripción adecuada.
Estudios de GS1 México permiten visualizar algunas opciones de cómo estandarizar el abasto de medicamentos, a través de la colocación de un código único e irrepetible, el Global Trade Item Number (GTIN) a cada medicamento a nivel mundial, al cual se le designa cada vez que algún laboratorio saque al mercado algún producto.
“El fabricante sería el responsable de dar de alta el GTIN, y comunicarle al distribuidor esta información o la cancelación de algún código de medicamentos que deje de producirse, o dar de alta una nueva presentación o gramaje”, precisó.
Tecnológicamente, se sabe que hay manera de conectar diferentes sistemas, de llevar un control de producción, inventarios, de eficientar el reabastecimiento, de la expedición de recetas electrónicas, de generar un historial clínico digital, pero todo eso exige estandarizar procesos y “que todos hablemos el mismo idioma”.
Por ello GS1 México impulsa la Coalición por la Salud Digital en México, donde se convoca a un trabajo colaborativo, y donde participen los diversos agentes que participan en la cadena de suministro, incluso las voces que pueden orientar los beneficios tecnológicos, operativos y éticos, que traería consigo la estandarización de los procesos de abasto de medicamentos.
«El 17 de octubre próximo, se llevará a cabo un foro en el cual se realizarán conferencias donde diversos expertos de distintas materias hablarán de la manera en como se puede llevar de mejor manera el trabajo colaborativo que implica la estandarización y la interoperabilidad de la cadena de suministro en los sistemas de salud públicos y privados.
Por más de cinco años GS1 México ha trabajado en como llevar estándares al sector salud. En breve se tendrá una nueva generación de códigos de dos dimensiones, los que pueden contener datos como lote, fecha de caducidad, número de serie, incluso códigos QR, para usos distintos como prevenir sobre el riesgo de consumir cierto número de inventario de fármacos o incluso proporcionar enlaces a páginas de internet donde los pacientes puedan conocer detalles relacionados con el consumo del medicamento que están consumiendo.
«Este trabajo (el de la estandarización) es colaborativo, exige la presencia de actores del sector público y privado, de la industria, autoridades reguladoras, fabricantes, distribuidores o mayoristas, farmacias, médicos, aseguradoras y por supuesto expertos en tecnología», concluyó.
En el censo económico de 2019, se destaca que la actividad farmacéutica es la séptima más importante de las industrias manufactureras, de un total de 291 clases de actividad, según su producción. Genera un impacto directo en 161 ramas de la actividad económica, de las 259 en las que se clasifica la matriz de insumo-producto.
Su oferta laboral es de casi 87 mil empleos directos y poco más de 400 mil indirectos, en 2015, las actividades y sectores relacionados con medicamentos y la cadena de valor representó 0.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, en 2019, tan solo la fabricación de productos farmacéuticos fue del 1.5 por ciento del PIB manufacturero de acuerdo al INEGI.
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