En México los esfuerzos en materia digital parecen centrarse sobre todo en aumentar la cobertura, más que en cerrar las brechas de acceso, asequibilidad y competencias digitales para el mejor uso del internet, lo que hace evidente la necesidad de fortalecer las habilidades digitales de la población y apostar por la construcción de una sociedad digital en democracia, convivencia y colaboración con espacios más fuertes socialmente, en lugar de vivir cada día más aislados “temiendo al que piensa distinto”.
“La tecnología es agnóstica al bien y al mal, cada quien decide cómo la utiliza; nuestro trabajo es ponerla en manos de la gente para que la economía crezca, pero siempre habrá quienes busquen aprovecharse de otros”, advirtió Ana de Saracho directora de Asuntos Públicos, Regulación y Negocio Mayorista de Telefónica Movistar México, durante la presentación del informe “Sociedad Digital en América Latina 2023”.
Explicó que este informe, reveló que en México los datos de conectividad son buenos, porque hoy el número de internautas supera los 88 millones, pero lo que preocupa es el uso que le dan al internet, que en general son “muy básicos”, a pesar de que el acceso a este servicio es un gran habilitador de derechos como el acceso a la educación, a la libre expresión, a los servicios públicos y a la posibilidad de contar con diversas maneras de socializar.
Sin embargo, recordó que la conectividad por sí sola no es suficiente y, además, ésta puede estar asociada con otras brechas. De este modo, la brecha de conectividad es de 16 millones de personas que no tienen cobertura; pero hay otra que es la de uso, pues 43 millones de mexicanos tienen cobertura, pero el servicio y los equipos no son asequibles y aun cuando se lleguen a superar esos obstáculos, el uso se centra en entretenimiento, que “poco influye en el desarrollo económico”. Y en el caso de las mujeres, esas brechas se aumentan.
A su vez, Nidia Chávez, directora de la Fundación Telefónica Movistar, explicó que este estudio se realizó en los ocho países de América Latina donde la compañía tiene presencia (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y Uruguay), y advirtió que si bien el internet masivo está presente en la región desde hace 30 años, sólo 75 por ciento de la población es usuaria del servicio, es decir, uno de cada cuatro latinoamericanos todavía no lo es.
Respecto a los resultados de este estudio y con participación remota, Yolanda Martínez, de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), destacó algunos avances en la región, como el hecho de que la transformación digital ya es Política de Estado en prácticamente todos los países.
Las ocho naciones estudiadas en este informe, ya cuentan con una agenda digital estructurada con prioridades, indicadores precisos, instancias de gobernanza, autoridades responsables en materia digital orientadas al uso de los canales digitales para prestar servicios a la ciudadanía.
Es alentador que así sea, porque esto permitirá facilitar los servicios públicos a los ciudadanos vía electrónica y ofrecerá a las nuevas generaciones formas más eficientes de relacionarse con sus autoridades.
Frente a una audiencia integrada básicamente por estudiantes universitarios que se reunieron en el Centro Cultural de España en México para la presentación del informe, Yolanda Martínez recordó que ellos serán los profesionistas que se harán cargo del país en breve y por lo tanto, los invitó a aprovechar la tecnología para hacer más eficientes todos los procesos y explorar opciones disruptivas para generar ideas de negocios y beneficiar a los ciudadanos en general.
A su vez, Daniela Pérez, especialista en educación con mediación tecnológica, destacó que se ha hecho mucho en México por llevar la conectividad a la mayoría de las persons, pero todavía el uso del internet no es tan significativo. De hecho, sólo 8 de cada 10 niñas y niños están en la primaria y apenas 1 de cada 10 jóvenes llega a la universidad. Por lo tanto, “quienes están en este auditorio son ejemplares únicos que tienen una gran responsabilidad y la gran oportunidad de transformar la realidad”.
Pero si nos limitamos a trabajar las habilidades digitales de los universitarios, dijo, “nos quedaríamos muy cortitos”. Es por ello que se debe incluir a todos y no sólo entregar equipos, sino propiciar que la gente se pregunte cómo funcionan y eso los lleve a crear tecnología, en lugar de simplemente consumirla.
Además, es necesario dar un uso democrático a esa tecnología, para evitar que la presencia en la red lleve a las personas a replicar el esquema de “caja de resonancia” con las que están configuradas, donde sólo se escucha a quienes piensan igual y se excluye a quienes piensan distinto.
Es necesario entender los problemas que tienen las personas, su contexto y cómo las soluciones digitales pueden ayudarles a resolverlos, por ejemplo, en acceso a créditos en un mercado con poca bancarización. Esa es responsabilidad de las nuevas generaciones y sólo podrán hacerse cargo de ella si consiguen apropiarse de la tecnología, entender su funcionamiento y crear las soluciones, en lugar de sólo consumir lo que otros generan.
C$T-GM