El desarrollo de Ciudades Inteligentes habla de la aplicación de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en diferentes vertientes, pero una de ellas, muy importante, es brindar a la ciudadanía y autoridades gubernamentales la posibilidad de realizar una gestión automatizada del recurso hídrico, así como un constante monitoreo para tener información en tiempo real, sobre diversos parámetros de la calidad del agua.
Como ejemplo se tiene el programa de impacto social ejercido en el municipio de Tekax, en Yucatán, denominado Smart Water-Dime H2O, un esfuerzo que combina soluciones de Internet de las Cosas (IoT), es decir, sensores inteligentes ubicados en diferentes puntos para monitorear y realizar una medición continua de diversos parámetros sobre la calidad del agua.
“En su fase de pilotaje en Mérida en 2019, así como en su fase de expansión en Tekax en 2022, el proyecto no sólo habilitó soluciones tecnológicas, sino que llevó a cabo diversas campañas educativas para familiarizar a ciudadanos con conceptos como la calidad del agua, la cultura del agua, el ciclo hidrológico de su región, así como el uso de la aplicación Dime H2O, donde tienen acceso a contenidos educativos multimedia e interactivos”.
La aplicación móvil también permite a los ciudadanos informar a las autoridades sobre problemas para mejorar la administración del agua, tales como fugas de agua, así como también tener acceso al Índice de Calidad del Agua (ICA) de cada punto monitoreado y que abastece a las comunidades, con lo cual se tiene una ejercicio de transparencia hacia los usuarios.
“El ICA incluye indicadores de cloro residual, nitratos, conductividad, COD, pH y turbiedad que, a través de una ‘semaforización’, muestra la condición de índice entero y de los parámetros mencionados. El sistema es capaz de enviar alertas a las autoridades del agua cuando los parámetros de calidad del agua se encuentran fuera de rango, lo que permite una acción correctiva inmediata”.
Samuel Bautista y Santiago Donoso, en su análisis de The Social Intelligence Unit (SIU), destacaron lo anterior, tras explicar que en diversas localidades del país y del mundo, uno de los principales debates está concentrado no sólo en la calidad del agua, sino en su escasez, el desarrollo óptimo de la infraestructura para su distribución, y la asignación de derechos para su explotación.
Por ello un monitoreo oportuno de la calidad del agua en la alcaldía Benito Juárez en la Ciudad de México, hubiera permitido a la autoridad resolver la problemática con rapidez, probablemente incluso antes de los reportes ciudadanos (que hablaban de olores de hidrocarburos o insecticidas en el suministro de agua), además de haber sido un ejercicio de transparencia, se hubiese tomado en forma expedita las medidas pertinentes.
En México, la estadística basada en la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), que elabora el INEGI, muestra que de los 34.4 millones de hogares contabilizados en el país un 93.1 por ciento, contaba con disponibilidad de agua en 2022, y aunque pudiera parecer una cifra “alentadora”, en realidad no todo este porcentaje tiene el vital líquido todos los días.
De acuerdo con la encuesta del INEGI, el suministro diario de agua ha empeorado con el paso del tiempo, pues en 2022, el 66.5 por ciento de los hogares en el país contaba con el suministro diario de agua, mientras que seis años antes, este indicador era de 73.3 por ciento.
Por su parte la Comisión Nacional de Agua (CONAGUA), en 2022, indicó que de los mil 723 sitios en los que monitorea la calidad de las aguas superficiales, 73.9 por ciento se encuentra en un semáforo de calidad de color rojo o amarillo, es decir, son sitios donde se incumplió con uno o más parámetros de calidad establecidos por el organismo. “Este indicador es 61.1 por ciento para 775 sitios de monitoreo en aguas subterráneas”.
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