Operaciones «sin fricción» incentivan economía digital.
El comercio electrónico, que en México representa un mercado de más de 20 mil millones de dólares, es una práctica cada vez más común entre los consumidores; sin embargo, la eficiencia para aprobar el pago en línea y concretar el proceso de compra o venta, aún representa desafíos importantes, aseguró Esteban Sarubbi, vicepresidente comercial de Worldpay para América Latina.
«Hay una brecha gigante y eso se debe a que los bancos que emiten la tarjeta de crédito tienen reglas de prevención de fraudes que no han acompañado el crecimiento del comercio electrónico y cómo se han ido modificando los hábitos del consumidor en el sentido de que buscan pagar de forma más digital y menos en forma presencial».
Para el especialista en medios de pago, existe una diferencia clara entre los niveles de aprobación que registran las transacciones realizadas en terminales físicas en donde el comprador está presente y aquellas que se realizan desde sitios web, dispositivos o aplicaciones.
«Las transacciones face to face que se hacen con una tarjeta que pasa por un lector físico tienen un promedio de aprobación de 96 por ciento, es muy raro que se decline una transacción en un restaurante o en un local, pero cuando se trata de una transacción online, principalmente en el caso de México tiene casi 11 puntos porcentuales de diferencia, es decir, el nivel de aprobación de esta operación es de sólo 85 por ciento».
En este escenario, añadió, no sólo se impacta de manera negativa la experiencia del consumidor que ve bloquead, aunque sea por unos segundos o minutos, su intención de adquirir un producto o servicio por medio de un pago en línea, sino que los propios comercios ven afectado el proceso de venta.
Frente a ello, la firma Worldpay desarrolló una solución tecnológica que busca maximizar el nivel de aprobación de las transacciones de comercio electrónico y con ello impulsar en México esta actividad que tiene un fuerte dinamismo.
«Dependiendo de la industria en donde se esté haciendo una transacción, la mejora en el nivel de aprobación está entre 3.0 y 5.0 por ciento, es decir, podemos pasar de ese 85 por ciento a niveles de 90 por ciento, todavía falta un trecho grande de aproximadamente 6.0 por ciento para que una transacción se lea de la misma forma tanto digitalmente como en un punto físico de venta, pero mientras la industria se va actualizando nosotros empezamos a generar estas soluciones que maximizan ese nivel de aprobación de las transacciones digitales».
Esteban Sarubbi refirió que en América Latina, si bien Brasil lidera el comercio electrónico en términos de volumen, México es el segundo mercado más grande, lo cual muestra la importante ventana de oportunidad que existe para que cada vez más empresas y consumidores vivan los beneficios de las plataformas digitales.
Al existir propuestas tecnológicas como la que hace Worldpay, dijo el directivo, el mercado adquiere un dinamismo acorde a los cambios relacionados con la economía digital, los nuevos hábitos de los usuarios y la visión de las empresas que ven en el comercio electrónico un camino hacia el crecimiento de su negocio.
«Esto no tiene contras, todo es un pro que dinamiza el ecosistema de una economía digital que en el mediano y largo plazo no tendrá diferencia con la economía tradicional, el comercio electrónico lo es todo y las empresas tienden que ir hacia el lado digital porque el consumidor también lo hace».
En ese sentido, el objetivo principal es que el consumidor final no sólo pueda realizar transacciones «sin fricción» en el ámbito digital, sino que también lo haga en un ambiente de total seguridad de su información personal y financiera.
«Con este tipo de productos no sólo buscamos que las empresas maximicen la cantidad de ventas, sino que el consumidor no tenga fricción en los procesos de pago, un proceso de pago sin fricción hace que el consumidor vuelva a transaccionar en forma digital y deje de hacerlo de la vieja forma porque es un proceso mucho más amigable, cuando es fácil y seguro, es mucho más fácil acostumbrarse y dejar de tener miedo a la tecnología».
C$T-GM