Todo el potencial de crecimiento que tiene el e-commerce en México, sólo se ha visto frenado por la desconfianza que impera entre los usuarios respecto al destino que tendrán sus datos financieros una vez que son compartidos en una plataforma digital, aunque en el extremo contrario, también está otro grupo de internautas cuya excesiva confianza los lleva a descubrir que han sido víctimas de fraude hasta 100 días después de cometido el ilícito.
Por ello, el gran desafío de las empresas que operan en el ecosistema digital es detectar un fraude en tiempo real para lograr diferenciarse en el mercado, pues una oportuna detección y reacción permite identificar fácilmente un intento de fraude y salvaguardar los intereses del usuario y la reputación de la empresa, particularmente ahora que las transacciones digitales se incrementaron tras la pandemia de Covid-19.
“Desafortunadamente los intentos de fraude o robo de identidad están a la orden del día. La información personal y bancaria es muy valiosa, su protección es prioridad para las empresas que ofrecen productos enfocados en el bienestar de las personas. Salvaguardar la privacidad y seguridad es vital para una retención de usuarios y que estos utilicen sus recursos con confianza”, asegura Fausto Jiménez, director de Prevención de fraudes de la firma Up Sí Vale.
Por un lado se tiene que 25 por ciento de las personas se detienen antes de realizar una compra en línea debido a que aún temen que la información de sus tarjetas quede expuesta en la red, según una encuesta de Up Sí Vale, pero en el extremo se tiene que la Condusef, indica que los usuarios de la banca pueden tardar hasta 100 días en saber que fueron víctimas de fraude, o 28 días en detectar consumos no reconocidos.
Fausto Jiménez, explicó que en Up Sí Vale se cuenta con más de 5 millones de usuarios a nivel nacional, y para generar la lealtad entre los clientes ha sido necesario que cada transacción efectuada sea verificada por un sistema que confirma en tiempo real, con la infraestructura creada y los tiempos rápidos de respuesta obtenidos se ha logrado tener un control en el riesgo de fraude transaccional.
El desempeño efectivo utilizado por la empresa, explicó el directivo, ha llevado incluso a colaborar en grupos de prevención de fraudes y asociaciones dedicadas a combatir este tipo de delito, siendo la principal recomendación emitida que cada transacción que efectúe con tarjeta digital o física, sea supervisada y evaluada para reducir las incidencias de fraude o robo de identidad.
“Muestra de ello es que más de 665 mil transacciones son evaluadas al día por nuestra área de monitoreo, y solo 0.05 por ciento son declinadas por medidas antifraude. Además del procesamiento de validación manual que se realiza con expertos analistas en 24/7, donde de resultar sospechosa la transacción se da el debido seguimiento personalizado con el usuario de la tarjeta para reducir incidencias y controlar el fraude financiero”.
En la experiencia de Up Sí Vale, las transacciones de compra que más llegan a ser declinadas son por saldo insuficiente en el plástico, CVV inválido o por tarjetas inactivas, lo cual responde a la creciente tendencia en robo de información, delito del cual “nadie está exento”.
Superar este tipo de delitos para las empresas del ecosistema digital es una premisa si se busca aprovechar las ventajas observadas: 61 por ciento de los usuarios considera que ha comprado más en línea a partir de la contingencia y 14 por ciento lo hizo por primera vez debido al confinamiento. Este cambio de hábitos se ve reflejado en las transacciones con tarjetas digitales, pues a partir de esto se han generado más de 120 millones de transacciones anuales, de las cuales, poco más de 3.2 millones son en comercio electrónico, de acuerdo con una encuesta de Up Si Vale.
Para los usuarios la recomendación es que al realizar transacciones con tarjetas o monedero electrónico es necesario extremar precauciones y evitar proporcionar datos como fecha de vencimiento, NIP o CVV a cualquier persona o página de internet de dudosa procedencia, ni acceder a enlaces sospechosos con ofertas que parezcan demasiado buenas para ser verdad.
En términos generales, si las empresas y los internautas impulsan la seguridad y atención oportuna de posibles fraudes o robos de identidad, este desempeño fomentará la inclusión de millones de mexicanos en el entorno bancario y digital.
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