Ingresos ascienden a más de 20 mil millones de dólares.
La economía digital supone ingresos esporádicos para los perceptores que serán difíciles de controlar para las administraciones, por lo que será fundamental replantear las reglas de tributación, lograr la colaboración de las plataformas y fomentar la educación tributaria, de acuerdo con un análisis del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En el estudio “Economía digital y tecnología al servicio del desarrollo de la región: Informe Económico de Centroamérica y República Dominicana”, el organismo internacional destacó que la economía digital ocupa un lugar cada vez más importante a nivel mundial, con un comercio electrónico, publicidad en línea y otras actividades digitales que tienen un ritmo de expansión muy superior al de la economía tradicional.
La región no escapa a estas tendencias. En Centroamérica, Panamá y República Dominicana, “los ingresos de la economía digital ascienden a más de 20 mil millones de dólares, lo que representa el 6.2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), con un crecimiento de 14 por ciento anual, muy por encima del consumo total, que registra 1.8 por ciento”.
Además, la región cuenta con un número de usuarios que se expande a una tasa cercana al 7.5 por ciento por año. Guatemala es el país que tiene una mayor contribución a los ingresos totales de esta región, con 26 por ciento, seguido de República Dominicana, con 22 por ciento, y Costa Rica, con 18 por ciento.
En estos países, los servicios financieros (Fintech) son la principal fuente de ingresos por servicios digitales, que ascendieron a más de 11 mil millones de dólares y significan 56 por ciento del total; seguidos por el comercio electrónico, con 16 por ciento; las reservas de viajes en línea, 12 por ciento, y los servicios de movilidad en línea, con 8.0 por ciento.
En cuanto al número de usuarios, los medios medios audiovisuales (que ofrecen música, video y otros) son el sector de la economía digital con la cifra más alta en la región, con 45 millones de personas, equivalente a tres cuartas partes de la población total, seguido por Fintech y el comercio electrónico, con 24 millones cada uno, equivalente a 40 por ciento de la población.
En el apartado “Oportunidades de tributación a la economía digital”, el BID subrayó la necesidad de replantear las reglas tradicionales de tributación, debido a la validez limitada que impone la economía digital, y contar así con “una tributación adecuada para asegurar una competencia saludable entre las empresas”.
En la región, empresas como Netflix, Amazon, Uber o Airbnb ya tienen una presencia significativa, por lo que la economía representa oportunidades y desafíos en diferentes ámbitos, en especial en la tributación, donde ofrecería un crecimiento de las bases imponibles.
“En Estonia se ha llegado a un acuerdo con Uber, por ejemplo, para compartir información con la administración tributaria y en Finlandia se ha logrado algo parecido, pero relacionado con los alquileres y el crow founding, mientras que en México y Ecuador, ha sucedido de manera similar con los servicios de taxis”, expuso como ejemplo.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) destaca la necesidad de cambiar las reglas tradicionales y tener en cuenta a los usuarios virtuales a la hora de asignar los derechos de la tributación de las empresas en la economía digital.
En su reporte de octubre de 2019, se reconoció la necesidad de anticipar el enfoque sobre el que se debe trabajar para el acuerdo de 2020, el cual debería estar basado en cuatro elementos:
El alcance, que se recomienda limitado a negocios altamente digitalizados y orientados al consumidor; una nueva regla de nexo, que no se basaría en presencia física, sino de en ventas; una regla de distribución geográfica, de beneficios que comprenda alguna fórmula de asignación por jurisdicciones y, finalmente, un mecanismo que aumente la certidumbre para administraciones y contribuyente
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