Poner en funcionamiento lo más rápido posible la Agenda Digital Educativa de la SEP, acelerar el programa de infraestructura de conectividad, desarrollar habilidades de Alfabetización Mediática e Informacional y construir alianzas con la industria tecnológica, son algunas de las recomendaciones que realiza la UNESCO para que México pase de la crisis a la educación del futuro.
Desde el inicio de la pandemia, la UNESCO impulsó una Comisión Internacional sobre los Futuros de la Educación, que tiene como objetivo promover, durante 2020 y 2021, discusiones y consultas que permitan replantear una educación regenerativa en el horizonte del 2050.
“Con base en los insumos que día a día proveen estas iniciativas, más los aprendizajes recuperados durante la pandemia por las oficinas e institutos de la UNESCO alrededor del mundo, consideramos que México tiene la oportunidad de pasar de la emergencia por COVID-19 a una educación más inclusiva, sostenible, regenerativa y transformativa”.
Para ello, el organismo propone avanzar de manera prioritaria en acciones entre las que destaca desarrollar capacidades para el aprendizaje móvil, el uso de las tecnologías de la información, comunicación, conocimiento y aprendizaje digitales (TICCAD) y la construcción de sistemas educativos híbridos.
“Para ello, es clave poner en funcionamiento lo más rápido posible la Agenda Digital Educativa de la SEP, acelerar el programa de infraestructura México Conectado, desarrollar habilidades de Alfabetización Mediática e Informacional en las personas (AMI)”.
Asimismo, sugiere hacer uso ético y estratégico de la Inteligencia Artificial, construir alianzas con la industria tecnológica y crear lazos de cooperación con países pertenecientes al E9, que agrupa a los países más poblados y que representan 53 por ciento de la población mundial.
En un posicionamiento sobre el regreso a clases presenciales, la UNESCO México considera que ante la crisis del aprendizaje y abandono escolar, riesgos sobre el bienestar mental de niñas y niños y adolescentes, como estrés, depresión, adicción a la tecnología, aislamiento social y suicidio, así como el aumento de violencia y maltratos en la familia, la reapertura de las escuelas no puede esperar.
A través de un comunicado conjunto con la UNICEF, el organismo internacional expuso que no se puede esperar a que el número de casos sea cero, pues los datos muestran que las escuelas primarias y secundarias no son potenciales fuentes de transmisión del virus y que el riesgo se puede controlar si se adoptan medidas adecuadas de mitigación.
Asimismo, subraya que la reapertura de las escuelas no puede esperar a que todos los profesores y alumnos hayan sido vacunados, pues la prioridad en la vacunación sigue siendo el personal de primera línea y quienes tienen mayor probabilidad de desarrollar formas graves y mortales de la COVID-19.
“El caso de México es particular, puesto que es uno de los últimos países en iniciar el regreso, dado que el Gobierno Federal decidió primero vacunar a todo el personal educativo y a las personas adultas de mayor riesgo”.
Los organismos internacionales subrayan que México es uno de los nueve países más poblados del planeta y su sistema educativo es el quinto más grande del mundo, por lo que cualquier decisión sobre cómo enfrentar la crisis es compleja.
Sin embargo, no tendría que ser parte de las 19 naciones de la región que continúan en confinamiento escolar, sobre todo porque posee fortalezas que otras no tienen, como un marco legal garantista, una importante fuerza docente y capacidades institucionales.
También cuenta con una infraestructura básica que, si bien no es la más idónea en todos los contextos, haciendo ajustes e invirtiendo recursos donde más se necesita, sí permitiría contar con escenarios de trabajo seguro en lo inmediato y a mediano plazo.
La UNICEF y la UNESCO pusieron a consideración de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y de las secretarías estatales, una serie de orientaciones y recomendaciones a corto y mediano plazo extraídas de la experiencia global.
C$T-GM