En un momento en el que a nivel global los operadores de telecomunicaciones se encuentran en una carrera por adquirir más espectro para tomar las oportunidades que traen consigo las redes 5G, México sigue ofertando este recurso a precios particularmente altos, situación que ya está generando más devoluciones de frecuencias y la falta de interés en nuevos procesos de licitación.
“El ejemplo más claro de los altos costos del espectro, es Telefónica. No hay que ir más lejos, no vemos otros países donde un operador diga, me voy a subir a la red de otro operador, por los altos costos. Cuando llegamos a la prueba de que un operador tome una decisión de ese tipo, no hay un ejemplo tan contundente en el mundo”, dijo, Mónica Aspe, CEO de AT&T México.
Al dar a conocer los tres proyectos de base tecnológica seleccionados para acceder al Fondo AT&T 5G, la ejecutiva sostuvo que los altos costos del espectro radioeléctrico en México representan una barrera “brutalmente alta” para la evolución hacia redes de nueva generación que evidentemente necesitan de otras bandas de frecuencias.
“Hemos dicho abiertamente en muchas ocasiones que nosotros no vamos a participar en otra subasta de espectro mientras no cambien las condiciones y me parece que no sería positivo el mensaje para la inversión en México, no solo en esta industria, sino en todas, que se diseñara una licitación para la participación de un sólo operador”.
En marzo pasado, al participar en la consulta pública que el IFT habilitó para recabar información para el diseño del proyecto de bases de la licitación para colocar en el mercado diversas bandas de frecuencia idóneas para el despliegue de servicios 5G, AT&T México expresó de manera contundente su posición: en tanto no cambien las circunstancias, no estaría en condiciones de participar en un nuevo proceso como el que planea realizar el órgano regulador.
Además, enfatizó que si el IFT resolviera llevar a cabo la Licitación IFT-12 sin que cambien las condiciones que actualmente rigen el mercado de las telecomunicaciones móviles en México, es altamente probable que el único operador capaz de participar y comprar espectro adicional sea el Agente Económico Preponderante (AEP).
Y es que, además de tener el 70 por ciento del mercado, Telcel es el mayor tenedor de espectro radioeléctrico en México, por lo que cualquier licitación de frecuencias para servicio móvil llevada a cabo en el corto plazo traería como efecto una mayor distorsión en el mercado, como consecuencia del acaparamiento de espectro que tendría lugar y consecuente incremento de la preponderancia de este operador.
En México, el pago de derechos anuales por el uso del espectro establecido en diversos artículos de la Ley Federal de Derechos, es el principal obstáculo para una eficiente asignación de este recurso esencial para los operadores de telecomunicaciones.
De hecho, tanto Telcel como AT&T han limitado su participación en las licitaciones recientes, y han quedado segmentos sustanciales de espectro sin asignar.
Las contraprestaciones por derechos por el uso del espectro en México se han mantenido a niveles muy altos y actualizados cada año por la inflación, lo que ha generado que el costo por derechos de espectro represente cada vez más, un porcentaje significativo de los ingresos de las empresas, “principalmente de aquellos que no son el agente económico preponderante en el sector”.
Un poco de historia…
Entre los años 2021 y 2022, Telefónica devolvió al Estado mexicano aproximadamente 100 MHz a nivel nacional. La empresa ha declarado públicamente que se vio orillada a tomar esta decisión para mantener su rentabilidad, en virtud de los altos e insostenibles costos del espectro en México. Además, la firma no ha participado en ninguna de las últimas licitaciones de espectro para la provisión de servicio móvil que ha organizado el IFT.
Otro ejemplo de la falta de interés en el mercado mexicano, se encuentra en el lado de Altán Redes, pues a pesar de los importantes incentivos otorgados, en las últimas licitaciones de espectro para servicio móvil, la empresa que opera la Red Compartida, no ha participado en ningún proceso de este tipo.
En mayo del 2019 y diciembre del 2022, respectivamente, AT&T regresó al Estado mexicano un promedio ponderado de 18.77 MHz a nivel nacional de su espectro concesionado en la banda de 800 MHz y un promedio ponderado nacional de 2.29 MHz en las bandas de 1900, AWS y 850 MHz. Dicha devolución también obedeció a los altos costos del espectro en México.
En febrero de 2022, el IFT declaró desierta la licitación IFT-10 que buscaba colocar en el mercado diversas bandas de frecuencias para la prestación de servicios móviles, pues sólo se logró asignar tres de 41 bloques ofrecidos.
En las últimas tres licitaciones de espectro radioeléctrico (IFT-3 en 2015, IFT-7 en 2018 e IFT-10 en 2021) sólo han participado dos de los cuatro operadores móviles que estaban activos en el sector, lo que demuestra el desinterés de la industria, no se diga del inexistente interés de un nuevo entrante, por la adquisición de bandas de frecuencias adicionales para la provisión de servicios de acceso inalámbrico.
Más aún, en la licitación IFT-10, la adquisición de espectro consistió, tanto para AT&T como para Telcel, únicamente en completar segmentos del espectro radioeléctrico ya asignado anteriormente para poder hacer un mejor y más eficiente uso de este recurso.
Es importante destacar que con el espectro actualmente asignado, Telcel, AT&T y Telefónica (sobre la red de AT&T) ya prestan servicios de quinta generación (5G) a sus clientes.
Desde la perspectiva de Mónica Aspe, si bien a nivel global, la sostenibilidad financiera de las redes 5G es un reto que enfrentan los operadores de telecomunicaciones, México tiene sus muy particulares complejidades.
“En el caso de México, tenemos un par de barreras adicionales a este tema global, uno es sin duda, los altos costos de espectro… eso hace mucho más lento el despliegue porque hace más difícil un caso de negocio, que de por sí, globalmente es complejo, y luego añadimos capas de competencia económica que tenemos en México y preguntas sobre la certidumbre de las inversiones que también afectan a otras industrias”.
Otro de los retos, dijo, se coloca del lado de la demanda, pues se tiene que trabajar en identificar y detonar casos de uso en todo tipo de industrias, “nosotros estamos listos, haciendo nuestro despliegue, pero también muy pendientes de si existen las condiciones para acelerar el paso”.
C$T-GM