El proceso del apagón analógico en México, que inició en 2004, ha seguido una lamentable “ruta de la vergüenza” que da cuenta de tropiezos regulatorios, embestidas de una industria televisiva que se niega a la competencia, intereses políticos y promesas incumplidas.
Para Mony de Swaan, quien fue presidente de la extinta Comisión Federal de Telecomunicaciones en el periodo 2010-2013, el difícil camino hacia la digitalización de la televisión abierta inició hace 11 años con la publicación del acuerdo de transición en el sexenio del entones presidente Vicente Fox.
“Esa política pública toma la parte que convenía de las mejores prácticas internacionales como entregar a las televisoras canales espejo, pero se desentiende de la otra que es poner una fecha para el apagón; es falso decir que la política de Fox establecía el 2021 como el año del apagón, lo que sucede es que para entonces perdían vigencia las concesiones de televisión”.
En opinión del especialista, el siguiente error fue apostar a que los mexicanos invirtieran en decodificadores y televisores digitales, ya que al no realizar acciones concretas para elevar la digitalización en el país, cuando llegó el siguiente presidente de la República, Felipe Calderón, la penetración era menor a 5.0 por ciento.
“El presidente Calderón emite entonces un decreto en donde se establece el 31 de diciembre como una fecha para el apagón pero fue motivo de controversia desde la Cámara de Diputados; cuando el Congreso se da cuenta que el presidente ganará en la Suprema Corte, determina que el Estado no podrá gastar un solo centavo para promover la digitalización porque vienen las elecciones en el Estado de México”.
En 2013, cuando llega el momento de apagar las señales analógicas de la televisión abierta en Tijuana, se conjugaron los intereses políticos con los de las dos principales televisoras del país, lo cual dio como resultado el retraso del apagón en esa ciudad.
“En este 2015 vemos la copia calca, el modus operandi que se dio en Tijuana, un alcalde, en este caso alcaldesa, que exige postergar el apagón, una crisis social inexistente, dos senadores siempre listos a hacer suya la agenda de las televisoras y una guerra de cifras en contra del órgano regulador”.
Desde 2006, más de 40 países ya realizaron su transición a la televisión digital y están por hacerlo 10 más entre los que se encuentran Argelia, Marruecos, Uruguay y Filipinas.
De Swaan considera que la experiencia internacional actual muestra que la complejidad del proceso en México es de tal magnitud que ni siquiera teniendo uno de los modelos más flexibles, es posible formar parte de la lista de países que ya logró un apagón exitoso.
“Debemos dejar la pretensión de que este país solo debe transitar hasta que se alcance el 100 por ciento de penetración digital. Al haber establecido una fecha, poner un umbral del 90 por ciento y un esquema de subsidios, México adoptó uno de los programas más conservadores y más benefactores, y aún así seguimos preguntándonos si se debe o no apagar”.
Entre las implicaciones de postergar aun más el cese de las señales analógicas se encuentra el desaprovechamiento de espectro valioso para otorgar servicios de banda ancha, así como el impacto negativo en proyectos como la Red Compartida.
“La televisión abierta tiene atribuidos 402 Megahertz, mientras no transitemos a la televisión digital, 306 se desperdician. Para dar un dato, toda la telefonía móvil que se usa en este país utiliza un total de 250 Mhz, ese es el tamaño de la ineficiencia espectral con la que estamos conviviendo por no transitar”.
Por otra parte, añadió, las principales empresas en el mercado de la radiodifusión: Televisa y Televisión Azteca, ven en un eventual retraso del apagón la posibilidad de seguir acaparando espectro.
“Hace 11 años el entonces presidente Vicente Fox entregó 294 canales espejo, las televisoras están cómodamente sentadas en esos canales que se podrían usar para estaciones comunitarias, para promover más competencia y pluralidad”.
Además, la digitalización implica la posibilidad de ampliar la oferta de canales y contenidos, lo cual representa una amenaza para las televisoras, que se suma a la entrada de Cadena Tres como un nuevo competidor a partir del próximo año.
“Lo que ha ocurrido en algunos países que han transitado exitosamente como España es que antes de la transición tenían seis canales, después del apagón llegaron a 25; en Reino Unido tenían cinco y después 50; y Francia de seis pasó a 23 canales. Lo que el Ifetel decida hacer con estos canales le da pavor a Televisa y TV Azteca”.
Por otra parte, dijo, el proceso del apagón analógico se topó con la adopción de un “pésimo” modelo que consiste en la entrega de televisores, que además de volverse sumamente caro es ineficiente.
“La SCT encareció artificialmente el programa porque no había necesidad de dar televisiones, incumplió su promesa de dar mayor conectividad, que tiene enormes tintes electoreros y desechó sin justificación un modelo que había probado el éxito”.
C$C-GM