Persiste desigualdad social por ausencia de conectividad.
El avance que presenta el sector de las telecomunicaciones y la radiodifusión en México es innegable; sin embargo, pocas industrias en el mundo son tan dinámicas como estas ramas productivas que constantemente presentan crecientes desafíos, así como el reto de resolver pendientes impostergables como superar las «dolorosas brechas digitales» y desarrollo de infraestructura estratégica.
«Es necesario asegurarnos que haya una política de competencia, una regulación eficaz, pertinente y flexible que dé certidumbre a la inversión sin frenar la innovación del sector; atender las dolorosas brechas digitales, pues hoy la conectividad no es una realidad para todos en este país», destacó Gabriel Contreras Saldívar, Presidente Comisionado del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT).
Al participar en la Convención Nacional Canieti 2018, aseguró que la desigualdad en el país persistirá, mientras la conectividad siga estando ausente en amplias regiones del país; «hoy no es lo mismo el acceso que se tiene en el norte (del país) que en el sur; no es el mismo acceso que se tiene en la capital que en zonas rurales; el acceso depende hoy de los ingresos, la edad y la educación que tenga el usuario».
En opinión del titular del IFT, para reducir esta brecha es imprescindible la suma de muchos esfuerzos; el instituto ha dirigido sus acciones en dotar al mercado del espectro necesario para que surjan y operen los nuevos esquemas de comunicación y negocios que genera la nueva era digital; ejemplo de ello es la reciente Licitación IFT-7 de la banda de 2.5 GHZ con obligaciones de cobertura en 200 localidades de entre mil y 5 mil habitantes, que hoy no tienen este servicio.
«Pero hay que decirlo y hacerlo fuerte y claro, ninguno de estos esfuerzos será suficiente si continuamos viendo obstáculos en el despliegue de infraestructura, especialmente a nivel local. Se viven en el país francas extorsiones para aprobar la construcción de infraestructura en esas zonas, producto de decisiones que se toman a nivel local»
Otros retos, dijo, estarán en satisfacer la creciente demanda de datos y conectividad barata y con capacidad para operar con buenas velocidades; un marco jurídico que brinde certidumbre a las inversiones, protocolos muy claros para señalizar la ruta de la hiperconectividad, más conectividad pero también más segura, más confiable y por supuesto espectro para la gran demanda que se observará en el mercado interno.
El presidente del IFT, habló sobre la necesidad no solo de satisfacer la demanda de espectro, sino también de revisar su costo para evitar que sea un obstáculo de nuevas inversiones; normas de ciberseguridad la privacidad del usuario, así como evitar la tentación de sobre-regular nuevos modelos de negocio que solo se explican con el uso legítimo de datos, «es imprescindible evitar en el futuro que prevalezcan privilegios o problemas que empiezan a competir con viejas plataformas».
Contreras Saldívar aseguró que México vive cambios disruptivos que conducen en forma inevitable a lo que será la era de la hiperconectividad; es decir, miles de millones de dispositivos conectados que en muchas ocasiones tomarán decisiones por los humanos, una realidad que se enfrenta ya en muchos sectores productivos del mercado global.
En muy poco tiempo, operarán tecnologías como el Internet de las Cosas (IoT), Ciudades Inteligentes, vehículos autónomos, Realidad Aumentada; en los próximos cuatro años el número de dispositivos conectados a internet en los países que integran la OCDE, crecerá 14 veces y hacia 2020 habrá dos millones de robots industriales operando, tecnologías todas que aportarán hasta 1.2 por ciento adicional al Producto Interno Bruto (PIB) del planeta.
Hacia el 2025 solo una de cada 10 conexiones será entre humanos, sin embargo hoy ya es palpable, por muchos datos y aspectos, la gran Revolución Tecnológica un proceso que empieza a tener un impacto en lo social, la economía, lo productivo, en el acceso a servicios y el ejercicio a derechos, con un poder enorme para reducir desigualdades, es decir un instrumento de desarrollo social.
Con la reforma en telecomunicaciones, en México se lograron buenos avances: se concretó la transición a la Televisión Digital Terrestre (TDT), se liberó la banda de 700 MHz. para utilizarla en la construcción de la Red Compartida que dará cobertura de conectividad al 92 por ciento de la población; se cuenta ahora con una tercera cadena nacional; 33 nuevas cadenas de tv abierta a nivel local; operan 141 nuevas estaciones de radio, todo ello concretado a través de licitaciones públicas y transparentes.
«En los últimos cuatro años la inversión de los operadores suman más de 320 mil millones de pesos, además de observarse en la industria de las telecomunicaciones un dinamismo de crecimiento y productividad, poco visto en otros sectores, lo que explica la tasa de crecimiento promedio anual de 11.3 por ciento, es decir, 4.5 veces más que lo observado en el desempeño de la economía nacional».
Finalmente destacó la necesidad de orientar con mayor detalle el uso de la tecnología, pues hoy en su mayoría es para consultar información o entretenimiento, y resulta imprescindible canalizar esta actividad a la formación de capital humano a la capacitación de actividades productivas. «Lo que no hagamos hoy, solo aumentará más brechas, hay nuevas carreteras (tecnológicas) con potencial enorme y hay que usarlas; el país requiere más y mejor conectividad, mucho más barata, para más personas, reducir desigualdades y elevar la productividad del país.
C$T-EVP