La brecha digital va más allá de la imposibilidad que tienen millones de personas para conectarse a internet, es un desafío económico que impacta negativamente en el desarrollo individual y colectivo.
En opinión de Ingrid Motta, directora general de Braingame y experta en telecomunicaciones, las sociedades que no ven la democratización tecnológica, la igualdad de género y el cierre de la brecha digital como factores necesarios para el desarrollo, están destinadas al estancamiento. El nombre del juego en la economía digital, es la inclusión.