La transformación digital de las más de 5 millones de Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Mipymes) en México, enfrenta barreras para la transformación digital que van, desde la resistencia de los dueños de las empresas y la falta de capacitación de los empleados, hasta las dificultades financieras (inversión, crédito, acceso al sistema financiero formal), impertinencia de soluciones digitales e inconsciencia sobre los riesgos de ciberseguridad.
Especialistas de diversas instituciones congregados por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) en el 5 Foro de Diálogos sobre la transformación digital en México, coincidieron en los elementos de este diagnóstico cuya solución, dijo Javier Juárez Mojica, comisionado presidente del órgano regulador, no pasa por una receta única, sino que exige un trabajo conjunto de las propias empresas, autoridades, cámaras empresariales, academia y la sociedad en su conjunto.
En todo caso, dijo, lo importante es capitalizar “el gran ingenio de los mexicanos que no pueden replicar ni los mejores algoritmos de la inteligencia artificial y que debemos impulsar para aplicar esa inventiva a la productividad y ver cómo damos vida a esas vértebras que dan conectividad a México a través de la columna vertebral de la economía que representan las 5 millones de Mipymes en el país”.
Sobre el tema, Salma Jalife Villalón, presidenta de Centro México Digital, explicó que los beneficios de digitalizar los negocios son evidentes, pues las empresas pueden crecer, al igual que sus equipos de trabajo más fácilmente, y por lo general están en condiciones de ofrecer mejores salarios y, por supuesto, son más productivas.
Sin embargo, en el caso de las Mipymes siguen existiendo barreras para la transformación digital. La principal es la voluntad del dueño de la empresa; tiene que haber una convicción expresa de su parte para que las cosas funcionen y todos los empleados, “ya sean dos o 20 o los que sean, tienen que estar también convencidos y entrar en la dinámica, porque de lo contrario, nunca ocurrirá”.
Pero también es importante que la transformación digital se logre a la par de la inclusión financiera que les permita insertarse en cadenas productivas y que automaticen los procesos que sean posibles para hacerlas más eficientes. Sin contar con el grave desconocimiento que hay sobre los riesgos de la ciberseguridad, que deben ser atendidos de manera inmediata.
Advirtió que “la transformación digital no es de un día para otro; es un proceso que lleva tiempo y existen áreas prioritarias de la empresa y otras no tanto”, por lo cual es importante capacitar a los emprendedores y abrirles opciones de financiamiento, tema que suele frenar mucho el crecimiento de estas empresas.
Sebastián Rovira, oficial a cargo de la Unidad de Innovación y Nuevas Tecnologías de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), explicó que entre 2014 y 2023, la región ha registrado índices de crecimiento del 0.3 por ciento anual, nivel que palidece, frente a la llamada “Década Perdida”, de 1980, cuando los países de la región crecieron a un ritmo del 2.0 por ciento anual.
Por ello, la transformación digital es no sólo necesaria sino urgente, si se toma en cuenta que en México, la productividad de las Mipymes es de sólo 6.7 por ciento con respecto a las grandes empresas, mientras que este índice en Europa alcanza el 48 por ciento.
Es evidente que con estos índices, estas empresas prácticamente no pueden entrar en las cadenas productivas y, por lo tanto, corren riesgo de desaparecer, sobre todo cuando la falta de capacitación y la impertinencia de las soluciones digitales que se les ofrecen, combinada con la falta de financiamiento y la inconsciencia sobre el riesgo que enfrentan en materia de ciberseguridad, forman una combinación peligrosa.
Al respecto, Irma León Garza, presidenta de la Comisión Pyme de la Cámara de la Industria de Transformación de Nuevo León (Caintra), coincidió con este diagnóstico y enfatizó que muchas veces los microempresarios no quieren cambiar y siguen llevando reportes desactualizados en papel, que cuando se confrontan a la realidad, generalmente llegan tarde.
Y cuando han comenzado sus procesos de digitalización, a veces pagan “servicios económicos” que les permiten el almacenamiento de información, pero no la capacidad de analítica de datos, “y a la ciberseguridad, ni la volteamos a ver”.
Para poner en perspectiva este último tema, Alfonso Hernández Maya, Coordinador general de Política del Usuario del IFT, explicó que según datos del propio Instituto, la mayoría de las Mipymes “creen que contar con ciberseguridad es deseable, pero no prioritario”.
Y es que, el 70 por ciento de los empresarios no tiene mecanismos en materia de ciberseguridad, 60 por ciento no capacita a su personal sobre los riesgos de virus y fuga de información y 90 por ciento cree que es poco probable que sean objeto de ciberataques.
C$T-GM