Lejos de quitarle el trabajo a los abogados, la Inteligencia Artificial (IA) está llamada a liberar trabajos tediosos, repetitivos, tardados e improductivos, es decir, la “talacha” en actividades que normalmente son encargadas a los pasantes, quienes ahora tendrán la oportunidad de ocupar ese tiempo en verdaderamente aprender el oficio en compañía de abogados más experimentados.
Sin embargo, para usar esta herramienta primero hay que tener nociones claras de ciberseguridad, pues de nada vale un sistema de protección cibernética de 10 millones de dólares si, por ejemplo, los empleados de un despacho de abogados siguen utilizando la contraseña 123456, que increíblemente sigue siendo la más socorrida en el mundo, advirtió Allan Morgan, representante del área Legal de IQSEC, empresa especializada en ciberseguridad.
En entrevista con ConsumoTIC, aseguró que la tecnología está llamada a ser un gran auxiliar para los litigantes en todas las materias e incluso hay muy buena disposición por parte de las autoridades judiciales para adoptarla, ya que ahorra tiempo, dinero, contribuye a conservar el medio ambiente, al reducir dramáticamente el uso del papel y garantiza plena seguridad si se utiliza de manera correcta y con mecanismos como la Firma Electrónica Avanzada.
Y mientras crece el interés en la IA y el falso debate sobre el supuesto desplazamiento de trabajos humanos, al menos en el sector de los abogados, es evidente que la herramienta ayuda mucho, pero lo importante es que cada abogado comprenda que, más allá del tamaño de despacho donde colabora, “cada persona que trabaja está abriendo puertas al enviar y recibir correos, por donde se puede colar la ciberdelincuencia, que busca de la información de los procesos legales que llevan los abogados, como el bien más valioso que puedan robar”.
Recordó que desde los abogados que trabajan solos, hasta los grandes corporativos internacionales que pueden tener miles de empleados en varios países, la información de cada uno de sus clientes está en riesgo por igual; “lo importante es tener conciencia sobre el uso de herramientas de protección contra ciberdelitos como la ingeniería social, la suplantación de identidad o el fishing, por mencionar algunos y mejorar la educación sobre el uso de las herramientas y delitos informáticos, pues increíblemente la contraseña más usada en el mundo sigue siendo la secuencia de números del uno en adelante”.
Desde 2020 ConsumoTIC publicó información donde se señalaba que la contraseña 123456 era entonces la más usada en el mundo y, a decir del especialista de IQSEC, hasta la fecha prevalece ese problema, que en realidad es el que merma cualquier sistema de ciberseguridad, pues recordó que en su mayoría, “los ciberataques no son planeados, sino que son enviados en masa por robots que van buscando vulnerabilidades y una de ellas son las contraseñas poco seguras”.
Respecto a la disposición de las autoridades judiciales por mudar las operaciones al ámbito digital, en lugar de seguir usando el papel y la presencia en tribunales, Allan Mondragón sostuvo que sí hay una evidente disposición de hacerlo así.
“Sí veo al Estado dispuesto a la transformación digital; de hecho el Poder Judicial ha sido punta de lanza en utilizar mecanismos innovadores como la Firma Electrónica del Poder Judicial, y poco a poco aumentan las etapas de procesos de juicio que se llevan de forma electrónica» detalló el experto.
Actualmente, añadió, se puede presentar una demanda por internet y con el nuevo Código Nacional de Procedimientos Civiles, todos los juicios incluyen mecanismos como la firma electrónica simple, avanzada, blockchain y de hecho ya se camina en el sentido de poder establecer todos los juicios de principio a fin en el ámbito digital, lo cual tiene beneficio en muchos sentidos como eliminar las inmensas montañas de papeles que generan los expedientes.
Aún así, lo importante es ajustar las normas a la realidad, pues “la tecnología va tres cuadras delante de todos, pero el tema es ir tomando conciencia y la agilidad para alcanzarla, aunque sabemos que tal vez no lo haremos al 100 por ciento, pero si nos enfocamos en agilizar los procesos legislativos quizá estemos un poco más cerca”, adelantó.
Una de las preocupaciones esenciales, es la protección de los datos personales, pues en el caso de los abogados, la ciberdelincuencia busca la información de los clientes, especialmente de aquellos grandes clientes de los corporativos de renombre internacional, que suelen tener asuntos de gran relevancia, valuados en millones de dólares.
De hecho, los clientes que lleguen a sufrir robo cibernético de información, tienen la posibilidad de demandar legalmente al abogado por falta de cuidado en la información, si bien en ese caso lo importante es acreditar plenamente esa falta de cuidado.
En todo caso, si se sufre un robo de información, “lo mejor es acompañarse de personal técnico que ayude a recuperar la información y de un abogado que le pueda apoyar a manejar todas las consecuencias de carácter legal derivadas de una pérdida de información”.
Por eso, en Europa ya se aprobó y está en funcionamiento una herramienta que se llama Protección de Datos Personales por Diseño, lo cual consiste en establecer una serie de candados desde que las herramientas digitales literalmente se diseñan (de ahí el nombre), para garantizar el cuidado en todo el ciclo. De ahí que recomendó adoptar esta práctica para proteger la información también en México.
C$T-EVP