En México podría haber hasta un millón de niños sobredotados (con un IQ superior a 130 puntos), si se atiende el cálculo de la OMS en el sentido de que esta característica está presente en el 3.0 por ciento de la población. De esta población, apenas el 5.0 por ciento son detectados y atendidos a tiempo, mientras el resto por lo general quedan expuestos a malos diagnósticos que incluso los llevan a ser medicados sin justificación.
El doctor Andrew Almazán Anaya, director de Psicología del Centro de Atención al Talento (CEDAT) y él mismo sobredotado que antes de cumplir 28 años acaba de concluir su quinta maestría, esta última en medicina y nanotecnología por la Universidad de Oxford con una investigación de nano-bioingeniería para tratamientos de pacientes diabéticos, advirtió que la falta de información, lleva a diagnósticos erróneos.
“Son niños que muy fácilmente los tenemos mal diagnosticados, o mal atendidos con déficit de atención, hiperactividad, Síndrome de Asperger o hasta con trastornos del espectro autistas y gran parte de nuestro trabajo consiste en romper esto y demostrar que la inteligencia de estos niños no requiere medicamentos ni atención como niños problema, sino potenciación”.
Al presentar el nuevo Perfil del Niño Genio Mexicano actualizado a 2024, –herramienta diseñada para que los padres que reconozcan características buscan orientación– reconoció que desde que se hizo el primer perfil en 2014 hasta la fecha, el mundo ha cambiado mucho y por eso es necesario tomar en cuenta diversos factores.
Por ejemplo, la evolución de la tecnología, herramienta que, si bien puede ayudar a un niño a encontrar información de calidad en internet, también lo puede llevar a exacerbar su hiperactividad por la aburrición que sufre al interactuar con niños de su edad, especialmente cuando no ha sido diagnosticado.
“La tecnología puede ser muy buena para acceder a más información, pero también cuando tenemos más tiempo de ocio, la hiperactividad es peor. Entonces, con el abuso de tecnología la hiperactividad es más fuerte”, señaló, al aclarar que no se trata de un trastorno, sino de un efecto que se produce cuando el menor está aburrido. En ese momento “el niño busca información en Internet y no es que esté mal hacerlo; lo que buscamos es que se haga de forma ordenada”.
Respecto al nuevo perfil que se elaboró con base en los casi 14 mil casos que se han atendido en CEDAT (institución que atiende a más de la mitad de los niños talento que se detectan en México) desde 2010 a la fecha, se detectó que 91 por ciento muestran hiperactividad; 94 por ciento sensibilidad emocional; 84 por ciento hipersensibilidad sensorial; 90 por ciento gusto y facilidad para armar objetos; 92 por ciento, más capacidad para conversar con personas mayores o con niños de niveles superiores.
Por otra parte, 73 por ciento suele tener problemas de conducta en la escuela, básicamente porque están aburridos (el 95 por ciento se aburre con niños de su edad) y eso lleva a que se les considere como conflictivos y se les termine medicando, ante diagnósticos equivocados.
Otro de los casos muy común, es que estos niños no miren a los ojos cuando se les habla y sin embargo sí están prestando atención. Los médicos suelen considerar esto como síntoma del espectro autista y lo tratan con medicamento, cuando “es un rasgo que vemos mucho en los niños que tenemos, pero debemos entrenarlos en principio por educación, pero también para evitar que los lleven con un médico y les dé un diagnóstico equivocado como el autismo que está muy de moda”.
El nuevo perfil que presentó CEDAT también echa por tierra el mito de que el niño genio “es el nerd o el ratón de biblioteca que saca 10 en la escuela”; de hecho, el talento de estos niños “no se correlaciona con las calificaciones académicas altas, pues resulta que las calificaciones en primaria, secundaria, nivel básico en México, no reflejan la habilidad de un niño o joven superdotado. Por eso no se pueden usar las calificaciones de la escuela como prueba de IQ. Estas pruebas tienen que ser independientes”.
De acuerdo a este perfil 2024, el 80 por ciento de los niños sobredotados se obsesionan fácilmente; 99 por ciento pueden aprender sin prestar atención y al 94 por ciento les gusta imponerse y liderar, además de que sí existe un factor genético que puede determinar que un hijo o hija (incluso familias completas) sean sobredotados.
Por eso, no es casualidad que en la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, se concentre el mayor número de niños de este tipo, pues normalmente son hijos de personas con muchos estudios que viven en esas ciudades por ser las que más universidades tienen, pues el ambiente donde el niño se desarrolle influye en sus cualidades.
Por otra parte, es interesante observar que ocho de cada 10 menores a quienes se les hacen pruebas son niños, y sólo dos son niñas. Esto se debe a que los niños suelen presentar problemas de conducta, que llevan a los padres a buscar orientación, mientras las niñas suelen ser más calladas y no son conflictivas, por lo que no llaman la atención, aunque sean igualmente inteligentes.
Junto con la presentación del perfil actualizado, el doctor Almazan Anaya anunció que el CEDAT se está expandiendo con un nuevo centro en Houston, Texas y en los próximos meses abrirá uno más en Boston, Massachusetts, donde se brindará la orientación a los padres, pruebas y el modelo de potenciación al talento de los niños, sobre todo (aunque no exclusivamente) a la comunidad latina de esas ciudades.
“Por lo general tomamos modelos de Estados Unidos y los traemos a México; ahora haremos lo contrario para atender a los niños que veamos allá en Houston y en Boston, para detectar a tiempo a los sobredotados y darles la atención que merecen para potenciar su talento”, explicó.
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