Pese a que la brecha entre intención y acción aún es grande, la ética en la Inteligencia Artificial (IA) ganó importancia entre las organizaciones en los últimos tres años, incluso más entre los ejecutivos no técnicos, quienes afirman estar mejor preparados para acercar la educación que requieren los colaboradores.
“Los directores de recursos humanos están preparados para abordar de manera proactiva la educación requerida de los empleados. Aquellos con planes para volver a capacitar a los trabajadores afectados por la IA aumentaron del 37 al 55 por ciento del 2018 al 2021”.
El estudio global IBM Institute for Business Value (IBV) encontró un cambio radical en los roles responsables de liderar y defender la ética de la IA en una organización, ya que 80 por ciento de los encuestados señaló a un ejecutivo no técnico como el principal “promotor” de la ética de la IA, cuando en el 2018 la cifra fue de 15 por ciento.
En América Latina, el 88 por ciento de los líderes con roles comerciales y tecnológicos encuestados coincidió en que la ética de la IA es importante para sus organizaciones y el 89 por ciento afirmó que es una fuente de diferenciación competitiva.
“Aquellas organizaciones que adoptan la IA como clave para su estrategia comercial informan que lograron dos veces el ROI (Retorno Sobre la Inversión) en proyectos de IA en relación con aquellas empresas que no consideran que la IA sea importante”.
El uso cada vez más común de algoritmos en soluciones con esta tecnología IA en los negocios, expuso Jesús Mantas, Global Managing Partner de IBM Consulting, se enfrenta a crecientes demandas internas y externas de diseños justos, seguros y confiables, así como al poco progreso en la industria en la incorporación de la ética de la IA en sus prácticas.
“Los hallazgos del estudio demuestran que construir una IA confiable es un imperativo del negocio y una expectativa social, no solo un problema de cumplimiento. Como tal, las empresas pueden implementar un modelo de gestión e incorporar principios éticos en todo el ciclo de vida de la IA”.
Sin embargo, pese a los esfuerzos, reveló el documento, incluso el liderazgo corporativo sabe que queda mucho trabajo por hacer, respecto a lo que el Foro Económico Mundial denomina la brecha de intención-acción.
“Menos del 20 por ciento de los ejecutivos están totalmente de acuerdo en que las prácticas y acciones de sus organizaciones sobre la ética de la IA coinciden (o superan) con los principios y valores declarados”.
No obstante, la responsabilidad ha cambiado, pues las empresas de todas las industrias y geografías ahora buscan a sus ejecutivos no técnicos para liderar, y con un enfoque colaborativo. Los ejecutivos citan 20 funciones empresariales diferentes que están, al menos, algo implicadas con el tema, lo que sugiere que la sinergia es esencial.
C$T-GM