En América Latina, donde el promedio de adopción del servicio de Banda Ancha Fija (BAF) entre los hogares es de 48 por ciento, los altos precios, baja calidad y limitados incentivos a la inversión en infraestructura de telecomunicaciones, son algunas de las condiciones adversas generadas por altos niveles de concentración.
“Existe evidencia que sustenta que aquellos países en los que se identifica una estructura de mercado más concentrada, con un menor número de operadores competidores y/o con un operador con una elevada participación de mercado, tienden a presentar condiciones adversas para el acceso a la banda ancha fija”, destaca un análisis de la consultora The CIU.
Daniel Cabrera Martínez, analista de la firma explica que la concentración en el mercado, medida a través del Índice de Herfindahl Hirschman (IHH) que va de 0 a 1 donde 1 es el nivel máximo de concentración, se relaciona negativamente con la adopción de la BAF en los hogares de la región.
Esta correspondencia se cumple únicamente para mercados en los que un operador estatal no es el operador principal o no tiene ventajas significativas frente a sus competidores.
Por ejemplo, mercados como el chileno o el brasileño se caracterizan por ser los que registran un menor nivel de IHH, es decir, se encuentren menos concentrados, circunstancia que coincide con que son aquellos con mayores niveles de adopción de la BAF.
En contraste, en Guatemala y Perú la oferta de Banda Ancha Fja es provista, en su mayoría, por un solo operador, hecho que se corresponde con bajos niveles de adopción.
México, refiere el especialista, aún se encuentra en un nivel medio en el comparativo entre países, a pesar del avance y esfuerzos en el desarrollo de infraestructura, de las mejoras en cobertura, calidad y precios al consumidor final”.
“Ello debido a que el principal operador (Telmex) continúa registrando una participación de mercado marcadamente superior a sus competidores, aunado a la aplicación ineficaz del marco regulatorio de regulación asimétrica, condiciones que reducen los incentivos a la provisión del servicio en condiciones óptimas y consecuentemente, limitan su contratación entre los hogares”.
El analista de The CIU expone que el llamado “empujón digital” registrado desde el año pasado ha propiciado una mejora en las condiciones de disponibilidad, calidad y asequibilidad en la provisión de servicios como la BAF, circunstancia que se ve influenciada por la dinámica de factores tan diversos como las condiciones geográficas, el desarrollo de habilidades digitales, el marco regulatorio y los niveles de competencia efectiva.
“La inclusión de estos factores es esencial para el diseño e implementación de cualquier medida de política pública o agenda digital que se emprenda en la región, en reconocimiento de las condiciones estructurales que caracterizan a los países de Latinoamérica como la disparidad en términos del ingreso, geografía, política y desarrollo social”.
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