En América Latina y el Caribe existen alrededor de 340 empresas emergentes Deep Tech, es decir, startups basadas en descubrimientos científicos o innovación disruptiva, que al generar alrededor de 8 mil millones de dólares, son pieza clave en la reconfiguración de la economía regional.
Un informe del Laboratorio de Innovación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID Lab), muestra que este sector incluye empresas dedicadas a distintas áreas, como inteligencia artificial, biotecnología, robótica, tecnología espacial, energía limpia y nanotecnología, refiere The Ganesha Lab.
Las startups de biotecnología son los principales creadores de valor en el sector de Deep Tech en Argentina (80 por ciento), Brasil (68 por ciento) y Chile (24 por ciento). Sin embargo, dos de las mayores economías de la región, México y Colombia, están rezagadas en el desarrollo de las startup Deep Tech, con una de las concentraciones más bajas de este tipo de empresas en América Latina.
Sorprende que México, con un gran sector manufacturero y de capital de riesgo, apenas tenga 0.2 startups Deep Tech por cada millón de habitantes, pues el país sigue enfocándose en nuevas fintech y marketplaces, dando poco valor a ese nicho, que se espera multiplique por 20 el dinero que apuestan fondos de capital privado en startups Deep Tech de Latinoamérica en la próxima década.
Al día de hoy, la capacidad del ecosistema de la región para convertir aún más ciencia y tecnología en empresas rentables se ha visto obstaculizada por la falta de inversión financiera.
En 2009, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) identificó sólo siete naciones (Chile, Argentina, Brasil, Costa Rica, Uruguay, Cuba y Colombia) que impulsan la biotecnología a través de la inversión público-privada, lo que indica un crecimiento desigual entre los países del subcontinente.
A nivel internacional, la región tampoco se encuentra en una posición favorable. Ningún país latinoamericano perteneciente a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) se encontraba entre las 10 naciones con mayor número de empresas biotecnológicas en 2018, según datos del sitio web Statista.
“A pesar de su relevancia económica y potencial para mejorar la calidad de vida de las personas, los avances en el campo de la biotecnología han sido lentos en América Latina. Ante este escenario, es fundamental crear y destacar nuevas startups biotecnológicas, ya que el sector juega un papel crucial, no sólo para atraer inversionistas a la región, sino también para posicionar a Latinoamérica como líder en desarrollo científico”, opina Markus Schreyer, CEO The Ganesha Lab.
Estas iniciativas, señala el directivo de la aceleradora global de startups con base biotecnológica, han impulsado el crecimiento y también pueden allanar el camino para la creación de importantes oportunidades de empleo para la población local.
De hecho, aseguró que la biotecnología encierra el potencial de transformar vidas a través de innovaciones, no sólo en el ámbito de la salud, sino también en los sectores de la agricultura, la lucha contra los problemas climáticos y la preservación de los recursos naturales, entre otros.
“Creo firmemente que la convergencia de la ciencia y la tecnología seguirá impulsando avances significativos en nuestra región, desempeñando un papel crucial en una transformación global, con América Latina como protagonista”.
En este escenario, Schreyer agregó que es imperativo fomentar el surgimiento de más empresas orientadas a la tecnología profunda, a medida que el mercado global dirige su creciente atención a la zona como un robusto ecosistema biotecnológico.
Explicó que, “este movimiento, a su vez, atraerá la inversión global hacia las empresas latinoamericanas. También es esencial que agentes transformadores, como aceleradoras y emprendedores, unan sus fuerzas para impulsar el crecimiento del sector biotecnológico en América Latina”.
El fundador de The Ganesha Lab destacó que la interacción con los ecosistemas globales, especialmente el estadounidense, también desempeña un papel clave a la hora de compartir conocimientos, acceder a recursos y ampliar el impacto global de estas iniciativas.
“A medida que las empresas se adentran en el mundo de la Deep Tech, están dando forma a un futuro en el que la innovación se convierte en la base del desarrollo económico y social. De este modo, los países latinoamericanos pueden convertirse en referentes internacionales del sector”.
C$T-GM