En medio de un contexto retador, donde apenas el 15 por ciento de los Objetivos de Desarrollo Sustentable de la ONU están en ruta de cumplirse correctamente, el “empujón digital” derivado del Covid 19, ha generado una mayor inclusión financiera en todo el mundo, especialmente de adultos que hoy utilizan instrumentos digitales para relacionarse con la banca, cuando hace apenas unos años no lo hacían.
El “Reporte de Objetivos de Desarrollo Sustentable 2023” recién liberado por la Organización de las Naciones Unidas, muestra un escenario donde urge fortalecer intensivamente la voluntad política de los Estados Miembros para cumplir con los objetivos hacia el 2030.
“A menos que actuemos hoy, la Agenda 2030 se va a convertir en el epitafio del mundo que pudo haber sido”, advierte en la presentación del documento el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres.
De manera clara, hay un retraso en los trabajos para lograr el cumplimiento de los 17 objetivos (relacionados con salud, trabajo decente, acceso al agua, equidad de género, entre otros), pues el 48 por ciento de ellos están “moderada o sumamente fuera de ruta” y el 37 por ciento restante se encuentran “estancados o en regresión”.
Algunos de los objetivos enfrentaron retrocesos debido a la pandemia por Covid 19, como por ejemplo la vacunación y la mortalidad infantil, que lejos de progresar se retrajeron, precisamente por falta de medicamentos, atención médica y procesos de vacunación habituales.
Lo mismo ocurrió en términos de educación, donde los objetivos registraron retrocesos en prácticamente todo el mundo, en los niveles primaria, secundaria y preparatoria, donde se observaron caídas en las capacidades de los niños en diversos aspectos educativos, debido a la ausencia de las aulas. Este proceso aún no termina una vez que salimos del confinamiento y la recuperación amenaza con tomar mucho más tiempo del que pudiera esperarse.
Sin embargo, el documento destaca una repercusión positiva e inesperada de la pandemia en materia de inclusión financiera, pues se aceleró la adopción de soluciones digitales, al grado de que se habla ya de una “transformación en el acceso” en prácticamente todo el mundo.
De esta forma, mientras en 2014 apenas 62 por ciento de los adultos alrededor del mundo tenían una cuenta en una institución financiera, esta cifra se amplió al 76 por ciento en 2021. Esto incluye cuentas en bancos tradicionales y en instituciones financieras reguladas como uniones de crédito o microfinancieras, de lo que se concluye que “la tecnología ha jugado un papel crucial en el avance de la inclusión financiera”.
De esta manera, el informe indica que gracias al avance de la tecnología, impulsado en buena medida por las necesidades impuestas por el confinamiento derivado del Covid 19, se ha llegado a personas antes “no bancarizadas” que ahora aprovechan pagos digitales como las transferencias directas de servicios sociales o pago de salarios, en un contexto de redes de pago interoperables que tienen su base en las infraestructuras de telecomunicaciones nacionales e internacionales.
“Durante la crisis del Covid 19, el 39 por ciento de los adultos en países con economías consideradas de ingresos bajo y medio, abrieron las primeras cuentas en su vida en instituciones financieras, específicamente para recibir pagos de salarios o transferencias de subsidios del Estado”, detalla el documento de las Naciones Unidas.
Y si bien hay un importante incremento en la inclusión financiera a través de instrumentos digitales, aún prevalece un escaso avance en las redes de telecomunicaciones. En América Latina y El Caribe, el acceso a 3G se calcula en 92 por ciento, mientras el acceso a 4G se ubica en 88 por ciento, por abajo del promedio mundial del 90 por ciento en esta última tecnología, aunque compartiendo con la mayoría del mundo en cuanto a la dificultad de la conectividad de último tramo.
El documento señala que por ahora, es posible suponer que el despliegue de redes 5G mantenga un ritmo moderado en la región (en particular debido a problemas regulatorios y de colocación física de infraestructura), como lo muestra el hecho de que hasta finales del 2021, en cifras preliminares, se calculaba que esta tecnología apenas estaba disponible en 19 por ciento a nivel global, con mayor presencia en países desarrollados.
C$T-GM