En la semana del 17 al 21 de julio, se publicaron en medios de comunicación impresos y digitales las siguientes columnas especializadas en telecomunicaciones y el ecosistema digital:
La semana pasada que estuve en Holanda por temas de trabajo, me llamó mucho la atención cómo está funcionando actualmente el famoso Reglamento General de Protección de Datos (GDPR, por sus siglas en inglés), que se refiere a un conjunto de leyes de privacidad y protección de datos personales para usuarios y empresas en la Unión Europea.
El viernes pasado, el Instituto de Derecho de las Telecomunicaciones (IDET) que me honro en presidir, emitió un boletín para llamar la atención sobre el grave problema que implican los altísimos derechos que por uso del espectro radioeléctrico tienen que pagar las empresas de telecomunicaciones. Más allá de que la reforma en telecomunicaciones de 2013 estableció la atribución exclusiva del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) para administrar el espectro y fijar las contraprestaciones por su uso, en la práctica es el Congreso de la Unión, previa propuesta de la Secretaría de Hacienda, quien establece las contraprestaciones bajo la figura de derechos. Ya sabe usted, nuestro eterno problema con el cumplimiento de la ley.
Hoy Internet es tan importante y necesario como lo fue en su momento el teléfono. Para algunos que me leen y que nacieron en los años 1960s recordarán lo complicado que era de hacerse de una línea telefónica. La empresa que daba el servicio era TelMex, que era del Estado, y que estaba francamente limitada. Podían pasar meses hasta que la compañía telefónica mandaba un técnico y nos daba la ansiada línea residencial. Hoy, evidentemente, las cosas cambiaron y pedir una línea de teléfonos es cosa que se resuelve en un par de días en el peor de los casos.
«No habrá paz en Europa si los Estados se reconstruyen sobre la base de la soberanía nacional, con sus implicaciones de política de prestigio y protección económica…». Jean Monnet.
El espectro radioeléctrico es un recurso esencial para la provisión de servicios de telecomunicaciones, pero los operadores enfrentan una onerosa carga por su uso y aprovechamiento México. Además, es un insumo esencial por el que viajan nuestra voz y datos de telecomunicaciones. Ha quedado demostrada su relevancia para dotar de continuidad y ubicuidad en la realización de actividades diversas de comunicación, productividad, educación, entretenimiento, culturales, seguridad, entre otras por parte de toda nuestra sociedad.
En la tercera década del siglo XXI, los cuatro grandes temas globales son: la relación/rivalidad entre China y Estados Unidos, el fin de la globalización y la fragmentación económica, el calentamiento global y la inteligencia artificial.
La semana pasada, Ernesto Piedras y Radames Camargo, de CIU, publicaron una nota sobre lo transcurrido desde la promulgación de la reforma constitucional de telecomunicaciones de junio de 2013 y el significativo descenso de los precios de los servicios en esta industria.
C$T