Con equipos propios, instalados en sus domicilios o en autos, la radioafición mexicana volvió a poner su conocimiento técnico de las comunicaciones a través de las ondas electromagnéticas, al servicio de las personas que enfrentan tragedias provocadas por fenómenos naturales como el huracán Otis que afectó severamente al estado de Guerrero.
Tal como lo hicieron en el sismo de 1985 y en el ocurrido en 2017, hace unos días la comunidad de radioaficionados entró en acción para establecer canales de comunicación alternativos ante las severas afectaciones que presentaron los sistemas convencionales.
El pasado 24 de octubre, la misma noche en que hizo su arribo el huracán Otis al estado de Guerrero, los equipos de las redes de emergencia de la Federación Mexicana de Radio Experimentadores (FMRE) y de la Asociación de Radioaficionados de la República Mexicana (ARARM), echaron mano de sus protocolos, activaron sus sistemas y salieron al aire.
Con ello, se estableció el primer canal de comunicación a Acapulco, dado que los sistemas convencionales estaban severamente afectados y la población no tenía ninguna manera de comunicarse con sus familiares. El impacto a las redes de comunicación fue enorme e incluso el sistema de alerta sísmica fue afectado.
José Jorge Vega, presidente de la ARARM y Rubén Leal, presidente sustituto de FMRE, relatan cómo los radioaficionados prestaron servicios destacados a la población que pudieron comunicarse con sus familias en México y también en el extranjero.
“Mención especial merece la coordinación con el Centro de Mando de la Coordinación Nacional de Protección Civil, lo que permitió que se enviaran helicópteros a brindar atención médica que salvó vidas en cuatro comunidades (Tranquitas, El Zapote, Bordonal y Pénjamo)”.
La labor de la comunidad radioaficionada es tal, que incluso fue mencionada en un artículo del New York Times, a lo cual se suma el hecho de que gracias a un radioaficionado mexicano viviendo en el extranjero, se recibió una donación de equipos del Chandler Arizona Ham Radio Club.
A la fecha, los radioaficionados siguen operando sus redes de comunicación en apoyo a la población y a las instituciones, pero ¿cómo es que en el actual mundo digital en el que la vorágine tecnológica hace posible que la comunicación sea instantánea, masiva y en tiempo real, prevalezca vigente una actividad con más de 100 años de existencia y cuya labor en situaciones de emergencia es invaluable? Aquí te explicamos.
Los radioaficionados o radioexperimentadores son personas con un amplio conocimiento técnico de las comunicaciones a través de las ondas electromagnéticas, son expertos en el uso de equipos de radiocomunicación y sus ensayos, descubrimientos y actividades se realizan sin ánimo de lucro y siempre en beneficio de la sociedad.
Por ejemplo, en septiembre de 2017, la comunidad mexicana de radioaficionados fue clave en la difusión de información relacionada con la emergencia generada por los sismos registrados en la Ciudad de México, Oaxaca, Chiapas, Morelos, Puebla y Estado de México.
“Los radioaficionados o radioexperimentadores han hecho posible desde el siglo pasado importantes avances tecnológicos con radios no comerciales, con comunicación entre pares a nivel local e internacional usando distintas bandas de espectro e incluso a través de radio satelital. Son un apoyo fundamental en emergencias”, explicó Adriana Labardini, ex comisionada del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) en una entrevista otorgada a ConsumoTIC en 2018.
A nivel mundial, los radioaficionados han seguido un proceso de modernización usando tecnologías distintas y apoyándose en herramientas digitales; el conocimiento, ética y vocación de ayuda que tienen es fundamental aún en un mundo cada vez más conectado por internet.
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