A pesar de ser la tecnología de moda, aún falta que las personas y las empresas comprendan más a fondo los alcances de la Inteligencia Artificial, pues “no es que funcione con un botón, su ejecución exige preparación, estrategia corporativa y personal calificado que maneje la herramienta y sus resultados”, advirtió Jaime Balañá, director Técnico de NetApp para Iberia y Latinoamérica.
En entrevista con ConsumoTIC, reconoció que en realidad “no hace falta evangelizar a las personas sobre la IA, porque está de moda”; en todo caso, lo que hace falta es que las empresas diseñen formas funcionales, coherentes y estructuradas de cómo tratar sus datos, entendiendo que los distintos entornos que tienen (clientes, empleados, proveedores, etc), son susceptibles de consumir datos “y si no hay una estrategia clara, puede resultar en un gran fracaso”.
El especialista de la compañía que se dedica a la infraestructura de datos inteligente, recordó que esta tecnología, por más poderosa y prometedora que pueda ser, requiere inversiones, estrategia y personal calificado. Tanto es así, que “muchas empresas ya tienen una persona responsable de la estrategia de datos”.
Cierto que la IA llegó para quedarse, de hecho “todo el mundo va a poder sacar partido de ella, porque siempre habrá un caso de uso que sirva de algo, el reto es identificar y valorar si es rentable aplicarlo”.
Existe un caso de uso para el 100 por ciento de las empresas y de los temas que se buscan atender, ya sean problemas de calidad, atención a clientes (chat bots), mejora de procesos, implementación de nuevas ideas, porque esta tecnología “está para todos”, pero el caso es saber cómo se adapta a la situación particular y cómo la estrategia de datos puede operar para sacarle partido, porque “si los datos son malos, los resultados también serán malos”, advirtió.
Es recomendable que las empresas traten los datos como un producto más. Así como en los productos que se venden al público hay procesos, tiempos, planeación, jefes de producto, etcétera, así se debe proceder con los datos, tanto al interior como hacia afuera de la compañía, de manera que las cosas no se hagan diferentes si se trata de recursos humanos o en la relación con los clientes.
Jaime Balañá recomendó también tener en cuenta que, en materia de ciberseguridad, la IA es un arma de doble filo, pues los datos que están dispersos y no se les da “limpieza”, es decir, un mantenimiento constante para eliminar aquello que ya no sirve y carece de orden, esto puede llevar al fracaso a los proyectos, especialmente porque son más susceptibles de sufrir ataques cibernéticos.
“La IA es para todos y también se puede usar para hacer cosas malas”, por eso se debe estar preparado en todo momento. El dilema hoy, “ya no es si me van a atacar, sino cuándo” y con eso en mente, las empresas deben tener una estrategia para proteger sus datos, tener un respaldo eficiente y herramientas que las protejan para recuperar lo antes posible su información.
Las empresas de todos los tamaños, hoy en día son susceptibles de ataques, la diferencia es la eficacia de sus sistemas de protección. “Debemos estar preparados con una mentalidad diferente de la que aplicábamos hace años: nos escondíamos detrás de un muro de seguridad y listo. Hoy, ponga lo que ponga, alguien lo va a traspasar y por eso es importante recuperar el control lo antes posible y tener una estrategia de detección temprana y salvaguardas”.
De hecho, el costo del ransomware (el más común de los ataques), no radica tanto en el pago del rescate, como en el tiempo que tarda la empresa en recuperarse, lo cual puede llevar al desastre a cualquier compañía, si bien la diferencia es que las grandes empresas seguramente contarán con más recursos (de todo tipo) para hacer frente a la situación, mientras que las Pymes tendrán más dificultad para hacerlo y por lo tanto son más susceptibles de sufrir graves daños.
En otro tema, Jaime Balañá adelantó que a partir de febrero de 2025, entrará en vigor en Europa la llamada Regulación Europea DORA (Digital Operational Resillience Act), que busca garantizar la seguridad y salud digital de todo el sector financiero, para evitar así un eventual colapso del sistema bancario, que podría afectar incluso a nivel nacional.
Entre otras cosas, esta directiva pide a las empresas del sector financiero, no tener un solo proveedor de servicios digitales; contar con una estrategia de protección de datos; no almacenar todo en un solo centro de datos y adoptar la estrategia de “Mínimo Banco Viable”, es decir, tener herramientas para que la institución siga funcionando, aún bajo ataque.
Uno de los clientes de NetApp en España es BBVA y esta institución será una de las que aplique esta regulación, que también podría aplicar para sus operaciones en México.
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