La propuesta de dividir al país en 320 Áreas Parciales de Servicio (APS) para licitar espectro radioeléctrico para servicios móviles, podría resultar perjudicial en el mediano y largo plazo, ya que en cuanto más pequeña sea la red, el uso de este recurso sería menos eficiente y trae emparejadas interferencias que no se resuelven fácilmente.
“En caso de que los participantes ganadores se lleven espectro en algunas APS y en sólo en una banda, se podrían tener en el futuro consecuencias fatales en términos de uso eficiente del espectro, subutilización del espectro, además de eventuales interferencias”, expuso AT&T México al participar en la consulta pública sobre el proyecto de bases de la licitación IFT-12.
En el documento que estuvo en consulta pública hasta el pasado 1 de julio, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) sugiere que para efectos de la Licitación IFT-12, el país sea dividido en 320 Áreas Parciales de Servicio (APS).
En específico, propone que las bandas 600 MHz (parcialmente), 800 MHz (totalmente), banda L (parcialmente), 1900 (totalmente), AWS (totalmente) y 2.5 GHz (totalmente) sean licitadas en esas pequeñas APS.
AT&T México recordó que para uso móvil, desde sus inicios se asignó y eventualmente licitó espectro de forma regional (nueve regiones); posteriormente, al tratarse de un servicio eminentemente nacional y por las economías de escala, siempre que fuera posible, el IFT licitó el espectro de manera nacional.
“Para darle la vuelta al alto costo del espectro en México respecto a precios internacionales, el IFT está proponiendo licitar en zonas geográficas pequeñas APS, que como se ha dicho, podría resultar perjudicial en el mediano y largo plazo, además de que no resuelve el problema de fondo del costo del espectro. El marco regulatorio de las telecomunicaciones en México se basa en un esquema de libertad tecnológica del que gozan los concesionarios”.
En el caso de la radiodifusión, añadió, la tecnología está regulada en el título de concesión. De ese modo, en el caso de la radiodifusión, la ubicación de las antenas y la potencia con la que se radia es parte de la concesión, lo que permite (a priori) garantizar de forma razonable que no habrá interferencias entre los diferentes concesionarios de radiodifusión.
Sin embargo, en el caso de las telecomunicaciones, cuando se concesiona el espectro por APS, como es la propuesta para esta Licitación IFT-12, el reto es garantizar que no habrá interferencias con la APS vecina ni con la prestación de servicios móviles de forma masiva.
“Lo anterior conllevaría restricciones técnicas cuando se tengan dos operadores distintos, ya que se deberá proteger de interferencias en las fronteras entre bandas de frecuencia, por lo que será necesario una banda de guarda o bien una zona geográfica donde ninguno de los operadores pueda usar el espectro, lo cual de forma natural resulta en ineficiencias en el uso del espectro”.
La firma subrayó que el hecho de que las APS propuestas por el IFT no sean menores a 200 km no garantiza que no surjan interferencias, ya que la ubicación de las antenas depende de la geografía de la zona, la altura, entre otras características, por lo que no siempre será factible construir la antena en el centro de los 200 km en una zona plana para que la radiación sea pareja.
Este valor de 200 km surge de considerar un círculo plano con una antena colocada en el centro, como es obvio eso rara vez ocurrirá. “Por otra parte, pareciera que el servicio que el IFT tiene pensado para estas APS es el internet fijo inalámbrico en áreas rurales”, explicó.
Desde la perspectiva de AT&T México, es cierto que existe una gran demanda de este servicio en muchas áreas, provisto en general por pequeños proveedores locales que realizan una gran labor social, pero con los actuales precios del espectro eso no será rentable y se volverá al mismo problema.
No se trata del tamaño de las áreas de servicio, puesto que cuanto más pequeñas sean la red el uso del espectro es menos eficiente, sino de que el precio del espectro en México está fuera de proporción con la realidad del mercado. Si toda la banda quedara “picoteada” con bloques APS, ya sería imposible licitar luego esa banda de forma nacional o con otros esquemas.
Las APS no han probado ser el mejor mecanismo para generar efectos positivos en digitalización De conformidad con el estudio “The Impact of Spectrum Set-Asides on Private and Public Mobile Networks” , publicado en mayo de este año por la GSMA, “al considerar todas las variables relevantes, no hay evidencia de que la implementación de APS haya generado un incremento en la adopción de redes privadas”.
Si bien los casos de uso industriales más recientes requieren conectividad inalámbrica de gran ancho de banda, baja latencia, alta confiabilidad y seguridad reforzada, el establecimiento de APS representa un intercambio de prioridades, ya que, si bien por un lado, las reservas dan certeza de que se tendrá acceso y tenencia directa de espectro a empresas, lo que podría incentivar al sector privado en la adopción de redes y digitalización, por el otro lado, las APS reducen la cantidad de espectro disponible para redes públicas.
En el caso particular, se destinarían porciones parciales de espectro por un periodo de 20 años para cierto tipo de usos, tiempo en el que el mismo no se podrá usar para que los operadores móviles amplíen su capacidad o realicen cualquier otra actividad que tenga un beneficio para el grueso de sus clientes.
En el estudio, la GSMA concluye que la cantidad de espectro disponible para las redes públicas de telecomunicaciones impacta la calidad de una red y dan el ejemplo de que 100 MHz de espectro ha sido asociado con velocidades de bajada que son 24 por ciento más altas (equivalentes a 4.5 Mbps en términos de promedio de velocidad de bajada global entre 2014 y 2022).
Aunado a lo anterior, ese mismo estudio deja de manifiesto que existen otros mecanismos para desarrollar las redes privadas, como lo son mecanismos de compartición de espectro, establecer condiciones en las que los operadores puedan desplegar redes privadas o arrendarles espectro.
Esto va de la mano con un estudio de Cullen International de 20216 , en el que se menciona claramente que las redes privadas representan una nueva oportunidad de negocios para los operadores móviles y (a la fecha del documento) se habían identificado 68 operadores móviles (entre los que se encuentra AT&T) que proveían y estaban involucrados en el despliegue de redes privadas basadas en LTE o 5G.
En ese mismo artículo de Cullen se deja claro que, de conformidad con varios analistas, las redes privadas de 5G “matarían” el caso de negocios de fraccionamiento de espectro para usos relacionados con 5G.
Lo anterior es así, ya que los operadores han considerado este fraccionamiento como una funcionalidad importante del 5G, capaz de desatar nuevas oportunidades de crecimiento para los clientes empresariales presentes en industrias verticales, tales como manufactura, transporte inteligente y ciudades inteligentes.
También analizan aquellos casos en que reguladores han implementado APS para redes privadas, en las que su característica principal ha sido que se liberan por una vigencia relativamente corta de tiempo (e.g. 5 años) para que las empresas desplieguen sus redes.
C$T-GM