La humanidad podría cambiar radicalmente hacia finales de la presente década, cuando llegue la Inteligencia Artificial Generativa (IAG), tecnología que puede incluso ser «más lista» que un ser humano. Este punto de quiebre se aceleró 70 años respecto a las previsiones que los especialistas hacían en 2019, cuando creían que este momento llegaría hasta el año 2100.
Bernardo González, director de Operaciones de KIO, aseguró que “de lo que se estamos hablando es que en 2029 o 2030, estos algoritmos van a ser más más listos que un ser humano de manera general, si bien creo que no nos vaya a conquistar nuestra propia herramienta, simplemente la humanidad va a cambiar y vamos a aprender a usar unas herramientas que no entendemos cómo funcionan”.
Entrevistado por ConsumoTIC luego de ofrecer un panorama de la aceleración tecnológica en el contexto de la presentación del Índice de Madurez Digital de México 2024, el directivo aseguró que la humanidad se aproxima muy pronto al llamado “punto de singularidad” (de acuerdo con el científico estadounidense Ray Kurzweil), lo cual significa que las reglas (del desarrollo tecnológico) están cambiando a tal punto que implicará un cambio radical para la humanidad.
“Según Kurzweil, desde el año 2030 hacia adelante, nos vamos a empezar a fusionar con la tecnología y hacia el año 2045 (o antes, si las cosas se siguen acelerando a este ritmo), el ser humano se va a potencializar gracias a la tecnología, para hacer cosas que nunca habíamos hecho antes”.
Sin embargo, este desarrollo tecnológico tan acelerado no es gratuito, sino que obedece al enorme crecimiento de la inversión en el sector tecnológico. De hecho, la innovación disruptiva puede triplicar su valor en los mercados de capital al pasar de 19 trillones de dólares el año pasado, a 220 trillones de dólares hacia el 2030, lo que supone una tasa de crecimiento anual del 42 por ciento.
Además, las tres empresas más valiosas del mundo son Google, Microsoft y Nvidia, que suman un valor conjunto actual del orden de 9 trillones de dólares, lo que explica cómo y por qué se están acelerando los avances tecnológicos, que llevarán muy pronto a la humanidad a ese punto de quiebre, que Ray Kurzweil definió como el punto de singularidad.
Bernardo González recordó que este científico, “el único ser humano que yo sepa que tiene 19 doctorados”, publicó en 2005 su libro “La singularidad está cerca”, donde coincidía con otros especialistas en que el punto de cambio total de la humanidad, impulsado por la tecnología, llegaría después de la segunda mitad de este siglo.
Sin embargo, hace unos días publicó la actualización de ese mismo texto, ahora bajo el título “La singularidad está aún más cerca”, y destacar que la humanidad podría llegar a ese punto en 2029. El término “singularidad” fue tomado de la física y designa a ese momento en que las leyes cambian de manera tan radical, que significa una nueva era en el conocimiento.
Ante este panorama al que se llegará muy pronto, el especialista de KIO Networks exhortó a no tener miedo, y por el contrario abrazar ese momento, pues si bien la tecnología llegará a ser tan potente que no se llegue a entender del todo, no deja de ser una herramienta y lo más lógico es que no rebasará al ser humano, sino
por el contrario, lo ayudará a hacer cosas increíbles.
Para explicarlo mejor, señaló que por ejemplo, hoy un médico diagnostica enfermedades con base en sus conocimientos y experiencia y puede lograr una eficacia de 80 a 95 por ciento, más o menos. Ahora bien, si ese mismo médico contara con herramientas de Inteligencia Artificial Generativa, sus diagnósticos serán 100 por ciento certeros, porque los modelos serán entrenados con una cantidad de datos infinitamente mayor, y eso le liberará tiempo para atender a más pacientes.
Con todo, reconoció que “estos modelos pueden ser muy peligrosos si no están bien controlados”, porque actuar de manera negativa está en la misma naturaleza del ser humano, al igual que la atención a los peligros, de manera que habrá que cuidar muchos aspectos como la ciberseguridad y la creación de otros controles, lo que representará una adecuación a las nuevas realidades tecnológicas en actividades que ya existían.
Por ejemplo, antes los bancos no podían operar si no tenían policías armados y ahora no lo podrán hacer si no tienen equipos de ciberseguridad. “Ya no hace falta un policía con una pistola, pero sí un equipo de ciberseguridad (tanto de personas como de aparatos) para cuidar los activos del banco, así como proteger a sus clientes”.
Frente a este cambio radical de la realidad que significará el avance de la tecnología, Bernardo González mostró su optimismo, al señalar que “vamos a poder hacer cosas que por ahora ni nos imaginamos”.
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