En alrededor de una década, cuando la computación cuántica llegue a un mejor nivel de desarrollo y se combine de manera eficiente con la Inteligencia Artificial Generativa (IAG), la humanidad vivirá un auténtico cambio de era, con avances en campos como la salud, el desarrollo de materiales, el cuidado al medio ambiente y la seguridad en el sector financiero, a tal grado, que hoy parecería ciencia ficción.
Sin embargo, este desarrollo no está exento de peligros. “Existe el riesgo de que todo se pueda salir de control, los escenarios apocalípticos son realistas. Hay conversaciones muy interesantes a nivel global sobre los peligros que implica para la humanidad”, porque se trata de una tecnología increíblemente más poderosa que la actual.
Por ejemplo, con la computación cuántica, desglosar el genoma de una especie puede llevar horas, lo cual habla del nivel de complejidad que puede alcanzar, advirtió Pablo Gallegos, vicepresidente y director para México de HCL, empresa dedicada a proveer soluciones digitales.
En entrevista con ConsumoTIC, reconoció que el desarrollo de la computación cuántica está llevando tiempo, porque tanto los gobiernos como el mundo corporativo están siendo muy cautelosos, pues “falta un marco regulatorio y modelos más confiables en la innovación de esta herramienta” que promete avances para la humanidad hasta ahora limitados a la fantasía.
Por ejemplo, con computación cuántica, se pueden generar soluciones médicas que incluso se adelanten a las enfermedades o que sean capaces de prevenir tipos de cáncer; localizar moléculas nuevas que sirvan de base a medicamentos; será posible crear materiales de construcción sustentables, eficientes ecológicamente y de bajo costo, que hoy no existen; en el mundo financiero el fraude digital quedará prácticamente eliminado y el blockchain tendrá un desarrollo ilimitado.
Si esto se combina con modelos de inteligencia artificial generativa debidamente entrenados, el beneficio para la humanidad es prácticamente infinito, pues el poder de la computación cuántica, hará que el internet con toda su utilidad y confiablidad “se quede chico, pues estamos hablando de dimensiones totalmente diferentes”.
De ahí que las discusiones globales y locales se centren en la gobernabilidad de esta tecnología que, de hecho no es nueva, pero sí se está tomando con mucha cautela, pues inclusive puede generar problemas de seguridad nacional para los países.
Para dimensionar estos riesgos, Pablo Gallegos explicó que “el poder de la computación cuántica, contra la computación que tenemos ahora, es brutalmente mayor. Cálculos que hoy pueden tomar años, aún con los aparatos más potentes, a la computación cuántica le llevarían meses o días y los modelos de encriptación más seguros de hoy, los podría descifrar en 8 o 9 horas”.
Por eso, combinar esta tecnología con la inteligencia artificial generativa, llevará a resultados hoy inimaginables, tanto en su aspecto positivos, como en sus riesgos y de ahí la relevancia de una gobernanza eficiente de la tecnología, pues de lo contrario, los daños podrían ser y catastróficos.
Entre otros campos que todavía se tienen que delimitar legalmente en materia de inteligencia artificial generativa, destacan los temas de derechos de autor y la ética en el cumplimiento de la regulación porque de ello dependerá no sólo el desarrollo de la tecnología en sí y de sus resultados; no es exagerado decir que el futuro de la humanidad podría llegar a verse comprometido.
Entre los resultados positivos de combinar ambas tecnologías, está un gran impacto positivo en la salud, por ejemplo, al diseñar medicinas en tiempos récord o bien lograr hazañas logísticas hoy impensables en términos de producción, tiempos de entrega y procesos de fabricación que serán “ultramejorados”.
También puede haber grandes beneficios en materia genómica, pues con toda la potencia de las tecnologías combinadas, los cálculos llevarán minutos en lugar de años y los modelos serán capaces de procesar cantidades de información en velocidades “que hoy no imaginamos”.
Por todo lo anterior, es conveniente que las discusiones jurídicas y éticas sean sólidas, antes de que la tecnología se aplique sin los debidos controles.
C$T-GM