En cinco años, el uso de internet entre empresas y establecimientos avanzó únicamente 5.5 puntos porcentuales (pp), pues de acuerdo con los resultados preliminares de los Censos Económicos 2024 del INEGI, sólo 26.2 por ciento de las unidades económicas emplean esta tecnología, ya sea móvil o fija.
“A pesar del avance en la digitalización de las unidades económicas del país, la falta de infraestructura y el acceso limitado a formación tecnológica restringen su potencial productivo”, refirió Samuel Bautista, analista de The Social Intelligence Unit (SIU).
Al analizar los datos preliminares de los Censos Económicos 2024 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el especialista refirió que de las 5.5 millones de empresas privadas y establecimientos que operan en México que generan empleo para 27.8 millones de personas, sólo 26.2 por ciento emplearon internet, lo que equivale a 1.4 millones.
Entre los estados con mayor adopción de internet destacan Baja California Sur (45.1 por ciento), Querétaro (44.5 por ciento) y Baja California (42.5 por ciento). En contraste, entidades como Chiapas (15.1 por ciento), Guerrero (15.2 por ciento), Estado de México (16.2 por ciento) y Oaxaca (16.3 por ciento) registran niveles considerablemente más bajos de digitalización.
“Estas cifras ponen de manifiesto profundas disparidades regionales y económicas, con una clara concentración en el aprovechamiento de tecnologías digitales en el norte y centro del país que resultan en marcadas diferencias en términos de competitividad y productividad”.
Por tamaño, las micro unidades económicas registraron una adopción de 21.4 por ciento, mientras que en las pequeñas y medianas este porcentaje fue de 43.9 por ciento y en las grandes alcanzó 64.7 por ciento.
“Estas cifras demuestran que las unidades más grandes tienen una mayor capacidad para integrar tecnologías digitales en sus operaciones, lo cual puede estar relacionado con mayores recursos y acceso a infraestructura”.
No obstante Samuel Bautista destacó que en 2019 se observó un fenómeno fue similar en los censos, cuando el uso de internet en unidades grandes cayó 2.3 pp, mientras que para las unidades micro se incrementó 6 pp.
Por otro lado, el analista señaló que en términos de la actividad económica, las unidades en industrias manufactureras registran la tasa más baja de uso de internet (17.3 por ciento), lo que sugiere un rezago tecnológico especialmente para las empresas y establecimientos en los que internet puede servir para optimizar operaciones, mejorar líneas de producción y dar valor agregado a la producción.
En el comercio, 23.6 por ciento de las unidades económicas hacen uso de la conectividad, impulsado por el crecimiento del comercio electrónico y la necesidad de adaptarse a consumidores conectados.
Por su parte, 30.5 por ciento de las unidades económicas del sector de servicios privados (no financieros) se apalanca de la conectividad, reflejando la importancia de las herramientas digitales para operaciones como atención al cliente o gestión administrativa.
Es así que para el especialista, el censo evidencia la urgencia de cerrar la brecha tecnológica en sectores clave como manufacturas y comercio, al mismo tiempo que se busca alcanzar una mayor digitalización de toda la economía.
Los datos preliminares también permiten ver que entre las principales aplicaciones usadas por las unidades económicas destacan los buscadores (83.8 por ciento) y los repositorios de información (57.7 por ciento), seguidos de las tiendas en línea (42.6 por ciento). Otras herramientas como los servicios informáticos en la nube (28.6 por ciento) y el procesamiento de datos masivos (23.3 por ciento) también fueron relevantes, aunque su adopción es menor en comparación con las aplicaciones básicas.
Además, tecnologías emergentes como la inteligencia artificial (IA), la impresión 3D y la robótica avanzada registraron tasas de uso mínimas, de 2.2 por ciento, 2.1 por ciento y 1.2 por ciento, respectivamente.
“Estos datos sugieren que, si bien hay avances en digitalización, las empresas mexicanas aún enfrentan barreras para adoptar tecnologías más sofisticadas, ante la falta de capital humano capacitado o la carencia de infraestructura”.
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