Aunque las telecomunicaciones rurales e indígenas cerrarán un año en el que el panorama ha sido de crecimiento, el arribo de diversos operadores informales a esta zonas representa la oportunidad para elevar la calidad del servicio y contar con una regulación que permita aprovechar de mejor manera las bandas de espectro asignadas para este mercado.
“En las comunidades rurales hubo un crecimiento muy grande de WISP (Wireless Internet Service Provider) pero improvisado, que aumentó la provisión del servicio pero bajó mucho la calidad, e incluso empezaron a competir entre sí subiendo la potencia de sus redes, lo que generó mucha interferencia porque todos están acomodados en la misma banda”, destacó Erick Huerta Velázquez, Coordinador General Adjunto de Redes por la Diversidad, Equidad y Sustentabilidad A.C.
En entrevista con ConsumoTIC, consideró que esto significa una oportunidad para contar con una regulación efectiva por parte del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), porque los WISP han crecido, pero de manera desordenada.
“Hay que ver cómo apoyarlos, pero también regulándolos y regular no significa que todos tengan concesiones, sino también tener una amplia política de difusión sobre las reglas que hay que cumplir, sobre los límites técnicos que se deben utilizar, de modo que la mayoría de la población vaya a generar una conciencia sobre el uso compartido del espectro. Esto es un paso importante”.
Huerta Velázquez reconoció además que aún falta que haya Operadores Móviles Virtuales (OMV) enfocados en el mercado rural, aunque se trate de zonas de cobertura más grande ahora atendida por Altán Redes. Es decir, dijo, hay cobertura, pero no hay quién venda en las comunidades más pequeñas.
“Aunque ya van varios años trabajando, todavía no se entiende bien el mercado rural, que necesita otras condiciones, que va a reportar otros ingresos que no son quizá lo que espera la compañía, no va a tener un gran margen de rentabilidad, pero (falta) ver cómo se generan otro tipo de modelos más adaptados a esta zona”.
Aunque reconoció la flexibilidad que mostró Altán Redes, que arrancó en fase piloto un OMV social con una cooperativa indígena y que representó una alternativa importante para muchas localidades, se necesita despejar la incertidumbre que hay entorno a esta empresa que fue declarada en concurso mercantil.
“El gobierno no se pronuncia para nada en ese aspecto, a pesar de que es el concesionario de esa red, es quién tiene la concesión y no sabemos qué va a pasar (con Internet para Todos) si esa empresa quiebra. Ese sería uno de los puntos más urgentes”.
Como otro punto que permanece pendiente se refirió al caso de Telecomunicaciones Indígenas Comunitarias (TIC), que está a la espera de asignación de frecuencias para operar redes de 4G; “se trata de un segmento pequeño, pero con el que se puede arrancar, utilizando tanto equipos específicos de zonas rurales de bajo costo (radiobases).
El IFT, dijo, no ha dado salida a la solicitud de asignación de espectro para 4G, pero al solicitarse más información se bajó del Pleno, por lo que aún quedará pendiente para el próximo año, pero de resolverse permitirá que las TIC, que actualmente operan en 2G, puedan operar también en 4G, como un modelo donde no existe cobertura de otros operadores.
“Ya hay elementos que van atendiendo este otro segmento de las telecomunicaciones, de localidades de menos de 3 mil habitantes, pero dentro de las de menos de 3 mil, no todas son iguales, hay localidades que son de 10 a 20 habitantes; entonces estamos hablando de distintos segmentos y para cada uno de ellos hay que encontrar soluciones”.
En ese sentido, Erick Huerta también se pronunció por mostrarse abierto y atento a los nuevos modelos de negocio, como de las personas que están siendo cubiertas tanto por el operador de la Red Compartida como de los operadores móviles.
Agregó que si bien el órgano regulador se muestra abierto a buscar nuevas opciones y han experimentado algunos esquemas, como con las licitaciones que permitieron la entrada a pequeños operadores, el tema “se mueve lento”, y habría que esperar si son efectivas o no.
“Hay que ver si estas medidas, estos avances, hasta qué punto fueron suficientes o si hay que mejorarlos… Si efectivamente se alcanzó el cometido y si llegaste a los actores que querías llegar, si alcanzaste la cobertura, si se logró mercado y qué no se logró”.
En su opinión, el retraso en cuanto al nombramiento de las comisionadas que deben cubrir las vacantes en el Pleno del IFT, va debilitando al propio organismo, y que también deja ver la falta de política pública en el sector.
“En general forma parte de toda una política de telecomunicaciones del propio gobierno, que ha sido bastante errática y que incluso se desapareció al órgano encargado de esta política, que era la subsecretaría de comunicaciones”.
C$T-GM