La tecnología desvinculada de la vida laboral.
La sociedad mexicana no tiene «rasgos para transitar hacia una sociedad del conocimiento» pues un amplio porcentaje de la población en el país aún no encuentra la forma de utilizar la tecnología para desarrollar sus habilidades cognitivas y mejorar su calidad de vida y bienestar económico, tal como lo mostró una encuesta realizada por la UNAM, afirmó Isa Luna Pla, investigadora de esta casa de estudios.
«Los mexicanos no han identificado aún los beneficios de la sociedad del conocimiento», pues el uso que se le da a la tecnología, principalmente, no es para mejorar su desempeño laboral sino que se limita a la comunicación y al entretenimiento, lo que hace necesario un mayor impulso por parte de las industrias y de programas gubernamentales para lograr que el uso de las tecnologías tenga un impacto social y económico en la población.
La investigadora destacó que incluso el creciente acceso a la telefonía celular, presenta una débil integración al desarrollo del conocimiento;en actividades relacionadas con la vida democrática pues la población tiene un uso muy reducido de la tecnología para tener una mayor interacción con el poder político, «es notoria la falta de interés para incursionar en esas prácticas».
Destacó que otro de los datos relevantes que arrojó la encuesta realizada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) es que la población en condiciones de pobreza, no tiene acceso a la información y desconoce los nuevos canales digitales que le permitirían mejorar su calidad de vida y bienestar social, la integración a los programas de apoyo gubernamental continúan obteniéndolos a través de participar en mítines o acudiendo directamente a las oficinas de gobierno.
Al participar en el Primer Foro de los Derechos del Consumidor, Issa Luna Pla, investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM, aseguró que es imprescindible encontrar la forma en que la tecnología ayude a transformar la vida de las personas, así como generar esquemas de participación distintos a los creados hasta el momento.
Un ejemplo, añadió, es cómo el uso del internet en México todavía no puede considerarse como una herramienta de uso intensivo para el desempeño o desarrollo del ambiente laboral de las personas, sino un medio más para comunicarse, enviar fotos o videos porque todavía una amplia parte de la población no le encuentra un uso práctico en su ambiente laboral.
«Tampoco ha sido desarrollado este medio para tener acceso a programas sociales a información gubernamental útil para cambiar su situación económica, o para tener acceso a otros servicios a los que tiene derecho, esto todavía no se ha internalizado en nuestra sociedad.»
Resaltó que entre muchos resultados el sondeo permitió detectar las contradicciones de cómo consumimos los mexicanos la información digital y la tecnología; de cómo un amplio porcentaje de la población considera que la tecnología no es «barata ni accesible»; que no han logrado integrarla a su vida cotidiana.
Una amplia cantidad de las y los mexicanos aseguran que no existe un manejo adecuado de las tecnologías «piensan que hay un uso muy moderado y muy bajo», así como tampoco han encontrado un uso práctico para la tecnología para que incida o detone un bienestar económico más tangible.
En la encuesta, 48 por ciento de los participantes dijo utilizar un future phone, mientras que sólo 27 por ciento aseguró tener un teléfono inteligente, lo cual es relevante pues casi ese porcentaje último es el grupo que tiene acceso a internet a través de un smartphone, dispositivo que utilizan en forma intensiva para estar conectados.
Los usuarios que utilizan un smartphone, perciben en promedio de dos a cuatro salarios mínimos, en tanto que los usuarios de celular básico (2G, solo recibir y hacer llamadas así como mensajería), perciben de uno a dos salarios mínimos, lo que habla de la persistencia de un desarrollo económico alejado de los estándares de países desarrollados para tener acceso a una tecnología que en México es incluso más «cara».
Indicó que el bajo nivel de ingreso puede explicar en gran parte, por qué la población tiene como canal principal de comunicación las redes sociales, las cuales en una amplia proporción son ofertados en los planes de comunicación móvil bajo esquemas ilimitados, con lo cual el consumo de servicios de voz pasa a segundo término, entre otros resultados.
C$T-EVP