Rentabilidad o sustentabilidad, falsa dicotomía.
En la isla de Okinawa, en Japón, las personas son asombrosamente longevas; condición que entre otras cosas, puede atribuirse a una filosofía muy particular: el “ikigai”, es decir, el conocimiento pleno de la razón de vivir que da forma al propósito que nos impulsa a iniciar cada día.
Para Daniel Ríos Villa, vicepresidente adjunto de Asuntos Externos de AT&T México, este concepto es tan necesario a nivel personal como al interior de las empresas que están convencidas de la importancia de ser agentes sociales de cambio a través de acciones como el voluntariado, iniciativas de responsabilidad social y todo aquello que permita una vinculación con la comunidad.
“Si queremos tener empresas que duren más de 100 años, como las personas de Okinawa, tener una declaración de propósito bien cimentada es algo que ayuda a que los colaboradores y clientes puedan permanecer motivados, inspirados y que todos los días descubran algo nuevo”, enfatizó al participar en el XIV Encuentro Latinoamericano de Empresas Socialmente Responsables.
La pandemia de COVID-19 es un ejemplo de cómo los colaboradores de AT&T México pusieron en práctica el “ikigai” al adaptar al nuevo y desafiante escenario las estrategias y objetivos de responsabilidad social, lo que permitió potencializar proyectos que, como en el caso del voluntariado, se evidencia en más de 100 mil horas acumuladas.
Desde la perspectiva de Ríos Villa, preguntarse las veces que sea necesario “por qué es importante lo que hacemos” es fundamental para identificar o no perder de vista el ADN de la empresa; una tarea que inicia con el director general y su equipo de liderazgo más cercano, pero que no excluye a ningún integrante de la organización.
“Todos somos responsables de llevar este propósito en las diferentes canchas en las que cada quien opera… En AT&T nuestra declaración de propósito tiene que ver con conectar a todas las personas, creo que no hay nada más bonito que eso, es lo que nos permite aprender y hacer que las cosas sucedan”.
En el encuentro organizado por el Centro Mexicano para la Filantropía (Cemefi), el ejecutivo de la empresa telecomunicaciones que ingresó al mercado mexicano en 2015, identifica una falsa dicotomía entre ser una organización rentable o sustentable.
“Creo que no tiene por qué haber una elección. Para ser rentables, hay que ser sustentables. Tener agendas sociales, ambientales, de gobernanza corporativa y ética, permite que las empresas administren mejor sus riesgos, que inviertan en nuevas tecnologías y que disminuyan costos”.
Desde el voluntariado, iniciativas de eliminación de plástico de primer uso en la cadena de suministro, la disminución de la huella de carbono y la transformación de radiobases en energías renovables, hasta campañas de educación remota, habilidades tecnológicas y ciudadanía digital, AT&T México tiene una intensa agenda que consolida su razón de ser en un mundo cada vez más digital.
“Usemos la sustentabilidad y las herramientas que tenemos para fortalecer a las empresas. No caigamos en la falsa dicotomía entre ser rentables o no, y si nos sentimos un poco extraviados, regresemos al pensamiento ancla que es el propósito, por qué es importante lo que hacemos, dónde y cuándo nos necesita el mundo. Esto es lo que nos va a ayudar a mantener nuestras empresas y nuestros sueños permanentes por más de 100 años, como la gente de Okinawa”.
C$T-GM