Competencia, la mejor política de protección social.
La capacidad de las telecomunicaciones y su transversalidad con todas las ramas industriales del país, así como su poder de transformación social, hace imprescindible un análisis que contribuya a la construcción de mejores políticas públicas para impulsar su desarrollo, pero al mismo tiempo para encontrar la mejor forma de ejercer una regulación a los agentes del nuevo ecosistema digital, lo cual evite distorsiones de mercado o frenar su dinámica de innovación.
«Retos de la Competencia en el Entorno Digital 2018», fue un foro que provocó y convocó a la discusión sobre la importancia de nuevos insumos para competir como los datos, y de qué forma los mercados se están reconfigurando no sólo para obtener ventajas competitivas, sino también para desplazar jugadores del mercado, lo que hace oportuno saber cómo investigar y castigar este tipo de prácticas anticompetitivas.
Gabriel Contreras Saldívar, presidente del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), en el acto de clausura del foro precisó que la dinámica de crecimiento que presenta hoy la economía digital es solo el principio, pues se estima que el tráfico en los próximos años crecerá seis veces más, lo que enfrentará al mundo entero a una nueva realidad.
El mercado global será testigo de grandes consolidaciones en sectores estratégicos, el surgimiento de nuevas plataformas de negocio, nuevos modelos colaborativos, integraciones verticales y horizontales, grandes jugadores globales que obligan a las autoridades al análisis sobre la conveniencia de sostener las tradicionales formas de regular o buscar nuevas formas de normar su operación, sin generar distorsiones de mercado o frenar su innovación.
Como parte de las conclusiones que dejara el debate del foro, indicó, está la unánime conclusión sobre la importancia de tener y fortalecer la competencia económica como una brújula en la regulación y en la atención del nuevo entorno digital y cómo una de las grandes herramientas para genera beneficios a los usuarios.
«No existe mayor política de protección social que la política de competencia, porque le atañe directamente a mejorar las condiciones de los usuarios… particularmente bajo un escenario donde se enfrenta una amplia brecha digital, una barrera que es propio del fenómeno digital», aseguró Gabriel Contreras.
Por su parte Abel Hibert Sánchez, representante del presidente electo, destacó lo oportuno de analizar ¿cuál debe ser el verdadero objeto de la regulación?, así como la conveniencia de mantener vigente la competencia efectiva para todos los mercados, y analizar la evolución que presenta la industria de las telecomunicaciones y todos los actores importantes de la economía digital.
Resulta oportuno analizar la evolución de los grandes jugadores del mundo digital y la integración vertical que está generándose, tanto en México como en otros países, lo cual puede brindar ciertas ventajas a estos actores que pudieran limitar el acceso a mercados a otros jugadores o incurrir en prácticas anticompetitivas.
Deben ser también motivo de análisis y supervisión las crecientes prácticas y relación entre las telecomunicaciones con entidades del mundo financiero, lo mismo para fortalecer las ventajas que ofrecen en materia de inclusión financiera, como ante eventuales prácticas anticompetitivas.
A diferencia de lo que sucedía en el ambiente analógico hoy se tienen ejemplos de empresas que originalmente nacieron como plataformas para comercializar productos, pero que hoy están en el mercado de la publicidad, o en el mercado de pagos y crédito, lo que implica un reto sobre como ejercer la regulación más apropiada.
«Ejemplo de ello es la Ley Fintech que llegó para regular a las instituciones financieras que se desempeñan en el ámbito digital apoyadas de un ambiente tecnológico, una regulación eficiente que no representa costos importantes que encarezcan los servicios o inhiban la innovación de pequeñas firmas que deben ser estrictamente reguladas como si fueran grandes bancos».
Consideró oportuno también analizar cuál es la mejor manera de impulsar el e-commerce en México, pues del total de las transacciones que se realizan online en México, 14 por ciento de ellas no son concretadas (el doble que en Argentina y Brasil) debido a la desconfianza que hay en los métodos de pago, algo que sin duda debe resolverse para aumentar la confianza de los internautas.
C$T-EVP