La regulación es un motor que puede impulsar la conectividad y el cierre de brechas en América Latina, pero también generar el efecto contrario, por lo que expertos consideraron importante promover políticas públicas que den certeza jurídica a las inversiones, fomenten la innovación y la colaboración de los distintos actores involucrados con el sector de las telecomunicaciones, lo que para algunos se trata de una “regulación inteligente”.
“Una regulación mal enmarcada en una política pública sin sentido, puede ahuyentar las inversiones… En México las empresas de telecomunicaciones tienen que lidiar con prácticamente 2 mil 500 regulaciones distintas de cada uno de los municipios”, sostuvo Julio Vega Gómez, director de la Asociación de Internet MX.
Al participar en el panel “Prospectiva tecnológica para la inversión, la innovación y la transformación digital de la sociedad”, el especialista consideró, que es un buen momento para invertir en innovación en América Latina, pero insistió en que se debe brindar certeza jurídica, en lugar de proponer medidas que lejos de facilitar los despliegues de redes, pareciera que buscan frenar el desarrollo tecnológico.
En la Ciudad de México, expuso, los operadores están enfrentándose a propuestas de ley de soterramiento, con lo que podrían estar obligados a poner bajo tierra la infraestructura aérea existente. “Prácticamente quisieran arreglar un problema de décadas en unas pocas semanas”.
“Nos encontramos con zonas que no están debidamente conectadas por cuestiones regulatorias, no geográficas. En otras palabras, existen todas las facilidades para que se pueda llevar a cabo una conectividad satisfactoria, pero por cuestiones regulatorias esto no sucede… la regulación debiera ser un motor por sí misma y uno de los ingredientes clave para fomentar el crecimiento en el uso de tecnologías y la inversión”.
En el evento organizado por el grupo DPL, Jaqueline Lopes, directora de Relaciones Gubernamentales e Industriales de Ericsson para el Cono Sur de América Latina, consideró que se ha tenido avance en cuanto a generar un ambiente propicio para la inversión en la región, aunque para cerrar brechas se requiere más innovación, diálogo entre sectores privado y público, así como consultas públicas.
“La innovación tiene que aportar al cierre de la brecha digital y en ese sentido es interesante porque 5G va a traer un aumento de 5.0 por ciento del PIB de la región hasta 2034, y no es solamente el desarrollo económico, sino que también se puede conectar regiones más remotas y va a mejorar la parte ambiental”.
Para Claudio Martinelli, director general de Kaspersky Latinoamérica, pensar en regulaciones e innovación implica tener una visión global, lo que se facilita sumando esfuerzos, con colaboración, especialmente cuando se habla de una transformación digital que no sólo trae beneficios sino también riesgos para los cuales la región tiene que estar preparada.
Sebastián Kaplan, Gerente de Conectividad y Acceso para América Latina de Meta, coincidió en que la región aún tiene un desafío por delante para aprovechar los beneficios de las herramientas digitales como sería deseable, lo que se podría superar con trabajo en equipo en la creación de políticas públicas, en el que participen los gobiernos y diferentes actores del ecosistema.
“Ecuador está trabajando con el sector para reducir las cargas regulatorias y habilitar políticas públicas para mejorar la conectividad en zonas rurales, habilitar el uso de espectro diferente, bajar impuestos… Es importante la innovación para habilitar herramientas digitales, mejorar la conectividad y acortar brechas”.
En el panel “Prospectiva regulatoria para la inversión, la innovación y la transformación digital de la sociedad”, la comisionada Lina María Duque del Vecchio habló de la implementación de la regulación inteligente en Colombia, basada en la colaboración, experimentación y simplificación del marco regulatorio, aplicación de los datos e innovación.
La funcionaria de la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) de Colombia explicó que ello implica que el regulador se transforme y apropie un mecanismo distinto de adopción de decisiones, que parte principalmente de la colaboración con la industria, así como de innovar a través de la generación de escenarios de experimentación o sandbox regulatorios.
“Los operadores ya no son simplemente receptores de las decisiones, sino que forman parte de un proceso colaborativo. Esto también implica la simplificación del marco… Hay que verificar cuáles disposiciones y reglas, que si bien pudieron tener muy buena utilidad en algún momento del tiempo, ya deben ser revaluadas y modificadas; también verificar si se debe hacer una reducción de cargas regulatorias para algunos proveedores”.
Los sandbox permiten recabar información fundamental para hacer ajustes a la regulación en un ambiente controlado, no es que los operadores tengan un espacio de libertad absoluta sino que hay un acompañamiento y monitoreo de parte del regulador, subrayó la encargada de la Sesión de Comunicaciones de la CRC.
Lennin Quiso Córdova, director de Políticas Regulatorias y Competencia del OSIPTEL de Perú subrayó la necesidad de dictar políticas que promuevan la eficiencia dinámica, que implica tratar o analizar los problemas no solamente de corto plazo, sino en el efecto de largo plazo, y que no solamente sea por parte de los hacedores de políticas sino también del regulador de telecomunicaciones.
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