Aunque en el debate internacional se hable de conectividad a través de tecnologías 5G o Wi-fi 6, de la necesidad del despliegue de infraestructura de telecomunicaciones y de la distribución del espectro radioeléctrico para reducir la brecha digital en América Latina, no debe descartarse que la tecnología satelital puede garantizar el acceso universal a internet.
Nos hemos olvidado que los satélites han estado presentes desde los últimos 50 años y que tienen gran capacidad de cobertura, al llegar a las zonas más apartadas, así como de su gran virtud de resiliencia, destacó Gabriela Lago, asesora de Asuntos Regulatorios de Intelsat.
Intelsat fue una empresa creada en la década de los sesenta como entidad intergubernamental, para luego ser privatizada en el año 2001.
“En lo que se refiere a conectar a los desconectados estamos trabajando desde hace muchas décadas, así que la conectividad es parte del ADN de la empresa desde sus principios”, subrayó en el panel virtual “Servicios satelitales para la transformación digital de América Latina”.
Al hablar de que la conectividad es uno de los derechos del Siglo XXI y mencionar sólo a las redes móviles y a la fibra óptica como las únicas opciones para cerrar la brecha de cobertura, se olvida que los satélites han sido un elemento esencial en este proceso, como si la industria satelital no existiera.
Sigue existiendo el mito de que la conectividad satelital es demasiado cara; sin embargo, los servicios satelitales son una opción muy válida para la transformación digital como también para el ecosistema de 5G, Internet de las Cosas (IoT) o Inteligencia Artificial y muchas aplicaciones que trabajan los operadores móviles y fijos.
Sin embargo, reconoció que esta tecnología también requiere innovación, inversiones y el apoyo para que sea más asequible, así como tener presencia en las políticas relacionadas con la asignación de espectro en cada país.
Esta industria tambien requiere seguridad tanto jurídica, regulatoria como técnica, así como evitar que la normatividad sea cada vez más estricta, que no se favorezca a una tecnología sobre la otra, sino que este encaminada a garantizar mejores servicios y mejor calidad, y sobre todo que la transformación no se estanque en procesos burocráticos que desincentiven la inversión.
“Está claro que la tecnología no es problema para la conectividad, hemos tenido redes fijas, móviles, fibra óptica y satélites durante varias décadas; la clave está en la asequibilidad”, precisó al participar en el foro Iberoamérica Transformación Digital Now.
En su opinión, la brecha sigue existiendo porque los costos son demasiado altos, no sólo en cuanto a la inversión necesaria en zonas que están cubiertas sólo por servicios satelitales, sino también por la falta de asequibilidad de los servicios.
Gabriela Lago subrayó que la solución no es una sola tecnología, ni una sola industria, ni un solo gobierno, sino que es el esfuerzo conjunto de todas las partes involucradas para lograr un propósito común.
Además, consideró “imprescindible que los satélites estén en la mesa a la hora de entablar el diálogo, ya que son los únicos que hoy por hoy pueden ofrecer cobertura casi al 100 por ciento que ya está desplegada y que no se puede igualar en estos momentos”.
Cristina García de Miguel, responsable del Departamento de Regulación de Hispasat, dijo que ante la falta de conectividad, el satélite es la infraestructura de referencia a la hora de garantizar ellmm una regulación estable en la asignación de espectro.
“Que las administraciones consideren las frecuencias que utilizan los operadores de satélites, y que no por intentar sacar 5G hagan subastas rápidamente con todo el espectro habido y por haber, porque esas frecuencias también están compartidas con satélites, y la 5G no sólo son servicios móviles, somos todos, somos una red de redes”.
Recalcó que si se pretende garantizar la conectividad global el satélite es una pieza fundamental y tiene que estar en la política de espectro de cada país.
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