Asimetría tecnológica conspira contra el desarrollo económico.
En América Latina, 77 millones de personas que viven en zonas rurales carecen de conectividad con calidad mínima, situación que requiere con urgencia «pasar del dicho al hecho» y crear un fondo regional de despliegue de infraestructura de telecomunicaciones conformado con al menos el 1.0 por ciento del PIB de cada país participante, dijo Andrés Michelena ministro de Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información de Ecuador.
«Sin recursos públicos, sin fondos privados y sin el apalancamiento financiero de los organismos multilaterales y regionales, el camino será duro y difícil. Por eso, desde Ecuador proponemos crear un fondo latinoamericano de despliegue rural de infraestructura de telecomunicaciones. El desarrollo de las TIC demanda una efectiva transformación digital, que como vemos es eje clave de reactivación económica».
Detalló que el fondo propuesto debería conformarse con al menos el 1.0 por ciento del PIB de cada país cooperante, para aplicarlo en el despliegue de conectividad rural, el aceleramiento del desarrollo de las TIC, la intensificación de la conectividad, y para el inicio de procesos inclusivos integrales de transformación digital.
Al asumir la presidencia de la VII Conferencia Ministerial sobre Sociedad de la Información en América Latina y el Caribe, organizada por la Cepal y el gobierno de Ecuador, refirió que de acuerdo con datos del Centro de Estudios de Telecomunicaciones de América Latina (Cet.la), para alcanzar en 2025 los niveles de digitalización de los países más desarrollados se requieren por lo menos 160 mil millones de dólares.
«Para invertir en la universalización de la banda ancha, esta cifra referencial es grande y desafiante pero perfectamente posible de alcanzar si se combina capacidad de trabajo creativo, planificación, coordinación regional, definición y elaboración de agendas, en otras palabras, decisión y voluntad política»
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El funcionario expuso que la situación es crítica para 77 millones de latinoamericanos que viven en zonas rurales, que carecen de conectividad con calidad mínima, cuando el 71 por ciento de la población urbana tiene opciones de conectividad frente a este 37 por ciento del área rural, una asimetría tecnológica que conspira contra el desarrollo económico y productivo del continente.
Antes de la pandemia, América Latina ya experimentaba pérdidas, pues desde la década de 1950 el periodo de menor crecimiento fue el de 2014-2019, pero la llegada del COVID impactó severamente porque llegó en un momento en que la debilidad y la vulnerabilidad económica eran muy grandes.
De acuerdo con datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), refirió, 2.6 millones de Pequeñas y Medianas Empresas (MiPymes) quebrarían por la pandemia, la pobreza afectaría al 35 por ciento de habitantes, mientras que la extrema pobreza cerraría este año con 13 por ciento.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que la crisis por la pandemia ha provocado la pérdida de 10.3 por ciento horas de trabajo; en el segundo trimestre de 2020 esto equivale a 31 millones de empleos a tiempo completo. No obstante, 42 por ciento del empleo latinoamericano está en sectores de alto riesgo y 17 por ciento en riesgo medio.
Todo ello lleva a demandar un apoyo internacional para América Latina, porque la conectividad tiene potencial para fomentar la ruptura de los círculos viciosos que hoy generan inseguridad y pobreza.
«Hay mil y una barreras que tenemos que superar, hay limitaciones en el empleo de fondos de acceso universal, hay problemas en las instalaciones de redes, faltan estímulos para las inversiones rurales”.
Por ello, insistió en que todos los actores deben apostar por la conectividad, pues es el deber ser de este año. Aquí y ahora se demanda la solidaridad global en términos de apoyo financiero y de conocimiento para reducir la brecha digital.
A su vez, al dejar la presidencia de la VII Conferencia Ministerial sobre Sociedad de la Información, Karen Abudinen, ministra de las Tecnologías de Información y las Comunicaciones de Colombia confió en que Ecuador cumplirá con el desarrollo de la agenda de tecnología y transformación digital, para seguir avanzando en equidad.
Al hacer un recuento de los trabajos y logros en su gestión al frente de este organismo, destacó la publicación de políticas e instrumentos para fomentar la incorporación de tecnologías digitales en las Mipymes.
En Colombia, precisó, el reto de conectividad del 70 por ciento para 2022, lleva un avance de 51.9 por ciento; sin embargo, se tienen acciones claras para alcanzarlo como la subasta del espectro para llevar penetración de servicio móvil y de internet en 3 mil 658 localidades.
Esta subasta permitirá que Colombia pase de un porcentaje de 9.0 por ciento de cobertura en las zonas rurales a un 30 por ciento de penetración en mayo del próximo año. Además, con el programa “500 mil hogares conectados”, subsidiado por el gobierno, se da un apoyo para el servicio de internet por dos años a las familias, y a la vez se generan mecanismos de auto sustentabilidad.
Otra iniciativa que mencionó la ministra fue el Fondo Único de las Tecnologías de la Información y Telecomunicaciones, donde los operadores de las telecomunicaciones hacen aportes importantes para generar inversiones en la población que más lo requiere.
Un proyecto más, dijo, es el relacionado con la conectividad para 2 mil 600 zonas que cuentan con internet comunitario gratuito en áreas rurales, además del plan «bandera» del gobierno colombiano que busca tener 10 mil colegios conectados en 10 años.
C$T-GM