En menos de seis años, la producción de contenidos digitales ha logrado un desempeño exponencial; para el periodo 2020-2024 se estima que esta actividad en América Latina y el Caribe observará una tasa de crecimiento anual del 15 por ciento y sumará un valor equivalente a 519 mil 083 millones de dólares, sin embargo, para aprovechar todo su potencial, es imprescindible educar y formar capital humano, ofrecer políticas públicas e incentivos que impulsen la llegada de nuevos flujos de inversión.
Alejandra Luzardo, Líder sectorial de innovación y creatividad del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), al presentar el estudio “Detrás de las Cámaras: Creatividad e Inversión para América Latina y el Caribe”, destacó que en 2019 la generación de producciones audiovisuales regional recibió una inversión de 5.7 mil millones de dólares.
Ello tuvo un impacto positivo en la oferta laboral, pues este segmento de negocio estuvo en condiciones de absorber un millón 600 mil empleos directos e indirectos, mostrando un enorme potencial para apoyar la recuperación económica, particularmente por la aportación de empleo directo y del indirecto que deriva de la demanda de servicios de comida, transporte e incluso de salud, por mencionar algunos.
La coautora del estudio aseguró que aunque la presencia de este tipo de producciones es reciente en Latinoamérica (en 2015 se realizó la primera serie en México), en la actualidad ya se tiene más de 200 producciones lo que supone una enorme tasa de crecimiento a la fecha, perfilándose con un gran potencial hacia el futuro inmediato.

Recientemente una plataforma de streaming está invirtiendo en México unos 300 millones de dólares, mientras que en Brasil se habla de otros 250 millones, lo cual se explica por las estimaciones que se hacen para el 2026, cuando habrá en la región alrededor de 100 millones de suscriptores, y una demanda potencial por delante, si se consideran los 600 millones que habitan en la región.
No obstante, la especialista destacó que aprovechar todo el potencial que tiene esta industria, es menester superar algunos retos, como la falta de una capacitación y una oferta educativa adecuada, para que el talento recién egresado cuente con las habilidades mínimas necesarias que exigen las productoras.
La investigación, que incluyó sondeos entre las grandes productoras de la región, mostró que 58 por ciento habló del bajo número de trabajadores que hay con las habilidades requeridas o escasez de conocimiento técnico entre los recursos humanos.
Luzardo también citó como reto en la región, generar regulaciones, incentivos y políticas públicas suficientes para impulsar la retención del talento o mejor aún, atraer recursos humanos del extranjero que permitan un intercambio de experiencias y conocimiento en apoyo a la industria local.
Para la especialista, el mundo cambió y mientras el cine medía el éxito de los contenidos por la cantidad de los boletos vendidos y la televisión por la medición del rating de sus programas, hoy los servicios de video bajo demanda son un modelo de negocio muy diferente al tratar de medir y retener su base de suscriptores.
“Es de suma importancia ubicar, potenciar e identificar nuestros talentos locales, eso será clave, darle la oportunidad a las nuevas voces que han sido ignoradas por muchos años, las mujeres, los pueblos originarios, las comunidades afrodescendientes y la comunidad LGBTI” grupos todos ellos con historias valiosas que contar.
Es de vital importancia, dijo, superar estereotipos y la percepción negativa de que en el sector audiovisual predominan los salarios bajos y que este tipo de trabajos “no son serios”, por lo que es imprescindible alcanzar regulaciones que respalden los derechos laborales en el sector.
También será imprescindible impulsar el acceso a fuentes de financiamiento, así como opciones de inversión en apoyo a proyectos creativos. Contar con recursos suficientes es de vital importancia pues aún en producciones de bajo presupuesto como fue el caso de “Shrek”, la contratación de personal se elevó a más de 265 personas con capacidades técnicas y artísticas que exigieron cuantiosos recursos.
Alejandra Luzardo, indicó que donde hay un acuerdo unánime, es en la necesidad de capacitar y formar capital humano con las habilidades crecientes y necesarias que demanda desde hoy la industria audiovisual, pues los efectos visuales, la animación, la producción virtual, entre otros, se vuelven cada vez más sofisticadas e intensivos en el uso de nuevas tecnologías, que viajan desde el mundo de los videojuegos hasta la producción audiovisual.

Por su parte Marcelo Cabrol, gerente del Sector Social del BID, destacó que la entidad financiera en su visión 2025 tiene como objetivo la recuperación económica de América Latina a través de la creación de empleos y al ser la industria audiovisual una generadora de oferta laboral importante, pues pese al COVID fue capaz de crear empleos y en 2019 completar una oferta de 1.6 millones, es importante considerar una alianza con este sector que podría mitigar los 14 millones de trabajos que se perdieron durante la pandemia.
Otro objetivo de la alianza con Netflix es que hay una convicción de la necesidad de cambiar las políticas públicas en favor de la industria creativa en la región, la cual con el apoyo de la tecnología, la educación y trabajo para el talento, este segmento de negocio se podría lograr un buen avance.
Francisco Ramos, vicepresidente de contenido en Latinoamérica de Netflix agradeció la oportunidad del BID para apoyar al desarrollo del talento de la industria audiovisual de la región, donde existe un potencial altamente visible desde 2011, momento en el que llegó la firma a Latinoamérica.
El directivo destacó la gran aportación del desarrollo tecnológico que ha permitido una forma distinta de crear, producir y distribuir contenidos locales hacia el mercado global, lo cual en 2021 se ha convertido en una experiencia muy gratificante para la firma, que comparte con el BID la visión de ofrecerle a esta industria educación, formación y empleo.
C$T-EVP