Si bien es cierto que está en vigor la tercera generación de reglas asimétricas que América Móvil, en su calidad de agente preponderante debe cumplir, la falta de claridad sobre cómo y quién se encargará de su aplicación y vigilancia tras la extinción del IFT, podría dejar en el limbo esta regulación creada hace una década para equilibrar el mercado de las telecomunicaciones.
“Estamos en un momento delicado. No se ha acreditado que hay competencia efectiva en los mercados como para poder levantar el tema de preponderancia”, sostuvo Miguel Flores Bernés, especialista en competencia económica, al asegurar que la nueva Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT) ni el órgano descentralizado que se creará, tienen condiciones para llevar este tema.
Por lo que se sabe hasta el momento, subrayó, el ente descentralizado que se creará podría asumir las facultades que hasta el día de hoy tiene el IFT en materia de competencia económica, sin embargo, no es la mejor decisión pues una de las mayores atribuciones que tiene una autoridad en esta área es analizar el mercado y declarar la ausencia de un terreno equilibrado, lo cual ya se hizo en 2014.
“Este es el problema de haber hecho esta separación de funciones sin mucho análisis porque entonces es la nueva agencia, que va a regular todos los temas de telecom, la que debería poner las reglas. Pero ahí entramos al tema de que esta agencia tampoco tendría los conocimientos para poder aplicar las reglas de preponderancia. Entonces sí, estamos en un limbo”.
En este escenario, es fundamental que el Senado de la República reflexione sobre las contradicciones de la reforma constitucional aprobada el pasado 21 de noviembre, que entre otras medidas, establece la extinción del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) y la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece).
“Se debe encontrar una solución para que no se pierdan las reglas de preponderancia y que sean aplicadas por el órgano regulador independiente en materia de telecomunicaciones. No estoy seguro que sea la agencia que también están creando. Ahí entonces estaría pensando que fuera otra entidad como una vía para evitar que las reglas de preponderancia queden en el limbo”.
Lamentablemente, dijo, los cambios constitucionales en materia de telecomunicaciones buscan solucionar un problema inexistente, es decir, con la desaparición del IFT y Cofece, se tendrán que aplicar remedios para crear un nuevo órgano regulador eficiente, lo que además de representar costos, abre nuevas ventanillas.
“Estamos en una situación de dejar en el limbo todo este tema de preponderancia y no tener una solución que sea mejor que mantener el IFT. Ese es el problema en el que estamos metidos por tratar de arreglar algo que no estaba roto”.
Desde la perspectiva de Miguel Flores Bernés, el Senado de la República tiene la oportunidad de enmendar el camino, pues de decidirse que será el órgano antimonopolio que se creará, el ente encargado de regular al Agente Económico Preponderante en Telecomunicaciones (AEP-T), éste deberá tener características mínimas para hacerlo bien.
“No creo que le toque al órgano antimonopolio, pero si le toca, se tendría que poner una barrera interna o algo para que sea un grupo de funcionarios los que vean ese tema y otros los que estén investigando si se cumplen o no las reglas. Ese es un punto relevante”.
Otro tema que la Cámara Alta no puede pasar por alto son los tiempos que el documento de la reforma constitucional aprobada por la Cámara de Diputados aprobó, es decir, en un caso absolutamente inusual, se decidió que primero se emita la ley secundaria.
“Los tiempos quedaron de una forma muy extraña, porque los cambios a la Constitución no entran en vigor hasta que se emita la ley secundaria, que además tendrá 180 días para entrar en vigor. Son cuestiones de técnica legislativa, de técnica jurídica que no se han cuidado y que se requiere un análisis muy profundo. Todo esto se deriva de legislar al vapor y de tratar de resolver un problema que no existe”.
El especialista enfatizó que no existe claridad sobre cómo garantizará México que con el nuevo marco institucional seguirá cumpliendo con los compromisos asumidos en el T-MEC, lo que sí es evidente es que a Estados Unidos y a Canadá no les gustará nada tratar con un socio comercial que tiene organismos débiles, que carecen de independencia y que pueden ser manejados políticamente.
“No sabemos si vamos a tener un órgano realmente independiente, técnicamente independiente y que va a cumplir con lo mandatado en el T-MEC, porque no sabemos ni siquiera cómo se van a nombrar a los titulares, si tendrán nombramientos escalonados, si podrán ejercer técnicamente las decisiones que tomen. Todo eso está en el aire y hasta que no sepamos cómo van a solucionar el problema que se han creado solos con esta reforma, no sabremos si se va a violar el tratado”.
C$T-GM