Ante el nuevo modelo de regulación de la infraestructura digital en el que se involucran varias autoridades el mayor desafío que se enfrenta a nivel regional y en México es coordinar la fragmentación de la política pública digital para alinear políticas e incentivos, aseguró Sebastián Cabello, CEO de la consultora SMC+ Consulting.
“Cada vez es más complejo hacer política pública de lo digital, porque es transversal y se está cruzado también por un montón de agencias de Estado que tiene distintas competencias y si esto no está ordenado, la verdad es que el pronóstico no es positivo, si no hay un empoderamiento para ordenar un poco todas estas iniciativas”.
En la ponencia “Nuevas dinámicas de la gestión de infraestructura de telecomunicaciones en América Latina”, el especialista precisó que 5G exigirá 71 por ciento más de inversión de lo que cuesta desplegar 4G; sin embargo, ese porcentaje se reduciría a 40 por ciento con la compartición de infraestructura, pues esto será esencial para la rentabilidad del negocio.
El experto explicó que para México y América Latina se espera que haya cuatro veces más sitios de los que hay actualmente, lo que también necesitará mayor inversión. Hacia el año 2030, se estima un despliegue de más de 550 mil sitios en América Latina.
“En México esto va a ser un desafío también muy importante, pensar cómo va a funcionar 5G y para que también pueda desarrollar todo su potencial. Las estimaciones que hemos hecho, es más o menos cuatro veces la cantidad de sitios… y la inversión que requeriría es de al menos 17 mil millones de dólares”.
En el del Coloquio UIT de Políticas y Economía IPEC-22, Diálogo Económico Regional, Cabello aclaró que esa es una estimación bastante conservadora, porque sólo se refiere a lo que se tiene que invertir en infraestructura, lo que es un 3.0 por ciento del ingreso de los operadores, así que por eso, subrayó, están todos en ese proceso de transformación.
“El regulador va a tener que estar más enfocado en promover innovación, pensando también en cada uno de los verticales, cómo funcionan, maximizando el uso de las redes dorsales, los centros de datos, algunos de los recursos nacionales pero también los internacionales y atento a la competencia, quizás más ex post, porque si la hace ex ante, sin conocer los mercados, puede generar mucho lío”.
También habrá que ver qué dicen las autoridades que tienen competencia en materia de datos, ciberseguridad, los relacionados con la defensa de la competencia y de los consumidores, todos los verticales que están tratando de hacer todo digital: health, digital education, fintech, industria, energía.
“Hay que pensar cómo se puede solucionar la brecha digital, pero también el desarrollo tecnológico, los eslabonamientos productivos en la creación de empleo y el avance de las cadenas de valor tecnológica que este sector le puede posibilitar a América Latina”, concluyó.
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