Tras aprobarse en las comisiones unidas de Puntos Constitucionales y Estudios Legislativos, la reforma constitucional denominada “simplificación orgánica”, -que consiste en la desaparición de órganos autónomos, entre los que se encuentra el IFT y la Cofece-, la iniciativa se turnó al Pleno del Senado para su discusión y aprobación.
El dictamen, que modifica los artículos 6, 41, 76, 78, 89, 105, 113, 116 y 123 de la Carta Magna, fue aprobado por mayoría con los votos de senadores de Morena, PVEM y PT, y votos en contra, por parte de los representantes del PAN, PRI y MC.
En la sesión, la senadora Claudia Edith Anaya Mota, del PRI, afirmó que no se puede reformar con prisas, pues se cae en errores de técnica legislativa y en antinomias, además que el argumento del gobierno, que algunos órganos autónomos duplican funciones, no es válido, pues estos entes evalúan funciones gubernamentales.
Comentó que la desaparición de algunos de estos organismos afectará los tratados comerciales internacionales como el T-MEC, el de Asia Pacífico y con la Unión Europea. Ello sumado a que no se tiene la certeza de la salvaguarda de los datos personales, “que es fundamental”, ni se da certidumbre a las inversiones extranjeras.
Por el PAN, Marko Cortés Mendoza, mencionó que aun cuando Morena se jacta de no ser un régimen concentrador, los hechos dicen lo contrario, pues los países que son una dictadura anulan por completo las instituciones y los contrapesos democráticos, ya que los únicos datos que les gusta tener son los suyos.
El senador Alejandro González Yáñez, del PT, sostuvo que la creación de los órganos autónomos debilitó las tareas naturales del Estado; por ello, con esta reforma se está planteando que las funciones del Poder Ejecutivo se reasuman, terminando así con la “bonanza del capitalismo de cuates y de cuotas”.
Aseveró que estos organismos han sido autónomos del Estado y del pueblo, pero no de los “dueños del dinero”, de ahí la importancia de la separación entre el poder político y el económico.
En el mismo sentido, Luis Alfonso Silva Romo, del PVEM, refirió que la reforma impulsada por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, es parte del México que deja de ser neoliberal para pasar a ser humanista, por ello, es que las funciones que hoy realizan estos siete órganos van a hacer llevadas “muy bien” por la administración pública, además de que representan un ahorro económico que será remitido al fondo de pensiones para el bienestar.
En su turno, María Guadalupe Chavira de la Rosa, de Morena, asentó que con esta reforma se está pasando del gobierno de las oligarquías al gobierno del pueblo, pues estos órganos autónomos se convirtieron en herramientas de las élites económicas para seguir “saqueando” a la nación, disfrazando sus intereses por independencia y tecnicismo.
C$T-GM