”Sea cuál sea la decisión, ésta debe ser tomada con responsabilidad”
El desarrollo de los contenidos, servicios o aplicaciones digitales proporcionados a través de Internet como Netflix, Skype, Google, Twitter, Facebook, YouTube y Whatsapp, demanda un nuevo lente de análisis para regular sin desincentivar la innovación, pero al mismo tiempo evitar darles ventaja competitiva.
En opinión de Adriana Labardini, integrante del Pleno del IFT, “los reguladores de todo el mundo se encuentran ante una encrucijada de qué, cómo, a quiénes y para qué fin, regular, o no, a estos nuevos actores, productos, plataformas y contenidos”.
En el camino de la regulación, es fundamental hacerlo sin desincentivar la innovación, pero al mismo tiempo evitar darles una ventaja competitiva frente a los actores y servicios tradicionalmente regulados cuya carga regulatoria es considerable.
Estos disruptores, globalmente conocidos como proveedores Over-The-Top (OTT), han sido objeto de debates, análisis, discusión en foros internacionales y nacionales sobre telecomunicaciones, TICs, contenidos, economía digital y plataformas colaborativas desde, por lo menos, el año de 2013.
Uno de los OTT más visibles a nivel mundial es Netflix, empresa de streaming multimedia que empezó en 2001 con un sistema de renta de películas y series vía DVDs que enviaba vía correo postal a sus suscriptores en los Estados Unidos, a quienes cobraba una tarifa plana mensual.
La comisionada refiere que de acuerdo a cálculos dados a conocer por la prensa estadounidense, durante el primer cuarto de este 2016, Netflix tiene más de 81 millones de suscriptores a nivel global, lo cual implicó un crecimiento de más de 20 millones de usuarios en menos de año y medio.
“El desarrollo de las OTTs demanda un nuevo lente de análisis y nos exige, como órganos reguladores, expandir nuestra visión dada la nueva integración de servicios y plataformas y un uso intenso de metadatos y de innovación, entendida ésta no como la mejora en calidad de servicios pre-existentes sino el desarrollo de nuevas soluciones, productos, servicios, plataformas y modelos de negocios”.
En el artículo titulado “Retos de reguladores y autoridades de competencia económica ante OTTs”, la funcionaria señala que la solución no es importar medidas y paradigmas regulatorios de la era pre-Internet, para regular los contenidos, servicios y aplicaciones del futuro.
Es fundamental que las autoridades en la materia sepan con precisión qué es lo que se pretende proteger con la regulación en términos de competencia, derechos de consumidores y audiencias, neutralidad tecnológica, libertad de expresión, acceso a la información y privacidad.
“El regulador mexicano, como los demás reguladores a nivel internacional, se encuentra ante grandes desafíos con respecto al análisis regulatorio de este nuevo entorno digital de plataformas multi-servicio, multi-producto”.
Para Labardini, no hay duda que el dilema de imponer o no regulación a los OTTs está presente en la agenda de los organismos reguladores alrededor del mundo, y sea cuál sea la decisión, ésta debe ser tomada con responsabilidad, dando razones sólidas por las que se adopta una determinada regla, cuidando procesos de consulta pública y expresando los fines que se pretenden logar.
C$C-GM