Aumentan el abanico de posibilidades para los consumidores con características y necesidades específicas
La llegada al mercado mexicano de Operadores Móviles Virtuales (OMV), que se caracterizan por comercializar servicios de voz y datos bajo su propia marca pero sobre la red de otro operador ya establecido, favorece una mayor oferta de servicios y mejores precios a favor de los consumidores.
En la actualidad, operan bajo esta figura Maxcom y Megacel, de Megacable, a los que ahora se han sumado Virgin Mobile y Tuenti, para ofrecer planes simplificados de voz y datos, es decir, sin contrato ni planes obligatorios, con una oferta comercial enfocada al segmento joven.
“Otro ejemplo que ya ha alzado la mano para entrar próximamente es la empresa británica Lycamobile, cuyo enfoque se dirige a la provisión de llamadas internacionales de bajo costo”, dice la firma de consultoría The Competitive Intelligence Unit (CIU).
Así, además de los cuatro operadores tradicionales ya existentes (Nextel, Telefónica, Iusacell y Telcel), aparecen los OMV como una opción de nicho, con el anticipo que muy pronto entrarán algunos más con estrategias tarifarias alternativas, aunado a una mayor diversificación y especialización en la oferta de estos servicios.
“Ya le tocará al mercado decir cuántos y cuáles OMV tienen espacio para operar en el mercado mexicano, pero es razonable anticipar que como en otros países, varios de estos casos de nuevos modelos de negocio móvil lleguen para quedarse”, enfatiza la firma dirigida por el especialista Ernesto Piedras.
La innovación en el segmento de telecomunicaciones móviles no se ha limitado al desarrollo de una mayor capacidad tecnológica, sino que también ha dado pie a la formación de nuevos modelos de negocio encaminados a aumentar el abanico de posibilidades para los consumidores con características y necesidades específicas.
La consultora explica que al comercializar servicios móviles bajo su propia marca, pero a través de la red de otro operador, los OMV no tienen necesidad de contar con una licencia para explotar frecuencias del espectro pero sí requieren la autorización del órgano regulador.
Tampoco necesitan ser propietarios de una red, porque operan con base en convenios de uso de infraestructura y renta de capacidad de transmisión y tiempo aire necesario para ofrecer sus propios servicios.
Al poder competir con los operadores tradicionales de telefonía móvil, los OMV pueden delinear una estrategia de precio basada en aprovechar los descuentos por volumen que logren negociar con las redes que les vendan parte de su capacidad.
Si bien este tipo de jugadores no podrá exceder a la de aquellos operadores establecidos y su calidad de servicios podría quedar acotada por la que provean las empresas propietarias de la infraestructura, la especialización es la clave de su negocio.
“Sin duda, la especialización de su tráfico de voz y datos por segmentos de la población, origen-destino, o bien distinguirse por la marca, o por ofrecer dispositivos inteligentes muy atractivos para el mercado y a precios accesibles”, pueden ser las opciones.
La aparición de los OMV ha demostrado ser un modelo efectivo de diversificación de los servicios móviles en diversos países, al ser una nueva alternativa que además es eficaz para la inyección de competencia efectiva en el mercado celular.
C$C-GM