Una vez que Altán Redes está trabajando en quitar la presión que le generó el cumplimiento de obligaciones sobre el despliegue de infraestructura, es necesario pensar en una reforma legal que permita a la Red Compartida la flexibilidad necesaria para poder comercializar servicios de conectividad a usuarios finales en localidades donde no existe oferta alguna.
“Tenemos una obligación de desplegar infraestructura en el país, sin embargo, tenemos la limitación para hacer la comercialización de la misma. Una flexibilidad en este sentido sería relevante, en las zonas que no fueran comercialmente viables para muchos de los OMV´s, nosotros podríamos hacerlo de manera directa”, dijo Carlos Lerma, director general de Altán Redes.
El directivo de la firma encargada de desplegar y operar la Red Compartida, que desde su concepción se decidió que sólo puede prestar servicios de acceso y ancho de banda al mayoreo, dijo que en cumplimiento de sus obligaciones de la Asociación Público Privada (APP) y su título de concesión, Altán Redes está haciendo el correspondiente despliegue de infraestructura.
Al participar en el foro “Telecomunicaciones para la Inclusión”, expuso que de alguna manera la empresa fue motivada a que generar un gasto no aparejado al despliegue comercial y a sus ingresos, por lo que en la actualidad el gran reto es bajar los costos a niveles que sean sustentables, paso que ya se dio con la reestructura financiera y por lo que ahora lo que sigue es trabajar en el ámbito operativo.
“El otro gran tema es el de la comercialización, tenemos que acelerar ese tema, la realidad es que el estar en una empresa relativamente nueva versus competidores que están bastante consolidados en el mercado fue un reto relevante”.
Carlos Lerma dijo que en la actualidad, los Operadores Móviles Virtuales (OMV) que ofrecen servicios a través de la Red Compartida han empezado a madurar sus estrategias y se están expandiendo de forma mucho más rápida, ante lo cual la estrategia es acelerar la comercialización y apoyarlos a llegar a otras zonas.
“Sin embargo, si adicional a eso tuviéramos flexibilidad para comercializar de forma directa, nos daría una herramienta importante para todavía incrementar nuestras posibilidades de incrementar nuestros ingresos”.
En 2013 México optó por utilizar la banda de 700 MHz para la construcción de una red de servicios móviles de última generación que pudiera dar acceso a todos los proveedores de servicios de telecomunicaciones, por lo que se le llamó Red Compartida.
En la APP que dio vida a este proyecto, el Estado mexicano aporta la concesión del espectro en la banda de 700 MHz y el derecho de uso de dos hilos de la red de fibra óptica de la CFE, y los socios privados en Altán Redes aportarían el capital y la gestión; y por su parte, el Organismo Promotor de Inversiones en Telecomunicaciones (Promtel) se encarga de la supervisión del despliegue de la red.
“Como estaba conceptualizada la Red Compartida, y las obligaciones bajo la APP y su título de concesión, estaba obligada a desplegar en ciertos tiempos un nivel de infraestructura, eso sin importar que el proyecto tuviera el suficiente despliegue comercial para hacerle frente a esas inversiones”.
El director general de Altán Redes, explicó que lo que realmente hace una empresa es ir creciendo conforme va creciendo su despliegue comercial, el APP obligaba a desarrollar y cumplir con hitos en términos de infraestructura y eso le generó una importante presión en términos de los gastos de inversión y operativos del proyecto.
“Lo que estamos haciendo en ese sentido es controlarlo, negociar muchos de esos costos, algunos de los que se generaron al principio fueron refinanciados a largo plazo a través de estos acuerdos que se lograron hace un par de meses y le quitan bastante presión en temas de flujo”.
C$T-GM