La aventura de lanzar un satélite de comunicación es una tarea compleja que requiere sumar recursos técnicos, económicos, tecnológicos y de desarrollo; en general, una agencia que aglutine todos estos aspectos, pone un énfasis relevante para la posibilidad de llevarlo a cabo, aseguró el doctor Francisco Falcone, profesor distinguido en Telecomunicaciones de la Escuela de Ingeniería y Ciencias del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM).
Entrevistado por ConsumoTIC en torno a la desaparición de la Agencia Espacial Mexicana para pasar sus funciones a una dirección dentro de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT), convocó a “ser prudentes a la hora de valorarlo y ver cómo se desarrolla,” pero destacó que se trata de una tendencia en sentido contrario a lo que ocurre en otros países como España, que acaba de inaugurar su Agencia Espacial, lo mismo que Europa, que ya tiene una.
A su vez, el doctor César Vargas profesor-investigador del Núcleo de Investigación en Transformación Industrial también del ITESM, destacó que lo importante del cambio es la unificación de atribuciones en materia de satélites, que antes estaban dispersas y eso le confiere “un carácter revolucionario a la hora de concentrar todo en una sola entidad”, ya sea que se llame Agencia o dirección y donde lo importante es la posibilidad de sumar a varias industrias en un solo objetivo.
La buena noticia, consideró el doctor Falcone, es que “hay un interés claro y una estrategia en ese sentido y coloca a México como un país que persigue estar en la carrera espacial y lograr un lugar en el mundo; estoy seguro que el país lo logrará, pero es una carrera que no está exenta de obstáculos”, advirtió.
Luego de recordar que uno de los objetivos del Plan México, dado a conocer el 13 de enero pasado por la presidenta Claudia Sheinbaum, es poner en órbita un satélite 100 por ciento mexicano hacia el año 2030, el especialista aclaró que se trata de una acción que requiere de una planificación estratégica que a veces puede llevar hasta décadas, pero la idea de tener un satélite mexicano es una excusa perfecta para llevar adelante muchos desarrollos tecnológicos en campos como telemetría, procesamiento de datos, alto poder de cómputo y otras muchas.
Se requiere mucha gestión y coordinación de numerosas áreas y, si bien opinó que “una Agencia siempre es mejor, también es necesario esperar a ver cómo se desarrolla el trabajo en la dirección que se cree dentro de la ATDT”, tomando en cuenta que un proyecto de esta magnitud, exige competencias transversales y un nutrido grupo de talentos que deben contar con un bagaje tecnológico y científico muy relevante.
Asimismo, es muy importante saber cómo se va a realizar la asignación de espectro, porque mucho del éxito del desarrollo satelital tiene que ver con la distribución de este recurso intangible, pero vital para las telecomunicaciones, sobre todo hoy que el internet satelital cobra mayor vigencia.
A su vez, el doctor César Vargas consideró que probablemente, la orientación que se tome ahora que se ha decidido desaparecer a la Agencia Espacial Mexicana pueda ser “más práctica” y eso permita el desarrollo exponencial no sólo del satélite mexicano en sí mismo, sino de una serie de industrias que le respalden y donde el “emprendimiento espacial puede hacer crecer competencias que tenemos y que vamos a ir formando en el futuro”.
Sin embargo, “hay que estar conscientes que probablemente este proyecto no se termine en un sexenio, pero sí significará el desarrollo de campos diversos que le son complementarios como la electrónica, generación de proyectos, logística, los semiconductores, software, mecánica aeroespacial y electrónica por solo citar algunos”.
Aclaró que “el talento mexicano sí lo tenemos”; quizá haya que desarrollar, modernizar o adaptar las carreras al escenario deseado y hasta generar nuevos planes de estudio en las universidades que ayuden a cubrir estas vacantes, pero ya hay universidades que imparten especialidades en muy alto nivel, como la Universidad Autónoma de Nuevo León, que ofrece un doctorado en especialidad aeroespacial.
Por supuesto habrá que formar y desarrollar competencias, pero esto ofrece la oportunidad de desarrollar habilidades en distintas regiones, dependiendo de la envergadura del proyecto que debe coordinar el Estado Mexicano, con la participación de todas las industrias involucradas.
A manera de ejemplo, señaló que si se piensa en un lanzamiento propio para el satélite, el estado de Yucatán ofrecería las condiciones ideales y eso significaría un gran desarrollo para la entidad.
En todo caso, este nuevo satélite que deberá sustituir a otros satélites mexicanos más antiguos, será de una generación tecnológica muy superior y deberá tener mucha más eficiencia que por supuesto se puede desarrollar aquí, tal como lo señala el Plan México.
C$T-GM