A unos cuantos meses de su creación, resulta injusto hacer un juicio sobre el trabajo que está realizando la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT), pero sí es posible señalar los grandes retos que el nuevo ente tiene en materia del propio modelo institucional que le tocó protagonizar y que se suman a una serie de problemas endémicos como la marginación digital.
“Me parece injusto pasar juicio a la nueva entidad de transformación digital, antes de comenzar a trabajar por sí sola en el mercado mexicano”, sostuvo José Otero, director ejecutivo de ICT Development Consulting.
El especialista sostuvo que para que una entidad con las características de la ATDT funcione correctamente, es necesario erradicar la posibilidad de un intervencionismo que le impida el debido ejercicio de sus funciones y que eso dé paso a una actuación basada en la política partidista.
En entrevista con ConsumoTIC, José Otero destacó que un segundo tema es que los líderes de esa institución están comprometidos en su trabajo y en hacer del progreso del país su principal objetivo.
Aunque la creación de la ATDT va acompañada de la extinción del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), que logró el reconocimiento internacional por su regulación laboral, existen casos como el de Chile, donde desde hace décadas existe un ente como la Subsecretaría de Comunicaciones, que no es autónomo porque está supeditado a un ministerio, pero que ha hecho un gran trabajo.
De hecho, al interior de ese país hay reclamos para que se modernice todo el entorno institucional acerca de las TIC y lo referente a los temas relacionados con las telecomunicaciones; Sin embargo, su ente regulador es uno de los que mejor ha trabajado cuando se le compara con muchos de los más modernos que se tienen en la región.
“Los peligros y las preocupaciones, son las mismas que se van a encontrar en todos los mercados. Primero, como dicen combinados, la grilla que va a estar en todos lados y siempre pasa, pero las grandes dificultades siguen siendo lograr reducir las brechas digitales que hay en el país. No tanto cobertura, sino accesibilidad, que la gente pueda utilizar los servicios. Eso sigue siendo un gran reto”.
Desde la perspectiva del especialista, la digitalización de servicios es un gran tema para la ATDT, pues si bien en su agenda el gobierno electrónico se encuentra entre sus prioridades, la tarea no es menor si se considera que tendrá que materializarla tanto a nivel federal como estatal y local.
En paralelo se encuentra la importancia de reconocer que México no es un país de tres o cuatro operadores de telecomunicaciones, sino que existen cientos de pequeñas empresas independientes y especializadas en ofrecer conectividad en zonas donde precisamente el gobierno busca llevar los beneficios de la era digital.
“Hay que apoyarlos porque son los que ya están en las zonas donde se quiere mejorar la conectividad y donde se busca impulsar gracias a esa conectividad todos esos servicios que siempre se han prometido hace décadas como la telemedicina, la teleeducación, telemetría, Internet de las Cosas, son en esas zonas donde más se necesita ese impacto de la tecnología para disminuir la pobreza”.
Por otro lado, se encuentra el peso y la presión de saber que en México existe un entorno competitivo totalmente asimétrico, pero no solamente en el sector de las telecomunicaciones, sino también en el audiovisual y en muchos otros mercados.
“¿Qué va a pasar con esos preponderantes? Cuando dicen que no invierten, no es que no les interesa el país, hay que ver cuál es la raíz del problema. Cuáles son las similitudes que están solidificando que haya un grande en cada sector y esto pasa también en las telecomunicaciones, con muchos operadores pequeños, en su gran mayoría débiles, con poco interés de expandirse, porque estornudan y ya están en números rojos”.
Entonces, la gran pregunta es ¿cómo se puede sanar la situación? Si lo mismo se queja un operador de telecomunicaciones grande que uno chico, entonces la culpa no es de las empresas, sino del entorno regulatorio en el que están teniendo que competir.
El costo del espectro radioeléctrico, que por décadas se ha dicho que son altos, se coloca como otra de las piezas que se deben atender de manera prioritaria, pues aunque la industria y los comisionados del IFT han señalado la situación, las entidades de gobierno en las dos administraciones pasadas, prefirieron el cortoplacismo de comprar mucho y caro, que la inversión y el ingreso indirecto que genera una colocación de espectro a largo plazo.
“Son muchos los desafíos que se tienen en el mercado y es imposible que en un sexenio, una nueva entidad pueda resolverlos todos. Hay que ver qué es prioridad, cómo se desarrolla ese proyecto de CFE con Altan, cuál va a ser el futuro de todos los operadores virtuales. Sí, tenemos 120, 130 o 140, pero solo uno de ellos es prácticamente toda la base de suscriptores (de ese segmento)”.
Hoy, la conectividad en las zonas remotas de México es un desafío vigente que más allá de la inversión necesaria para el despliegue de infraestructura, requiere acciones concretas para lograr que una vez que los servicios estén presentes, las personas puedan costearlos.
C$T-GM