La inversión en infraestructura de telecomunicaciones es una condición indispensable para aprovechar el potencial del proceso de digitalización; sin embargo, ésta se propicia en entornos que garantizan la certeza jurídica y la estabilidad macroeconómica, elementos básicos en un entorno competido y globalizado.
“El rápido dinamismo de los servicios digitales requerirá ajustes y actualizaciones regulatorias e institucionales. En ese entorno, destaca la relevancia de la regulación colaborativa y el involucramiento de diversos sectores de la sociedad y de la industria en la toma de decisiones, basada en información fidedigna, oportuna y robusta”, sostuvo Ricardo Monreal, senador de la República.
En el contexto del Congreso Latinoamericano de Transformación Digital (CLTD) 2021, enfatizó que aprovechar el potencial del proceso de digitalización del país, precisa de promover servicios de conectividad, de diálogo, de la colaboración, la inversión en infraestructura, la estabilidad macroeconómica, la ciberseguridad, la certeza jurídica y las actualizaciones regulatorias.
Además de dar continuidad a iniciativas como la cooperación que surgió a partir de la pandemia entre diversas autoridades y niveles de gobierno, e impulsada desde el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT).
“Esta cooperación y coordinación se requiere en todos los niveles de gobierno y se hace igualmente relevante fomentar el diálogo entre los reguladores de los diferentes países y con los organismos internacionales, para el desarrollo y difusión de iniciativas, marcos de referencia, disposiciones técnicas, y buenas prácticas de la regulación y políticas del sector telecom”.
Para el senador de la República mexicana, los retos que supone el desarrollo del sector de las telecomunicaciones exigen soluciones concertadas en un diálogo permanente y con amplia participación de expertos, empresas, usuarios y desde los reguladores.
A su vez, Maryleana Méndez, secretaria general de la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (ASIET), advirtió que si bien en el discurso se ha coincidido en los beneficios que tienen la digitalización y las opiniones de expertos del sector han sido reconocidas por tomadores de decisiones, aún persisten obstáculos que impiden avanzar en una transformación digital de magnitud apreciable.
“Todavía nos mantenemos en un espacio intermedio entre el reconocimiento de la importancia estratégica de la transformación digital y la inercia de obstáculos diversos que nos impiden desde hace años avanzar hacia los beneficios que nos ofrece la tecnología”, destacó en el evento virtual.
Por ello consideró fundamental ampliar el debate e insistir en la creación de una agenda transversal que involucre a todos los actores, a fin de eliminar las brechas notables que no se han podido erradicar y transitar hacia un uso más productivo y sofisticado de los servicios digitales.

En su oportunidad, Christoph Weiss, Senior Economist, European Investment Bank, habló de la importancia de que las Micro Pequeñas y Medianas Empresas (Mipymes) aceleren su transformación digital para tener no sólo ventajas competitivas, sino también para evitar una brecha de desigualdad más pronunciada en América Latina y el Caribe.
Tras destacar la importancia que tendrá el encaminar la actividad productiva hacia prácticas ecológicas o verdes en la lucha contra el cambio climático, en su exposición “Reactivación Económica en América Latina desde la Transformación digital”, expuso que mientras el 37 por ciento de las empresas de la Unión Europea no son digitales, en Estados Unidos la cifra es de sólo 27 por ciento.
Aunque la brecha es bastante corta, en el caso de las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes) la brecha es grave, lo cual se podría traducir en implicaciones serias para América Latina y el Caribe, donde existen una mayor cantidad de Mipymes que en Europa y Estados Unidos.
De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), las Microempresas y Pymes constituyen un componente fundamental del entramado productivo en Latinoamérica, pues representan el 99 por ciento del total de empresas y dan empleo a cerca de 67 por ciento del total de trabajadores.
“Aquí hay una brecha que no se está cerrando y una de las razones por la cual está sucediendo esta brecha entre Estados Unidos y Europa, en términos de adopción de tecnologías digitales, tiene que ver con el hecho de que las Pymes se mantienen no digitalizadas”.
Por un lado el reto está en cómo desbloquear la transición digital para las Mipymes para que puedan resolver la crisis del COVID-19, pero también contribuir a la recuperación post pandemia de la región.
“Las compañías digitales se desempeñan mejor en diferentes métricas, son más innovadoras, exportan más, son más productivas, crecen más rápido, pagan mejores sueldos, tienen mejores capacitaciones para su empleado; es decir, en general las digitalizadas se desempeñan mejor”.
Además, las empresas digitalizadas son las que implementarán prácticas de gestión modernas, como sistemas de monitoreo estratégico con indicadores clave y de gestión verde o ecológica, es decir, podrán emplear expertos en cambio climático.
C$T-GM