Hay aplazamientos hasta el 2025 en algunos países de AL.
La situación coyuntural que vive Latinoamérica por la crisis del COVID-19, permite identificar los países de la región donde se registrará un aplazamiento de procesos para licitar espectro radioeléctrico, adquirir o aprovisionar equipo, así como el despliegue de redes de 5G, situación que amerita revisar las estrategias que asumirá cada mercado para reencauzar, acelerar o asistir los esfuerzos que favorezcan una efectiva transición tecnológica.
“La infraestructura y el desarrollo tecnológico que traerán consigo las redes 5G representa un estímulo importante para cualquier país en el mundo. El COVID-19 ha impactado negativamente a la economía global, pero al mismo tiempo, insta a invertir y robustecer la infraestructura digital”, destaca un análisis de la consultora The Competitive Intelligence Unit (CIU).
Sin embargo, es necesario tener presente que durante la pandemia la conectividad ha permitido tener continuidad tanto en el sector productivo, como en lo social, educativo y cultural, por lo que apremia ampliar y robustecer la accesibilidad y las capacidades de las redes de telecomunicaciones, particularmente las de nueva generación como la 5G que promete múltiples beneficios.
El desarrollo de redes de quinta generación permitirá aumentar la productividad computacional, la innovación y desarrollo tecnológico en sectores como la salud, la educación, agricultura, seguridad, energía y comercio, ello porque la tecnología 5G además de poder operar en distintas bandas del espectro radioeléctrico, ofrece hasta 10 veces menor latencia de extremo a extremo, triplicando la eficiencia espectral, anticipan firmas como Qualcomm.
La velocidad de conexión sería 100 veces más rápida y permitiría conectar 10 veces más dispositivos de forma simultánea; potenciará la masificación del Internet de las Cosas (IoT) en una gran cantidad de dispositivos como cámaras inteligentes, relojes, televisores, cafeteras, robótica y vehículos, todo ello con una baja latencia y eficaz conectividad de hasta un millón de dispositivos por kilómetro cuadrado.
En México, el despliegue de 5G ya está en fase de pruebas y preparación por parte de los operadores y se anticipa que la creciente demanda y el consumo de internet que propició la contingencia sanitaria impulse acciones por parte de los operadores para acelerar este proceso de cambio tecnológico.
La reconsideración de inversiones puede ser aprovechada por las autoridades nacionales en la materia para la licitación de espectro de la banda de 3.4 a 3.6 GHz, misma que se encuentra al 50 por ciento de su capacidad de aprovechamiento… Mientras que el regulador, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) se encuentra realizando los preparativos para licitar frecuencias óptimas para 5G, tras la consulta pública en esta materia concluida en octubre de 2019. Se anticipaba que las licitaciones tendrían lugar en 2020, aunque tras la contingencia es altamente probable que ese plazo sea postergado.
Uruguay, el año pasado se ubicó como el primer país latinoamericano en contar con una red comercial de 5G. La empresa estatal Antel inició el despliegue de infraestructura, aunque la adopción de esta tecnología aún tiene limitaciones, pero se anticipa que durante 2020 y 2021 su desarrollo se acelere.
En Perú, ya se han realizado cuatro pruebas de red 5G en la banda de 3.5 GHz, pero se prevé su despliegue se retrase hasta 2025, y aunque algunos operadores anunciaron la incorporación de este servicio en los próximos años, esta promesa se ve muy lejos de cumplirse, si se considera también el atraso de despliegue de redes de 3G y 4G y la deficiencia del país andino de torres y antenas de telecomunicaciones que reporta.
“La Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones estima que el país necesitaría 200 mil antenas para el despliegue de esta tecnología, tan sólo cuenta con alrededor de 20 mil 630, cantidad muy por debajo de la necesaria para la implantación tecnológica. Sin embargo, el Organismo Supervisor de Inversión Privada en Telecomunicaciones (OSIPTEL) ha reconocido esta deficiencia en infraestructura y adopción de otras tecnologías como el comercio electrónico e internet inalámbrico”.
Costa Rica, por su parte anunció que el despliegue del 5G en el país se retrasará por la emergencia sanitaria COVID-19. La agenda en esta materia considera el aplazamiento de pruebas y proyectos, por lo que se prorrogará su llegada para 2021. La nación centroamericana se encontraba en fase de pruebas piloto que por la contingencia se han aplazado, aunque se espera que concluya este año.
Para Argentina, “evitar el incumplimiento de la deuda soberana y el intento de mitigar los efectos del coronavirus, resultarán en un tardío despliegue de la nueva tecnología en ese país”; sin embargo, el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento realizó una investigación sobre cómo el COVID-19 está intensificando las deficiencias en la red de telecomunicaciones, y como la implementación de redes 5G podrían aliviar y permitir una mejor gestión del tráfico y proveer mayor velocidad a los usuarios.
La forma más oportuna y eficiente para que el país pueda contar con esta tecnología exige inversión y aprovisionamiento de equipamiento de origen chino, pero deberá evaluar las presiones de EU que ha colocado a las empresas de este origen en la lista negra.
China es el segundo socio comercial más grande de Argentina, por ello “a medida que se aproxima la licitación de bandas para transitar a 5G, parece eludir a la presión de los Estados Unidos para dejar de lado a los proveedores de infraestructura chinos”, aunque Huawei y ZTE han sido fundamentales en el despliegue de infraestructura 4G y son líderes mundiales en la tecnología 5G.
Brasil, por su parte decidió suspender la etapa de pruebas de campo sobre los estudios complementarios de coexistencia en la banda de 3.5 GHz para 5G, como resultado de las medidas sanitarias adoptadas para combatir la propagación de la epidemia, situación que ha obligado al país a posponer la subasta de esta.
Algunos pronunciamientos de ejecutivos de la industria confirman la conveniencia de este aplazamiento, por lo menos hasta principios de 2021, al argumentar que la tecnología 5G aún no está lista para implementarse en Brasil debido a la incertidumbre e imprevisibilidad sectorial causada por la crisis del COVID-19.
Finalmente, en Chile el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia fijó nuevos límites de tenencia espectral para la futura licitación del 5G en diciembre pasado. Ante esto, la Corporación Nacional de Consumidores y Usuarios de Chile (Conadecus) y Netline presentaron un recurso de inconformidad que retrasaría el inicio del proceso de licitación del 5G.
El brote del COVID-19 agudizará esta demora, debido a que la crisis sanitaria está impactando a diversos sectores económicos, incluido el de telecomunicaciones. Los operadores deberán revisar sus flujos de caja y estudiar sus realidades económicas para asegurarse que tengan la capacidad de inversión requerida para poder desplegar estas redes.
C$T-EVP