Socializan y les ayuda a recuperar su seguridad.
En México, la inclusión digital es imprescindible pues las necesidades están desde abatir la amplia brecha digital que afecta a 40 por ciento de la población, así como atender segmentos de personas con discapacidad, y en la actualidad de manera cada vez más visible a un grupo social que aun viviendo en medio de la modernidad, llega a ser excluido por su propia familia: los adultos mayores.
Con el uso del Internet, allá por la década de los noventa, mucho se habló de lo que propiciaría lo que en ese momento no sabíamos que se denominaría como la Cuarta Revolución Tecnológica, un cambio disruptivo que anticipaba el surgimiento de una nueva clase de excluidos, la de los «analfabetas digitales».
Mantener una red de apoyo, una red de comunicación, sobre todo que sea exógena al núcleo familiar resulta fundamental para mantener activo y con un excelente nivel de ánimo a un Adulto Mayor; por el contrario el aislamiento suele estar vinculado a estados de depresión y hasta de deterioro cognitivo, aseguró Norma Hernández, gerente operativa y Gerontóloga de Club de Vida.
La comunicación «es muy estimulante» e imprescindible para el Adulto Mayor, por eso además del contacto físico con sus familiares cercanos, es de mucha ayuda una llamada telefónica o integrarlos a esas dinámicas cuando la familia está reunida y suelen comentar e intercambiar mucho de lo que hacen y se enteran en redes sociales, dinámicas en las cuales habitualmente son excluidas por desconocer el manejo de un celular.
Por ello, en el centro de convivencia se pensó en la oportunidad de crear una clase de tecnología que les sirva para que aprendan el uso básico de los dispositivos pero también, -lo más importante- que actualicen otros modos de socializar a través de las redes, y aprendan a utilizar la nueva tecnología que los ha rebasado.
«Muchos reconocen que han perdido comunicación con sus hijos y sus nietos por no saber manejar los dispositivos digitales; sin duda es de gran importancia estar al tanto de los cambios tecnológicos, sobre todo porque he conocido personas que traen un celular pero no lo saben manejar, solo simulan que lo utilizan, porque es penoso que los demás se enteren», destaca Jorge Rivera, dueño de Club de Vida.
Club de Vida, explica, tiene como principal objetivo que los Adultos Mayores no pierdan uno de los activos más significativos del ser humano, que es socializar, mantener vivo el interés y la pertenencia a un grupo, de intercambiar opiniones, realizar actividades que les implique nuevos aprendizajes y actualmente la preocupación de que aprendan y se integren al uso de las nuevas tecnologías.
Es importante que «pierdan el miedo de moverle a esos aparatitos»; si cuesta trabajo entender eso de que hay un sistema operativo para MAC y otro para Windows, pero se ha logrado que unos con mayor facilidad que otros pero que a todos se les despierte el interés por aprender el uso de las nuevas tecnologías y puedan «seguir comunicados».
Entre quienes asisten habitualmente al club se ha generado un abierto interés por aprender, por saber cómo se maneja un smartphone u otros dispositivos y se ha creado un grupo conformado, por poco más de una decena de personas, que aprende desde la diferencia entre un hardware y un software, hasta las distintas aplicaciones que puede utilizar en su teléfono o los diferentes sistemas operativos que manejan los celulares, explicó Rodrigo Castro, instructor de Tecnología en el Club de Vida.
«Para la mayoría de ellos, ha resultado un camino muy interesante, desde enviar una foto, hasta enviar algún documento para realzar un trámite de su antiguo trabajo o incluso de los nuevos emprendimientos que realizan algunos de ellos».
El grupo es muy diverso y existe desde quien maneja una agenda digital y tiene muy estructurado todos sus contactos y citas, hasta las personas que solo conocían funciones básicas de comunicación; no falta que «brinquen» palabras de la jerga tecnológica, acceso a los e-books, cuestiones de privacidad de datos, o las precauciones que hay que tomar al navegar por las redes sociales y el internet, todo ello, es donde se ha tenido que redundar con explicaciones más detalladas.
«El manejo de claves y subir fotos a Facebook ha sido un tema de especial interés, donde se ha tenido que hablar con mucho detalle sobre el proceso de cómo subirlas a la red social y de cómo puedan verlas solo las personas que ellos desean, así cómo la manera de evitar que alguien más tenga acceso a su información personal», explicó el también joven mercadólogo.
La tecnología actual les genera asombro cada día que aprenden a utilizar nuevas aplicaciones, recordatorios de iPhone, YouTube, el uso de internet en general para buscar información para reconocer un buen vino, reservaciones para hoteles, el uso de traductores, y una gama muy diversa de herramientas que lo mismo les ayuda en sus necesidades de entretenimiento, pero sobre todo que les sea de gran utilidad en su vida cotidiana.
Caso especial también ha sido la clase de ciberseguridad, para que conozcan la relevancia de tener bien resguardaos los datos personales, sobre todo si quieren tener acceso a la banca en línea, para lo cual se les muestra cómo conformar claves robustas y la importancia de no compartirlas y evitar realizar operaciones en sitios de internet públicos o a través de redes WiFi, donde podrían ser víctimas de un hackeo de sus datos financieros.
Norma Hernández detalló que se en algunos hogares no suele existir la paciencia y atención necesaria por parte de los familiares para enseñar a sus adultos mayores el uso óptimo de los nuevos dispositivos; se trata de casos en los cuales sólo el trabajo que se realiza al interior del Club les permite lograr una apropiación de la tecnología pues en su entorno familiar no existe reforzamiento alguno.
Muchos de los trámites a los que deben enfrentarse en la actualidad, es en su mayoría y en forma creciente, procesos y formatos digitales que les son completamente desconocidos, por ello en las clases de tecnología que se les imparten se trata de «jalarlos» para que continúen interactuando socialmente y no se sientan aislados ni limitados.
Cuando la familia no excluye a sus adultos mayores y los relacionan con lo redes sociales como Facebook, WhatsApp y Twitter, es muy alentador cómo se despierta su interés por empezar a comunicarse con su familia distante, buscar recetas, tutoriales, libros y llegan a tener una relación mucho más intensa incluso con sus nietos, a quienes llegan a «presumir» que ya manejan tal o cual plataforma.
«Sabemos que el Internet se ha convertido en un medio de información masivo, pero que también se difunde información errónea, por ello les hablamos de la importancia de identificar las fuentes y lo principal, que la tecnología nunca va a sustituir al médico, pues no son pocas las veces que buscan información sobre enfermedades, medicamentos y toman por cierto lo que en esa red descubren».
La curiosidad y el gusto por aprender cosas nuevas los mantiene activos, alegres, dinámicos. Aprender el uso de la tecnología también les da pertenencia en el grupo, nuevos temas para socializar e indagar juntos de qué se trata tal o cual aplicación, hay una integración diferente, un notable cambio en su estado de ánimo, luego de sostener comunicación con un familiar que tenía mucho tiempo sin verlo.
Ya se ha dicho mucho, pero deberíamos tenerlo muy presente que la tecnología puede acercar familias, pero un manejo erróneo de ella, también las puede alejar, coinciden los especialistas que dirigen el Club de Vida.
Jorge Rivera, asegura que el adulto mayor, al dejar de pertenecer a un grupo productivo o al mercado laboral, pierde un sitio muy relevante; por ello en Club de Vida, el objetivo es hacer ver su importancia en el núcleo familiar y mantener una vida social activa, el interés de seguir aprendiendo, y que su basta experiencia aún puede ser útil para emprender incluso nuevas oportunidades de negocio con el auxilio de la tecnología.
C$T-EVP