El concurso mercantil solicitado por Altán Redes “no es una “quiebra, es para redefinir objetivos y alcances, para favorecer que el negocio continúe, no que desaparezca”, y aunque el papel del gobierno no es rescatarlo, la confianza y estabilidad económica que logre imprimir en el rumbo de país, favorecerá a la renegociación de la deuda y a obtener el capital fresco que exige la continuidad de la Red Compartida.
“Será muy importante que bajo las condiciones que impone el modelo de Asociación Público-Privada (APP) por el que fue concesionado el proyecto, se puedan renegociar también las condiciones de cobertura”, precisó Fernando Borjón Figueroa, integrante de la Junta del Reglamento de Radiocomunicaciones de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT).
En opinión del especialista, el gobierno federal debe ayudar a que cada uno de los acreedores, incluyendo el gobierno mismo, vea que el negocio prevalezca, pues el papel del Estado no es que si Altán Redes está grave, busque vender el espectro, que es de Promtel. “El papel del Estado no es ver cómo se hace más rápido de ingresos, sino impulsar políticas públicas que permitan habilitar más derechos a la población”.
Cuestionado sobre una eventual prórroga de cuatro años a Altán Redes para completar la cobertura del 92.2 por ciento de la población mexicana a la que se comprometió, dijo que el gobierno deberá analizar con mucha puntualidad qué es lo que favorece para garantizar la continuidad del proyecto y a los ojos de los inversionistas qué necesitará la Red Compartida.
Sobre la posibilidad de que Altán ofrezca servicios directos al consumidor, consideró inviable esa propuesta, pues además de que no resolvería su problema de rentabilidad, no es el modelo de negocio para el que fue concebido, ni la red ni la empresa, además que atrás hay ocho inversionistas que tampoco “están buscando eso”.
Es claro que para alcanzar una competencia efectiva, es imprescindible “bajar el precio del espectro, mejorar las condiciones de acceso a la infraestructura del preponderante, bajo una utilidad razonable, pero sobre todo que el gobierno genere condiciones de confianza y de mercado para que las telecomunicaciones sigan creciendo, es decir, que más gente esté conectada.
“Un tema clave es tener una Estrategia Digital Nacional, que lo hemos dicho hasta el cansancio… que si se habla del Banco del Bienestar, se debería hablar de Aplicaciones para operarlo, en lugar de tener sucursales… si se habla de inequidades, se hable de cómo darle a la gente las herramientas para que superen esa condición, todo eso necesita una decisión del gobierno”.
El ex-director General del Organismo Promotor de Inversiones en Telecomunicaciones (Promtel), consideró que para darle un respiro financiero a la Red Compartida (70 millones de dólares que necesita Altán), será imprescindible que el gobierno mande señales de estabilidad económica, de política de Estado que elimine la confrontación, así como honrar los compromisos del T-MEC y aprovechar sus oportunidades, todo ello puede ayudar a la renegociación de la deuda con los inversionistas y a obtener recursos frescos.
Explicó que el modelo de la Red Compartida fue muy discutido mucho tiempo con los inversionistas, con los banqueros y los interesados del proyecto; no fue algo tomado a la ligera, por ello se optó por un esquema que le permitiera alcanzar una participación de mercado que la hiciera rentable.
“Creo que el problema está en que la velocidad que se esperaba que avanzara esto en términos de competencia, no ha sido la velocidad lograda y por lo tanto no se ha tenido la participación de mercado suficiente para encontrar la rentabilidad esperada”, aseguró Fernando Borjón.
El modelo de la Red Compartida está basado en competencia, proviene de una reforma que tuvo como punto de partida un diagnóstico de una gran ineficiencia regulatoria y de una concentración de mercado “brutal”, por parte de uno de los principales operadores en México, América Móvil y filiales como Telmex, Telcel y Grupo Carso entre otros, de ahí que todas las acciones y decisiones futuras que se tomaron estuvieron orientadas a mejorar las condiciones de competencia en el sector.
Los resultados logrados se muestran en que hay más gente con acceso a banda ancha, que más personas están conectadas a internet y con posibilidades de mejor conectividad, lo cual fue posible, gracias a los nuevos mecanismos impuestos para alcanzar mejores condiciones de competencia, y meter un nuevo competidor, totalmente distinto a los operadores que ya estaban en el mercado para que habilitara a todos aquellos que quisieran entrar al sector, la Red Compartida.
¿Cuál ha sido el problema?, que aunque creció el mercado telecom, la Red Compartida se encontró con un “excelente competidor” no solo en lo doméstico sino en el mercado internacional, América Móvil (BMV: AMX), que ha encontrado una posición “confortable en la preponderancia”, no sólo para seguir operando sino para mejorar su participación, pues aún como Agente Económico Preponderante (AEP) recuperó su participación de mercado.
Los elementos que tiene América Móvil para competir en el mercado no han permitido que la Red Compartida logre incidir con mayor fuerza en la participación que tienen los Operadores Móviles Virtuales (OMV); aún con la creciente cartera de clientes que posee, (100 OMV que dan servicio a más de 3 millones de usuarios), su nivel es muy reducido, respecto de la participación que tiene Telcel (78.7 millones de suscriptores).
Y no es que el AEP esté haciendo “trampa”, AMX y Telcel están jugando con las reglas que les han impuesto, pero son muy fuertes; además de que no se trata de “matar al gigante”, sino encontrar la forma de que crezcan los demás operadores.
Se han impuesto reglas, pero que no han sido lo suficientemente buenas para generar ese crecimiento del resto de los operadores, como es el caso de Telefónica que le sale más caro pagar espectro, que deshacerse de este insumo tan básico para su operación.
Por eso conviene recordar que el precio del espectro fijado por el gobierno, es otro de los elementos que está inhibiendo el desarrollo de la competencia y limitando el acceso al mercado.
Mientras para AMX, rentabilizar el costo del espectro es fácil por la cantidad de usuarios que tiene, para el resto de los operadores en el país, se trata de un insumo con un precio sumamente elevado.
C$T-EVP