La huelga en Telmex, que para algunos especialistas puede considerarse una «amenaza creíble», será recordada por ser la primera desde que la empresa dejó de ser monopolio gubernamental en 1990, por su corta duración, por declararse en el peor momento macroeconómico doméstico e internacional, pero también por los cuestionables alcances en materia de beneficios laborales.
La solución a este paro, se preveía que fuera pronto, pues en ninguna de las partes había incentivos para prolongar el paro laboral, pues aunque el actor principal es un sindicato muy poderoso con muchos recursos acumulados, tampoco se trata de carteras eternas, y a Grupo Carso tampoco le interesaba meter en este momento inestabilidad.
“En esta etapa de su construcción o reconstrucción de su relación con la cúpula del ejecutivo, (de quienes dirigen Grupo Carso) había muchos incentivos para resolverlo, en el muy corto plazo”, precisó Ernesto Piedras Feria, director General de The Competitive Intelligence Unit (CIU).
Desde antes de la huelga, fue cuestionable el ínfimo ajuste a las prestaciones y el aumento salarial de sólo 4.5 por ciento logrado en junio pasado, pues representó casi la mitad de la inflación, lo que equivale a una pérdida salarial en términos reales, ¿con eso quedaron tranquilos? cuestionó el especialista, entrevistado por Con$umoTIC.
Contrario a las memorables huelgas en la historia del país, el reciente paro de actividades en Telmex del pasado 21 de julio, apenas tuvo una duración de 25 horas 44 minutos, considerando el tiempo transcurrido desde colocadas las banderas rojinegras, hasta las 13:44 horas del 22 de julio, cuando la Secretaría del Trabajo informó que había acuerdo.
Este anunció generó muchas suspicacias y escenarios especulativos, pues se levantaba una huelga que en la práctica lo que significa es seguir negociando los mismos incumplimientos que justificaron el paro de labores unas horas antes, ¿y los beneficios laborables? Serán negociados en los próximos 20 días, fue la respuesta.
La parte central del paro, pareció que fue la cancelación o el congelamiento de nuevas plazas, pero desde el día uno de la privatización de Telmex, la situación de la base laboral se sabía que sería muy incómoda.
Ello porque el coeficiente de empleados, respecto al número de clientes que atiende la empresa es desproporcionadamente alto, pero eso es algo conocido desde 1990; levantar la huelga sin resultados, entonces fue más bien, lo que en teoría política se llama hacer una “amenaza creíble”.
No obstante, evitar prolongar la huelga, es algo que no se debe menospreciar, “pues no se trata sólo de líneas fijas”, pues si bien para el usuario residencial carecer de una línea fija puede representar un problema menor, para un comercio, una empresa o la industria no es lo mismo.
“Mucha gente no entendió lo delicado de esa situación. Los primeros que pudieron ser afectados de facto por el paro de 60 mil trabajadores serían clientes que acostumbran a pagar su recibo mes con mes en oficinas de Telmex, pero también todo aquello relacionado con fallas técnicas, nuevas contrataciones y ampliación de servicios”.
Si bien hay una gran cantidad de usuarios clientes residenciales de este operador, no hay que olvidar, los negocios, las oficinas y ese otro segmento que es mucho más grande, que son los otros operadores que dependen de servicios de interconexión, lo que explica porqué a nadie le convenía tener una huelga de largo plazo.
Si bien ya no se está en la era de la computación manual, pues ahora todo es digital, los equipos fallan, periódicamente se registran caídas del servicio y esas son atendidas por el capital humano de Telmex, incluso problemas de fibra óptica en Telcel, son reparaciones que realiza el mismo recurso humano.
Cuestionado sobre por qué llamó tanto la atención que luego de 46 años de encabezar negociaciones laborales cada año, Francisco Hernández Juárez, líder del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM) decidiera en esta ocasión, cumplir su amenaza de huelga en Telmex, y decidir levantarla sin cumplir nada de lo exigido.
Piedras Feria explicó que bajo condiciones de auge económico y navegando en aguas tranquilas, declarar un paro laboral no hubiera preocupado tanto, pero hacerlo bajo uno de los momentos más críticos por los que atraviesa no sólo la macro economía doméstica, sino también la internacional, con umbrales de estanflación y desabasto de insumos por una grave situación geopolítica, “fue meter más leña al fuego”.
Por ello no fue fortuito pensar en que pudieran surgir presiones que aseguraran que gracias a la declaración de preponderancia sobre América Móvil, subsidiarias como Telmex dejaron de ser rentables.
Cómo está hoy considerado, los servicios de comunicaciones, el internet particularmente, como un derecho constitucional básico, no fue fortuito que en conjunto todas estas cuestiones hayan generado “alertas sonoras”, por el problema potencial que hubieran generado.
Bajo este contexto, indicó, se preveía una “rápida” solución a este paro, pues entre las partes se carecía de incentivos para prolongar la huelga, ya que aunque se trata de un sindicato muy poderoso con muchos recursos acumulados, tampoco se trata de carteras eternas, y a Grupo Carso tampoco le interesa meter en este momento inestabilidad.
C$T-EVP